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Sarkozy y Hollande adaptan su discurso al votante de extrema derecha

Los dos punteros de la carrera por la presidencia de Francia se disputan los votos de la aspirante de ultraderecha Marine le Pen
mar 24 abril 2012 12:35 PM
Nicolas Sarkozy promete retnringir la inmigración
EFE. Nicolas Sarkozy-Francia-Elecciones Nicolas Sarkozy promete retnringir la inmigración

Los candidatos a la presidencia de Francia, François Hollande y Nicolas Sarkozy, dirigieron este martes mensajes tratando de atraer a quienes votaron por la candidata de ultraderecha Marine le Pen, quien quedó en tercer lugar en la primera vuelta de los comicios del domingo pasado.

"El voto a Le Pen no es un voto contra la República porque se expresa dentro del marco de la República", dijo Sarkozy en un mitin en las afueras de París, en rechazo a quienes sitúan el voto a la ultraderechista fuera del sistema.

Hollande fue ganador en la primera vuelta celebrada el 22 de abril , con un 28.6% de los votos, por delante de Sarkozy, que obtuvo el 27.1%. Le Pen, que sumó el 17.9%, quedó fuera de la lucha por la presidencia, que se decidirá el 6 de mayo.

"Nadie piensa que Marine Le Pen pueda gobernar Francia", aseguró el presidente-candidato en la mañana en una entrevista en televisión, donde estimó que los 6.4 millones de electores que votaron al Frente Nacional depositaron en la urna "un voto de crisis".

El ascenso de la extrema derecha en Francia responde a "una forma de decir a los otros: tomen en cuenta nuestra situación", dijo Sarkozy, al referirse a esa decisión como la consecuencia de "cuatro años de crisis enorme".

El mandatario aseguró que Francia no puede "seguir recibiendo extranjeros" e insistió en que quiere reducir a la mitad el número de los que lleguen al país cada año y someter a todas las personas que intenten ingresar a Francia para garantizar que serán capaces de integrarse.

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Sakorzy aludió también a otro de los asuntos planteados por Le Pen, el derecho de voto, y dijo que tendrá que será exclusivo de los ciudadanos franceses. “Si se es ciudadano extranjero, no se tiene derecho de voto", aseguró.

En su discurso, Sarkozy repitió sus mensajes sobre los inmigrantes y sobre la necesidad de que los extranjeros se integren en Francia y rechazó prácticas culturales como el velo integral, "que martirizan" a las mujeres que lo portan.

"La izquierda es quien los defiende"

Hollande aseguró que una parte del electorado de la candidata de ultraderecha viene de la izquierda y que parte de sus votantes reflejan la "cólera social".

En una entrevista con el diario Libération, el socialista aseguró que parte del electorado de Le Pen "viene de la izquierda y debería volver a encontrarse al lado del progreso, de la igualdad, del cambio, del esfuerzo compartido y de la justicia, porque está contra los privilegios, contra la globalización financiera, contra una Europa desfallecida".

"Me toca convencerlos de que es la izquierda quien los defiende", dijo Hollande, tras asegurar que el electorado del ultraderechista Frente Nacional ha cambiado en los últimos años. "Es menos alto en un cierto número de ciudades y más fuerte en los territorios rurales", dijo.

Hollande describió a los seguidores del Frente Nacional como un "electorado de sufrimiento, compuesto de asalariados, artesanos y obreros que viene en un verdadero sentimiento de abandono".

"Es mi responsabilidad dirigirme rápidamente a esos electores que no se adhieren necesariamente a las ideas del Frente Nacional, la obsesión de la inmigración, en particular, pero que expresan, sobre todo, una cólera social", dijo.

Hollande dejó claro que su prioridad es reunir el voto de izquierda en torno a su candidatura en la segunda y definitiva vuelta, el 6 de mayo .

El candidato socialista acusó además a Sarkozy del ascenso de la extrema derecha. "Algo ha pasado. Un enfado, una frustración. Ese mensaje tiene que ser escuchado. Para el saliente es demasiado tarde, para mi es necesario", dijo Hollande a la prensa en su casa general de campaña.

Hollande, que será entrevistado la noche de este martes en televisión, rechazó un debate radiofónico propuesto por cuatro emisoras, al que Sarkozy admitió “sin condición alguna”.

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