Sentarse a dialogar no implica una rendición o entrega: FARC
La guerrilla de las FARC excluyó la rendición o entrega de sus combatientes como condición para la eventual apertura de un diálogo de paz con el gobierno del presidente colombiano, Juan Manuel Santos.
"Por nuestra parte, sentarse a conversar no apunta a ningún tipo de rendición o entrega", expresó el jefe máximo del grupo insurgente, Timochenko, en una declaración divulgada este jueves en un sitio de los rebeldes en internet.
Timochenko agregó que "la reincorporación (de los guerrilleros) a la vida civil implica y exige una Colombia distinta".
El líder insurgente, en el mando máximo FARC desde finales de 2011, ratificó su postura para un posible proceso de paz con el Ejecutivo, semanas después de que Santos dijera que esperaba más gestos encaminados al diálogo.
El mandatario hizo esa declaración el 2 de abril, tras valorar de manera positiva la entrega que hicieron las FARC de los últimos 10 militares y policías que mantenían como rehenes, y su compromiso de renunciar al secuestro para obtener recursos .
El comandante del Estado Mayor Central de las FARC consideró que el conflicto interno de su país lo ha causado el "envilecimiento de las condiciones de vida de la mayoría" por efecto del "enriquecimiento desaforado y salvaje de unos cuantos".
El poder del "aparato estatal de Gobierno", con su "papel de aplastar la inconformidad al precio que sea”, son las realidades que deben abordarse y situarse en vías de solución en una mesa de diálogo, agregó Timochenko.
En ese sentido, sostuvo que si un sector de inversionistas "muestra interés en dar el paso hacia la paz", las FARC lo acompañarán, pero "muy alertas". Del mismo modo, pidieron al presidente Santos que no haya "más ases bajo la manga".
El líder insurgente recordó que Santos, al asumir en agosto de 2010, habló de su intención de dialogar con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pero días después lanzó el ataque mortal contra el responsable militar de la organización y miembro del secretariado o mando central rebelde.
El Mono Jojoy, alias de Víctor Julio Suárez, murió a finales de septiembre de 2010 en un bombardeo a su fortaleza en las selvas de la serranía de La Macarana, en el sur del país.
"Durante más de un año (Santos) abusó con su ficción de la llave, lo cual no excluyó el ataque mortal al camarada Alfonso Cano (entonces máximo líder de esa guerrilla), el hombre que tomaba más en serio el asunto (del diálogo) y movía al resto del secretariado a posibilitar contactos", agregó Timochenko.
"Santos sabía muy bien eso, lo que no le impidió llorar emocionado. La doble moral siempre ha sido imputada a nosotros", dijo.