Reos amotinados mantienen a casi 100 rehenes en una cárcel de Brasil
Casi un centenar de personas permanecen cautivas a manos de unos 470 presos amotinados desde el domingo en una cárcel de la ciudad brasileña de Aracaju, en el estado brasileño de Sergipe.
Los rehenes superaban los 120 en un principio, incluyendo a tres funcionarios carcelarios, pero 27 fueron liberados la mañana de este lunes, incluyendo a un empleado de la prisión, según información de la Agencia Brasil. A cambio, las autoridades restablecieron el servicio eléctrico y de agua en el penal.
Más de dos funcionarios de prisiones y casi 100 familiares de los reclusos aún están bajo el poder de los internos, mientras continúan las negociaciones para finalizar el incidente, reportó la agencia.
No hay registros de muertos o heridos, según el reporte.
La rebelión comenzó la tarde del domingo durante el horario de visitas en el Complejo Penitenciario Abogado Antonio Jacinto Filho.
Las autoridades enviaron a más de 150 policías y guardias carcelarios para reforzar la vigilancia mientras se negocia con los presos, según un reporte de la Secretaría de Seguridad Pública de Sergipe citado por EFE.
Los manifestantes permanecen encapuchados dentro de dos pabellones y portan al menos dos escopetas y armas blancas, según la Agencia Brasil. Policías, bomberos y paramédicos se encuentran en las afueras del presidio, detalló la Agencia Brasil.
"La acción rápida de los policías y agentes del Departamento del Sistema Penitenciario del Estado de Sergipe y de los propios agentes de disciplina de la unidad evitó que otros colaboradores fueran rendidos por los presos", señaló la Secretaría de Seguridad en un comunicado.
Los amotinados alegan que son maltratados y torturados en el centro de readaptación y piden que se cambie a la dirección del penal, más respeto a las mujeres en los días de visita y que se les permita fumar en las celdas, entre otras demandas, según EFE.
Una comisión formada por el secretario de Justicia de Sergipe, Benedito Figueiredo; el titular de Seguridad Pública, Joao Eloy de Menezes; un juez y un fiscal, así como por representantes de la Policía Militarizada y de la Defensoría Pública, intenta negociar con los reclusos, según el comunicado.
Durante las primeras horas de la rebelión los reclusos destruyeron parte de las instalaciones de la penitenciaría y ocuparon la mayor parte de la prisión, según EFE.
En febrero, la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de Naciones Unidas mostró su preocupación ante la violencia en prisiones de América Latina, que describió como “una consecuencia directa de los problemas endémicos ” como la sobrepoblación, la falta de servicios básicos y normas básicas sanitarias.
El órgano urgió a los gobiernos de la región a acatar las recomendaciones para “prevenir futuras tragedias”, informó el vocero Rupert Colville.
El pronunciamiento de la ONU ocurrió días después de que un incendio cobrara la vida de más de 300 reclusos en una cárcel de Comayagua , Honduras, un incidente considerado como la peor tragedia penitenciaria en el país centroamericano.