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El cruce de declaraciones domina un candente debate presidencial francés

La crisis económica protagonizó el agitado encuentro entre el puntero Francois Hollande y el actual presidente, Nicolas Sarkozy
mié 02 mayo 2012 07:54 PM
AFP
Francia-Debate-AFP AFP

Un fuerte cruce de declaraciones dominó el último debate previo a la segunda ronda de la elección presidencial de Francia, en la que el electorado galo decidirá este domingo entre la continuidad de un gobierno de derecha o un giro a la izquierda.

En el debate, que fue visto este miércoles por la noche por millones de franceses, el socialista Francois Hollande acusó al presidente Nicolás Sarkozy de dividir al país, y se presentó como el futuro presidente de la justicia y el enderezamiento del país.

En tanto, Sarkozy se burló de dicha presentación de Hollande por "clásica" y pidió analizar directamente los respectivos programas de ambos contendientes.

“Unir a la gente, que bonita idea. Pero no son solo palabras, son los hechos los que importan”, dijo Sarkozy en respuesta a Hollande.

La crisis estuvo en boca de ambos participantes, utilizada por Sarkozy para congratularse de que Francia la haya afrontado mejor que sus vecinos y por Hollande para criticar que el presidente esconda con esa comparación la degradación del país.

Ambos pusieron a Alemania como referencia en materia económica durante su debate televisado de esta noche.

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Los candidatos, sin embargo, se reprocharon mutuamente citar de manera interesada el comportamiento del país vecino como ejemplo de lo que pretenden hacer en Francia si uno de los dos se convierte en presidente en la segunda vuelta de los comicios presidenciales el próximo 6 de mayo.

Sarkozy acusó a Hollande de aludir al ejemplo alemán como solución a los problemas de competitividad de Francia y de rechazar al mismo tiempo medidas que el conservador propone inspiradas en las aplicadas en Alemania.

El socialista criticó que el paro alcance el 10%, que se haya degradado la competitividad y que la deuda pública haya aumentado en un quinquenio en "600,000 millones", corregido por Sarkozy y rebajados a 500,000, mientras que el presidente se preguntó cómo estaría Francia de no haber aplicado sus reformas.

"¿Los franceses que nos miran hoy quieren encontrarse en la situación de los españoles?", se preguntó retóricamente, tras sostener que Francia toma prestado en los mercados de deuda pública a un tipo de interés que es la mitad del que paga España.

La inmigración, la religión, la educación o la energía formaron parte de los temas abordados en casi tres horas de debate, pero la economía se mantuvo, al igual que en el resto de la campaña, como asunto principal de análisis.

Ninguno dejó para esta intervención grandes anuncios sorpresa, y en esa línea, el socialista reiteró su intención de renegociar el pacto presupuestario europeo para incluir medidas que impulsen el crecimiento, y se congratuló de que varios jefes de gobierno —entre los que citó los de España e Italia— "estén de acuerdo".

La crispación contenida fue más palpable en la cara de Sarkozy que en la de Hollande, al que el presidente acusó entre otras cosas de planear para el país "una locura" de gastos con propuestas como la creación de 61,000 nuevos empleos públicos.

"Hay una diferencia entre nosotros: usted quiere menos ricos y yo menos pobres", le dijo Sarkozy al socialista, quien había criticado que en el mandato del conservador se haya favorecido a los más privilegiados.

Bajo el estricto control de un reloj que medía los tiempos acordados, Sarkozy subrayó que la normalidad defendida por Hollande no está a la altura "de los desafíos" que requiere el cargo, para el que volvió a perfilarse como presidente que asume su responsabilidad y está "alimentado por la experiencia de las crisis" afrontadas.

El tono se fue calentando conforme avanzaba el debate, en el que el presidente saliente calificó a su interlocutor de "pequeño calumniador" y aprovechó escándalos recientes para tachar de "curioso" que no conociera "la verdadera cara" del exdirigente del FMI Dominique Strauss-Kahn .

Unos 20 minutos después de lo previsto, la emisión finalizó con la conclusión de Hollande de que los franceses tienen ante sí la elección "sencilla" de optar por el cambio o por el mantenimiento de políticas "que no han funcionado", frente al último intento de Sarkozy de atraer a quienes no le votaron hace dos semanas.

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