John Edwards tendrá que dar respuestas por supuesto dinero ilícito
En un día cualquiera en otoño de 2007 se podía escuchar la predicación populista de John Edwards dirigido a los votantes en Iowa, quienes con entusiasmo se encontraban en graneros de madera y restaurantes en todo el estado.
Su mensaje durante su campaña en 2004 era sobre las dos Américas, los que tienen y los que no tienen, y una lucha por la clase media para acabar con la pobreza en Estados Unidos.
El candidato demócrata había pasado casi todo el 2007 realizando campaña durante los 99 condados de Iowa. Tenía muchas razones para creer que podía ser presidente. Sintió que las disputas entre Hillary Clinton y Barack Obama lo levantarían como un candidato más experimentado y seguro.
Para muchos votantes Edwards podría haber sido presidente de Estados Unidos. Cinco años más tarde, las posibilidades de Edwards eran completamente diferentes.
El juicio penal de Edwards comienza este lunes en Greensboro, en Carolina del Norte.
El político es acusado de seis delitos graves y delitos menores relacionados con las finanzas de su fallida campaña presidencial.
Entre otras cosas, el gobierno alega que Edwards “a sabiendas intencionalmente” recibió casi un millón de dólares de contribuciones de manera ilegal para su campaña que utilizó para ocultar el embarazo de su amante.
Edwards reconoció que sus acciones no eran malas y menos ilegales. En caso de ser hallado culpable podría enfrentar 30 años de prisión.
Los expertos consideran que el gobierno tiene una batalla cuesta arriba. Este tipo de casos se consideran sin precedentes en el ámbito de las finanzas de una campaña, ya que existen muchas lagunas en la ley.
El juicio se está llevando a cabo porque Edwards rechazó un acuerdo que le hubiera dado unos meses de cárcel, pero le habría permitido mantener su licencia de abogado.
El Tribunal de Distrito Fiscal de Eagles Catalina seleccionó a 42 importantes miembros del jurado. Se prevé que el juicio duré de dos a seis semanas.