Cientos de miles de manifestantes participan en la huelga general española
Cientos de miles de personas de toda España participaron en las manifestaciones con las que los dos principales sindicatos españoles convocaron a una jornada de huelga general en contra de la reforma laboral que el gobierno de Mariano Rajoy descartó modificar.
La Confederación Sindical de Comisiones Obreras (CCOO) estimó que en la jornada en varias ciudades españolas la participación fue "en torno a 10.4 millones de personas", mientras que la Unión General de Trabajadores (UGT) dijo que hubo un apoyo deL 77% de sus trabajadores. Ambos fueron los dos organizaciones más importantes que convocaron a la huelga general.
Las protestas estuvieron marcadas por la tranquilidad en todas las ciudades españolas, excepto en Barcelona, donde se registraron diversos actos violentos al término de la manifestación, como quema de contenedores y rotura de escaparates, por lo que tuvo que intervenir la policía.
Manifestantes y policía protagonizaron duros enfrentamientos en las calles del centro de la capital de Cataluña, Barcelona, que según los sindicatos se concentraron 800,000 personas, aunque la policía redujo la cifra a 80,000.
Al término de la marcha, las fuerzas antidisturbios emplearon pelotas de goma y gases lacrimógenos para tratar de disolver a los manifestantes, que quemaron contenedores y otros objetos provocando una densa humareda.
En Madrid, casi un millón de personas salieron a la calle, según los cálculos del secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo. Al final de la marcha, en la emblemática Puerta del Sol, en el corazón de la capital española, el líder sindical afirmó que los españoles salieron a la calle en defensa "de sus derechos y del modelo social que tanto tiempo les ha costado a los ciudadanos de este país".
La directora general de Política Interior, Cristina Díaz, informó de 176 detenciones en diversos incidentes, con 58 agentes de seguridad y 46 ciudadanos heridos.
Los sindicatos han emplazado al Ejecutivo a que haga modificaciones a la reforma laboral antes del 1 de mayo, el día de la fiesta de los trabajadores.
De no recibir una señal en ese sentido, advirtieron que proseguirán la movilización contra la reforma laboral, que consideran que perjudica a los trabajadores porque facilita y abarata el despido, daña derechos adquiridos y no contribuirá a relanzar la economía, además de resultar ineficaz para la generación de empleo en un país que tiene 5.2 millones de parados (el 23% de la población activa).
En la región de Galicia (noroeste español) las protestas registraron también una alta participación y, aunque la jornada transcurrió sin incidentes importantes, en total fueron detenidas 11 personas en las ciudades de Santiago de Compostela, Ourense y Vigo, según datos ofrecidos por el Gobierno regional.
En la multitudinaria manifestación que se celebró en Valencia (este) los portavoces sindicales advirtieron que la huelga general es el primer paso de un proceso "intenso y sostenido" en contra de la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy .
La marcha que, según los sindicatos reunió a 250,000 personas, y según la policía a 35,000, recorrió el centro comercial de la ciudad tras una pancarta en la que se acusaba al Ejecutivo español de querer "acabar con todo".
La reforma laboral causa de la primera huelga general que ha afrontado el Gobierno de Rajoy cambia las condiciones de despido y reduce las indemnizaciones para los trabajadores. Los sindicatos la consideran dañina para los trabajadores y reclaman al Ejecutivo abrir una negociación para modificar alguno de sus puntos más polémicos.
Los representantes de los dos principales sindicatos españoles, CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, afirmaron tras la manifestación de Madrid que el Ejecutivo "está perdiendo gran parte del crédito" que tenía en la sociedad, por lo que consideraron que tiene dos opciones: "cambiar, o cambiar".
El gobierno de Rajoy minimiza la protesta
Ante la primera huelga desde que el Partido Popular está en el poder, el gobierno del presidente español Mariano Rajoy minimizó la magnitud del contingente y descartó modificar en su esencia la reforma laboral.
Según su gobierno, el impacto "ha sido muy moderado" y la actividad económica se vio menos afectada en este paro que en otros anteriores, como el de septiembre 2010, convocado también contra una reforma laboral pero entonces aprobada por el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.
La valoración del Ejecutivo fue realizada a última hora de la tarde por la directora Cristina Díaz, que basó sus cálculos en datos como el consumo eléctrico o la incidencia en el sector público, en el que el paro fue respaldado por 16% en la Administración General del Estado, 19% en las administraciones autonómicas y el 15% en la local.
La respuesta del gobierno a la petición de modificar la normativa laboral la dio la ministra de Empleo, Fátima Báñez, quien afirmó que la reforma "en su parte troncal" no se va a modificar y sostuvo que "la agenda reformista es imparable".
La huelga coincidió con la fecha simbólica de los primeros 100 días del gobierno de Rajoy, que ha concentrado sus principales decisiones en medidas para reducir el déficit público con el objetivo de dejarlo este año en el 5.3% del PIB, como exige la Unión Europea.
La actuación del Gobierno de España está bajo la lupa de la UE y también de los mercados financieros internacionales, que en las últimas semanas aliviaron las fuertes presiones que habían mantenido sobre la deuda española a raíz del rescate de Grecia.
