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El auge y caída del euro: los capítulos de la deriva hacia la crisis

Tras un periodo de miel sobre hojuelas, la eurozona enfrenta una crisis de deuda que pone en peligro su actual esquema de existencia
mié 07 diciembre 2011 09:28 AM
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Tan sólo una década después de que la moneda única europea fuera lanzada entre fanfarrias y fuegos artificiales, su futuro ahora está en duda en tanto que la crisis de la deuda que ha envuelto a Grecia, Irlanda y Portugal amenaza a todo el bloque.

Mientras los líderes europeos se preparan para reunirse el viernes en Bruselas para una cumbre destinada a ultimar una solución, Olli Rehn, comisionado europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, advirtió la semana pasada que sólo restaban 10 días para resolver la crisis.

Y a menos que los políticos alcancen un consenso, muchos economistas creen que hay un serio riesgo de que la crisis de la eurozona pueda desencadenar una recesión global. Incluso algunos van más allá. Alain Juppe, exprimer ministro francés, dijo la semana pasada a los medios franceses que la crisis “hace crecer el espectro de un regreso a los conflictos violentos en nuestro continente”.

Muchos analistas lo vieron venir, por supuesto, sosteniendo que un sistema fiscal nunca podrá funcionar para 17 países y más de 330 millones de personas.

Las imperfecciones se exacerbaron después de que algunos países fueron sospechosos de amañar sus números, ente ellos Grecia, que en 2004 admitió que dio información falsa para conseguir su ingreso a la eurozona. La crisis estalló después de que Grecia revisó sus cifras para mostrar que su déficit presupuestario del 2009 sería del 12,7% del producto interno bruto, mucho más alto que el del límite de la eurozona, situado en un 3%.

El bloque, cuyas fracturas financieras podrían haber sido evidentes durante los años del auge, entonces empezó a deshacerse.

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Después de que fueron revelados los funestos números de Grecia, los inversores entraron en pánico y el país no pudo recaudar dinero para financiarse. El país fue obligado a tomar un rescate de 110,000 millones de euros, proveniente de sus pares de la eurozona y del Fondo Monetario Internacional.

Sin embargo, el rescate de Grecia, en lugar de apaciguar el pánico, sirvió como presagio de la crisis de la deuda.

El Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, o fondo de rescate europeo, puesto en marcha para tratar futuros tropiezos financieros, otra vez fue rápidamente agotado.

Irlanda, disminuida por un agujero negro en su sistema bancario, se vio obligada a tomar un paquete de rescate por 67.5 mil millones de euros, en noviembre de 2010. Después de que loa mercados cerraron sus puertas a Portugal, éste también fue obligado a tomar un rescate por 78,000 millones de euros.

Las naciones en problemas implementaron medidas de austeridad para tratar de frenar sus considerables fortunas de deudas, pero la confianza en la capacidad del bloque para estabilizarse se mantuvo en picada.

La crisis ahora amenaza con sumir a Italia, la cual representa el 17% de la economía de la eurozona, en comparación con Grecia, Irlanda y Portugal, que representan menos del 6% en conjunto.

Y así, los políticos y funcionarios europeos han tratado desesperadamente de reparar el desorden mediante la presentación de ideas, como el aumentar el fondo de rescate, acercar financieramente más a las economías dispares y aprovechar otros mercados para conseguir fondos.

Hasta ahora sus medidas han demostrado ser ineficaces, mientras los mercados y el mundo siguen sin estar convencidos de la capacidad del bloque para sobrevivir en su forma actual. Y así encaran una nueva reunión de lograr o morir.

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