Las víctimas británicas de los implantes PIP buscan respuestas
Cuando Rowena Macintosh decidía si someterse a la operación de implantes de senos o no, le dijo al cirujano que estaba preocupada por el derrame de silicón de las prótesis.
Así que el médico puso frente a ella un implante y lo cortó para mostrarle cómo el silicón se mantenía sólido en el interior, asegurándole que éste no se derramaría en su cuerpo. Ella comentó que se asemejaba a un dulce de gelatina.
"Cuando me dijeron que no había absolutamente ninguna posibilidad de que se derramara este implante mamario debido a este 'efecto de gomitas', por decirlo así, eso constituyó alrededor del 50% de la decisión, dado que se sentía seguro y estaba garantizado por 25 años", dijo Macintosh a CNN desde su casa, en Bournemouth.
"No pensé en verificar al fabricante... porque no es algo que se haga. Vas con alguien que se supone está médicamente calificado y confías en ellos", comentó. "Cuando vas con un médico, no dices: ¿quién elabora su medicamento? Sólo asumes que serán seguros".
El fabricante había sido PIP , la empresa francesa en quiebra que parece haber empleado silicón de calidad industrial con la intención de rellenar los colchones interiores a los implantes de senos. Ahora, existe la preocupación de que los implantes de PIP sean también más propensos a derrames y rupturas.
Las autoridades francesas anunciaron el mes pasado que el gobierno pagaría la extirpación de los implantes hechos por la empresa en quiebra. Las autoridades de Francia e Inglaterra han desestimado los temores de cáncer proveniente de los implantes, pero han dicho que los dispositivos pueden romperse y provocar inflamación, cicatrices y fibrosis.
Desde el año pasado, más de 500 mujeres francesas han sido sometidas a la extirpación de los implantes, según la agencia del gobierno francés que evalúa la seguridad de los productos médicos. Desde entonces, más de 1,000 implantes se han roto, señaló la agencia.
Reino Unido sopesa las inquietudes por los implantes de senos
Meses después de su cirugía, Macintosh empezó a experimentar ardores y dolores punzantes. Hace poco, encontró una masa dura en un seno. Teme que sus implantes de PIP se hayan derramado y quiere extirparlos y reemplazarlos inmediatamente.
"Es como una bomba de tiempo en mi interior. Hasta que alguien diga que se pueden quitar y volverlos a poner, estaré preocupada", dice Macintosh.
El problema: ¿quién pagará la operación? El Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) británico no paga cirugías estéticas, por lo que se estima que un 95% de las operaciones de implantes de senos se llevan a cabo en clínicas privadas.
Pero ahora que las mujeres exigen que se les extirpen los implantes de senos de PIP, algunas clínicas se niegan a tratarlas.
Rowena Macintosh dice que ahorró y pagó casi 8,000 dólares para sus implantes de senos, incluida la cirugía y los cuidados posteriores. Sin embargo, la clínica se negó a ofrecerle una exploración para detectar rupturas, dice, y también se negó a considerar la extirpación y el reemplazo de los implantes hasta que se comprobó una falla.
La clínica se negó a platicar con CNN, mencionando preocupaciones referentes a la privacidad
"Creo que al final son los cirujanos y las clínicas, quien quiera que haya comprado los implantes y certificado su uso, quienes debe ser considerados responsables", comenta.
El gobierno británico está de acuerdo, pero dice que todavía no existen datos estadísticos que muestren que los implantes de PIP sean tóxicos o más propensos a romperse.
"Nuestro consejo sigue siendo el mismo, el que no hay pruebas suficientes para recomendar la extirpación de rutina. Nosotros siempre hemos recomendado que las mujeres que están preocupados deben consultarlo con su cirujano o con su médico de cabecera", dijo en un comunicado el secretario de Salud británico, Andrew Lansley. "El Servicio Nacional de Salud apoyará la extirpación de los implantes de PIP si, tras esta consulta, la paciente todavía tiene inquietudes y si con su médico ella decide que es correcto hacerlo", dijo.
"Creemos que los prestadores de atención médica privada tienen la obligación moral de ofrecer el mismo servicio a sus pacientes que el que ofreceremos a los pacientes del NHS, información, consultas, revisiones y extirpaciones gratuitas, si es necesario", dijo Lansley.
Pero si las clínicas no los llevan a cabo, añadió, el Servicio Nacional de Salud será llamado a intervenir y apoyar a los pacientes. En última instancia, en algunos casos serían los contribuyentes quienes podrían pagar la factura.
Eso no es lo que quiere Rowena Macintosh. Quiere que tan pronto como sea posible la clínica privada y el cirujano paguen para extirpar y reemplazar los implantes de PIP, aunque está consciente de que es difícil que eso ocurra hasta después de una larga disputa legal.
No se arrepiente de la decisión de hacerse de los implantes, comenta, pero desea haber escogido una clínica diferente y más exigente.
"Y pensar que tengo silicón colchón en mi interior y sepa Dios qué más utilizaron", mientras hace una mueca sobre una taza de té, en su cocina. "De verdad que es desagradable".