El senador Marco Rubio asegura que no respalda a ningún republicano
El senador Marco Rubio, político de moda entre los republicanos por figurar como posible fórmula presidencial de quien gane la nominación partidista, descartó ser vicepresidente en las elecciones presidenciales de 2012 en una entrevista con CNN en Español.
Rubio también dijo que no dará su apoyo públicamente a ninguno de los cuatro candidatos conservadores que buscan ganar la nominación republicana para enfrentar al presidente Obama en las elecciones generales de noviembre.
En entrevista con Carlos Montero de Café CNN , Rubio agradeció que lo tuvieran en cuenta para esa importante posición, pero dijo: "Yo no voy a ser vicepresidente". Explicó que prefiere concentrarse en su posición como senador de Estados Unidos en un momento crucial para el país.
El senador por Florida se mostró preocupado por los asuntos del hemisferio, tales como la democracia en América Latina, en especial en México y Venezuela donde habrá elecciones, y enfatizó que serán temas clave para estar pendientes este año.
Rubio se reafirmó en sus declaraciones pasadas cuando dijo que el sistema migratorio de Estados Unidos es "insostenible e intolerable" y cuándo se le preguntó por qué ni Romney ni Gingrich profundizaban en el tema, afirmó que "es un tema difícil y muy caliente" de abordar y que lamentablemente no había consenso sobre el asunto.
"Eso es triste, la inmigración era algo que unía a este país, siempre fue un orgullo para Estados Unidos y ahora se ha convertido en un conflicto", dijo, al tiempo que pidió parar la retórica de ambos partidos (republicano y demócrata) sobre el tema y empezar a trabajar para encontrar soluciones.
Respecto a la polémica con la cadena Univisión por un supuesto informe con la detención de un familiar que quería difundir la cadena, a cambio de que él participara en el programa Al Punto, y que hizo que los candidatos republicanos boicotearan un debate, Rubio dijo que nunca había pedido a nadie que no formara parte de ningún evento y prefirió referirse al asunto como algo "triste" que ocurrió en el pasado.