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'Rápido y furioso', un abuso de poder: Líder de Cámara de Representantes

El republicano John Boehner señaló que Eric Holder, del Departamento de Justicia, debe ser sometido a una "rendición de cuentas"
jue 16 febrero 2012 07:15 PM
republicano john boehner
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La operación Rápido y Furioso, que incluyó el traslado ilegal de armas a México, fue “un abuso de poder” del gobierno de Estados Unidos, por lo que el Departamento de Justicia, encabezado por Eric Holder, debe ser sometido a un proceso de “rendición de cuentas”, indicó este jueves el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner.

El legislador republicano agregó que el Comité de Supervisión enfocado en el caso, encabezado por el funcionario Darrell Issa, “ha hecho un buen trabajo en investigar este abuso de poder del gobierno y continúo apoyando sus esfuerzos”, reportó la agencia Notimex.

La operación Rápido y Furioso fue diseñada para monitorear el flujo de armas, por lo que permitió que se compraran ilegalmente en armerías en Estados Unidos y que llegaran a manos de grupos delictivos en México.

Sin embargo, muchas de ellas fueron extraviadas, incluyendo las que fueron encontradas en el sitio donde fue asesinado el agente estadounidense Brian Terry, en el 2010.

Las acusaciones por la estrategia se han dirigido contra la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Justicia de Estados Unidos, del que depende.

La secretaria de Seguridad Interna de Estados Unidos, Janet Napolitano, insistió esta semana en que se cometieron “serios errores” con Rápido y Furioso, y que no deberían repetirse operativos similares.

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El pasado 2 de febrero, el secretario de Justicia de Estados Unidos, Eric Holder, indicó que en los próximos meses habría despidos y cargos contra funcionarios del Departamento de Justicia de Estados Unidos que supervisaron la operación de tráfico de armas.

Este jueves, el presidente de México, Felipe Calderón, encabezó en Ciudad Juárez, Chihuahua, una ceremonia de destrucción de más de 100,000 armas, decomisadas desde el 1 de diciembre de 2006 hasta el 30 de enero de 2012.

En ese acto, el mandatario mexicano criticó el "inhumano traslado de armas a México" desde Estados Unidos, por lo que pidió ayuda a esa nación para "detener la terrible violencia que azota al país". 

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