El gobierno egipcio libera a un bloguero símbolo de la revolución
Un juez egipcio ordenó este domingo la liberación de un prominente bloguero revolucionario, en espera de una mayor investigación.
Alaa Abd El Fattah , quien fue un punto de tensiones entre manifestantes y el gobierno militar de Egipto, se dirigió directamente a la Plaza Tahrir de El Cairo, flanqueado por docenas de activistas. “Abajo el gobierno militar”, gritaron los manifestantes. “La gente quiere ejecutar al mariscal Tantawi”.
Mohamed Hussein Tantawi es mariscal de campo del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que encabeza el gobierno de Egipto desde el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak por las protestas populares a inicio de este año.
El juez Tharwat Hamad, representante de la oficina de la fiscalía, ordenó la liberación de El Fattah mientras que las autoridades investigan las protestas de octubre, en las que fue arrestado.
“Tiene prohibido viajar y no le ha sido fijada una fecha en la corte”, aseguró Adel Saeed, vocero oficial del fiscal general.
El Fattah está acusado de resistirse al arresto, incitar a la violencia contra el ejército, asesinar miembros de las fuerzas armadas, intentar incendiar el edificio de la televisora gubernamental y destruir edificios de las Fuerzas Armadas, dijo Saeed.
El bloguero de 29 años, quien había protestado durante años contra el régimen de Mubarak, fue encarcelado el 30 de octubre entre batallas protagonizadas por el ejército y los manifestantes prodemocracia, que buscan un camino libre en la revolución en curso.
El Fattah se rehusó a responder preguntas a sus interrogantes ante un tribunal militar y fue retenido inicialmente 15 días, que luego se extendieron a un mes hasta su liberación.
Usuarios egipcios de la red social Twitter celebraron la liberación de El Fattah. La etiqueta #AlaaisFree se convirtió en tendencia global.
El desarrollador de software participó en las protestas del 25 de enero que derrocaron a Mubarak. Desde entonces se ha pronunciado contra los gobernantes militares del país norafricano.
El Consejo Supremo asegura que cederá el poder una vez que el nuevo gobierno haya tomado posesión. Pero muchos manifestantes temen que los militares busquen perpetuarse en el poder.
El Fattah se encontraba entre los activistas que acusaron a los militares después de un ataque contra una protesta de cristianos coptos en octubre pasado, la cual dejó 27 personas muertas afuera de las instalaciones de la televisora estatal.
Su detención, junto con la de otros 27 hombres acusados de los mismos cargos, detonó el apoyo local e internacional.
El Fattah ha hablado alrededor del mundo desde la caída de Mubarak, en países como Gran Bretaña, Túnez, Sudáfrica y Estados Unidos. Cuando su familia recibió la orden de la fiscalía para que compareciera en un interrogatorio en octubre pasado, él estaba en San Francisco hablando con estudiantes universitarios.
Varias protestas de solidaridad contra su detención han ocurrido en embajadas egipcias. Retratos suyos han sido dibujados en las paredes de la Plaza Tahrir, etiquetándolo como un héroe.
Su esposa Manal tuvo a su primer bebé mientras él estaba en prisión. El nombre del niño fue Khaled, por Khaled Saeed, un hombre asesinado por la policía egipcia. La muerte de Saeed encendió los ánimos entre la oposición que guió la insurrección del 25 de enero, que culminó con la salida de Mubarak el 11 de febrero.
Cuando su esposa lo visitó en su cautiverio, él le entregó una carta dirigida a los activistas egipcios, la cual fue publicada en un periódico local. En ella, asegura que el Consejo Supremo ha “secuestrado” la revolución. También compara su último encarcelamiento con el que sufrió en 2006 durante la era Mubarak por información que colocó en su blog contra el régimen de aquel entonces.
“Nunca esperé repetir la experiencia de cinco años atrás”, escribió El Fattah. “Después de una revolución que depuso al tirano, ¿regreso a su cárcel?”.