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El legado de Abraham Lincoln ayuda a combatir la esclavitud moderna en EU

A pesar de que la esclavitud fue abolida en EU hace unos 150 años, una exhibición muestra que es un problema vigente y en crecimiento
mié 14 marzo 2012 11:00 AM
trata de personas en eu
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Sheila White se empezaba a sentir adormecida. Un hombre que la obligaba a prostituirse en las calles de Nueva York le había pegado ya varias veces.

“Me pegaron enfrente de la autoridad portuaria en Times Square”, dijo White. “Cuando algo así pasa tan abiertamente, te sientes como si no fueras siquiera una persona”.

White pudo escapar de su captor y ahora trabaja con víctimas de tráfico sexual en Nueva York. Pero su historia es prueba de que la esclavitud no ha podido ser borrada del todo en Estados Unidos, a 150 años de su supuesta abolición.

Mientras la esclavitud moderna puede parecer diferente a la que se veía en las plantaciones, las cabañas de esclavos y bloques de subastas, el abuso, coerción y manipulación aún están a la orden del día.

De acuerdo con el Polaris Project, una organización en contra del tráfico de personas, cientos de miles de personas son forzadas a hacer trabajos que no quieren realizar, ya sea en el comercio sexual, en granjas, en casas, en fábricas y otros lugares en Estados Unidos. Trabajan por poco o nada de dinero y siempre están amenazados con violencia o con no ser alimentados.

Polaris dice que esta esclavitud moderna afecta a 12 millones de personas alrededor del mundo y genera unos 32,000 millones de dólares. Otros estimados dan como resultado 27 millones de víctimas.

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White contó su historia como parte del documental Not My Life, que salió al aire a través de CNN el año pasado. Este trabajo habla sobre de la trata de personas, una de las industrias criminales de mayor crecimiento en el mundo. El filme se presenta en la nueva exhibición en una de las residencias de Abraham Lincoln, en Washington, como parte del esfuerzo de un año del lugar para celebrar la Proclamamción de la Emancipación de 1863 en donde se liberaron a los esclavos en la Guerra Civil.

“(Lincoln) tomó muchas decisiones importantes durante la Guerra Civil aquí. Vivió aquí durante su relección y también desarrolló la Proclamación de la Emancipación mientras vivía aquí”, dijo Erin Carlson Mast, presidenta de este sitio histórico, que es un tesoro nacional para EU. “Realmente ésta fue una oportunidad para ver qué tan lejos hemos llegado como país en temas de esclavitud”.

Lo lejos que ha llegado el país es una historia complicada, como lo ilustra la exhibición llamada Can You Walk Away? (¿Puedes escapar?).

Dos años después de la proclamación de Lincoln llegó la treceava enmienda a la constitución de EU, que hacía ilegal la esclavitud. Pero aún existen muestras de esclavitud por los 50 estados de ese país, de acuerdo con Polaris, quienes se unieron con el chalet en la exhibición.

Polaris se fundó en el 2002. Su nombre se debe a la Estrella del Norte que guió a los esclavos hacia la libertad por el Ferrocarril Clandestino, como se le concía a una serie de rutas y refugios que usaban los esclavos para escapar de sus amos. La organización maneja una línea de ayuda que toma llamadas las 24 horas del día en más de 170 idiomas, de personas que sospechan de tráfico de personas en su comunidad y hasta de víctimas.

La meta de Can You Walk Away? es aumentar la conciencia de este tema en EU y por lo tanto facilitar la captura de los traficantes. Estará expuesta hasta agosto de 2013 e incluye fotos y otra información de numerosos casos de trata de personas

“En Estados Unidos es un tema mucho mayor de lo que mucha gente entiende o se da cuenta”, dice Bradley Myles, director ejecutivo de Polaris.

“El problema con la trata de personas es que las deshumaniza y las convierte en objetos y haciendo esto se puede decir que ‘No eres un ser humano, podemos usarte como nuestra propiedad’. Y lo que tratamos de hacer es humanizar el asunto y decir que así es como nos conectamos a un nivel muy, muy humano”.

Hay víctimas en los Estados Unidos de todas las edades, razas y nacionalidades. Un joven llamado Given cuenta la historia de cómo dejó Zambia para viajar a América como parte de un coro, con la esperanza de juntar dinero para mantener a sus seis hermanos y hermanas huérfanos.

En lugar de pagarle, le quitaron su pasaporte y lo obligaron a trabajar gratis, y si protestaba sus captores lo amenazaban con deportarlo o le quitaban la comida.

“A nosotros no nos pagaban, y a nuestras familias en Zambia tampoco les pagaban lo prometido. Las escuelas que nos prometieron allá en nuestra casa no se estaban construyendo”, dijo en una entrevista para Against Our Will (Contra nuestra voluntad) un documental de mtvU.

“Nunca hablé con mi hermanita menor en los dos años que estuve en los Estados Unidos. Nunca hablé con mi hermano. Nunca hablé con ninguno de mis hermanos, entonces no tenía manera de decirles lo que me estaba pasando”.

Angie, una adolescente de Wichita, Kansas, huyó con dos amigas después de un problema en su casa. Las tres muchachas terminaron trabajando para un hombre que las obligaba a prostituirse en una parada de autobús en Oklahoma, amenazándolas con lastimarlas si no regresaban con dinero suficiente. Debra, otra víctima de la trata de personas, fue forzada a trabajar 24 horas al día cocinando, limpiando y cuidando a unos niños sin descanso en una casa en Falls Church, Virginia.

Myles dijo que el tráfico de personas es atractivo para los criminales porque hay “muchísimo dinero que puede salir” y bajo riesgo de ser atrapado mientras que la comunidad no se dé cuenta.

“Creo que como ya es ilegal, es más difícil de erradicarlo porque hay todo un ecosistema que se ha desarrollado para el tráfico de personas y la esclavitud moderna. Y tenemos que luchar en contra de ese ecosistema, y éste cambia constantemente, es muy ágil”, dijo, refiriéndose a que las leyes actuales en contra del tráfico solo sirven para orillarlos a realizar esta práctica a escondidas.

Myles dijo que Polaris está buscando a gente que sea sus “ojos y sus oídos, al pendiente de la trata de personas y si pueden denunciarlo a lo mejor podrían actuar como un buen samaritano y resolver un caso”.

“Pero también estamos intentando construir un sistema de respuesta nacional, casi como el 911 pero para el tráfico de personas, en donde cada vez que haya un caso también haya una respuesta lista para ayudar en esa comunidad local, para que esas víctimas no caigan en el olvido”.

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