La nueva generación de Al-Qaeda avanza en la elaboración de explosivos
Tres meses antes de que Fahd al Quso, uno de los principales operadores de Al-Qaeda en Yemen, fuera asesinado por el ataque de un avión no tripulado estadounidense, conversó con un periodista local. Éste le preguntó por qué la rama del grupo terrorista en la Península Arábiga había dejado de conspirar contra Estados Unidos. ¿Fue por los esfuerzos dedicados a un proyecto interno de lucha antiterrorista?
“La guerra no terminó entre nosotros, ni con nuestros enemigos. Espere lo que está por venir”, respondió al Quso. El jefe de operaciones exteriores del grupo, no estaba diciendo mentiras, tras el reciente descubrimiento de un dispositivo que sería introducido en un avión de pasajeros por un terrorista suicida.
Las autoridades estadounidenses, describieron el artefacto como una evolución de la bomba introducida de contrabando por el nigeriano, Umar Farouk Abdulmutallab, quien abordó un avión con destino a Detroit en la Navidad del 2009. En esa ocasión, según los expertos en desactivación de bombas, los pasajeros a bordo del vuelo 253 de Northwest Airlines, procedente de Amsterdam y con destino a Detroit, tuvieron mucha suerte.
Los avances en la fabricación de artefactos explosivos se han convertido en una prioridad para el grupo terrorista islámico. El encargado de fabricar bombas para Al-Qaeda en Yemen, un joven saudí de nombre Ibrahim al-Asiri, dio muestra de esto. En cuestión de meses diseñó un dispositivo que se oculta dentro de una impresora y que se envía como carga aérea a Estados Unidos.
Una habilidad en constante evolución
No queda esclarecido si al-Asiri construyó el último dispositivo, o si las autoridades estadounidenses describieron la forma en que el dispositivo es distinto de la bomba de diciembre de 2009. “Queda claro que Al-Qaeda de la Península Arábiga está renovando sus técnicas de bombas, con el fin de tratar de evitar las causas de la falla del dispositivo del nigeriano”, dijo el funcionario.
El Jefe Asesor Antiterrorismo de la Casa Blanca, John Brennan, aseguró que en esta ocasión fue “más que la suerte” lo que frustró la conspiración. El dispositivo nunca llegó cerca de un aeropuerto. Lo que implica que si el dispositivo abandonó Yemen, lo hizo por tierra. Pero como otro funcionario reconoció que “no se sabe si bombas parecidas pueden estar sueltas por ahí”.
La zona de inmunidad de Al-Qaeda
Parte de la organización terrorista que se asienta en la Península Arábiga, forjó lo que podría llamarse una zona de inmunidad al sur de Yemen, mucho más allá del alcance de un estado cada vez más débil. Según expertos en contraterrorismo, “esas adquisiciones territoriales le han permitido al grupo establecer más campos de entrenamiento”.
Las autoridades contraterroristas saudíes creen que el grupo de combate en Yemen ha aprovechado los espacios libres abiertos por los avances yihadistas, de esta manera construyen una estructura celular y una red de casas de seguridad, según Mustafa Alani, director de estudios sobre terrorismo y seguridad en el Centro de Investigación del Golfo.
La edición de la semana pasada de la revista Inspire, publicación en internet del grupo, señaló que un modesto laboratorio en una zona rural de Yemen produjo las bombas del día de diciembre de 2009 y la colocada en la impresora.
La probabilidad de exageraciones en las afirmaciones hechas por la publicación electrónica, funcionarios de inteligencia dicen que los fabricantes de bombas de Al-Qaeda no deben ser subestimados.
Una bolsa especialmente cosida en la ropa interior de Abdulmutallab contenía el artefacto con la principal carga de explosivos de pentrita, el cual fue conectado a un detonador. El explosivo contenía dos productos químicos de fácil obtención: permanganato de potasio y glicol de etileno.
La pentrita es un polvo blanco e inodoro que no puede ser detectado por la mayoría de las máquinas de rayos X. AbdulMutallab reveló al FBI en su entrevista inicial que llevó el dispositivo en la ropa interior en varios vuelos durante un viaje de casi tres semanas por África, antes de viajar a Amsterdam desde Lagos.
Cuando el vuelo 253 de Northwest llegaba a Detroit, apretó la jeringa, revolviendo los dos químicos y prendiéndoles fuego. Según la acusación, la acción echó a andar el detonador, pero la carga principal de pentrita no fue detonada. En su lugar, el químico empezó a arder, creando una bola de fuego en el regazo de AbdulMutallab.
En el juicio de AbdulMutallab se dio a conocer que el FBI encontró un trozo de papel en sus zapatos, en el cual estaba escrito un código encriptado. Según la fiscalía, se trataba de una contraseña para el software encriptado utilizado por Al-Qaeda, y el cual se le entregó para que pudiera comunicarse en línea con sus superiores antes de abordar el vuelo 253.
Las bombas de la impresora
Según fuentes de seguridad, las bombas de la impresora entregadas a las oficinas de UPS y FedEx en Sanaa, en octubre de 2010, fueron de un nuevo avance. Incluso cuando fue aislada una de las impresoras sospechosas en el Reino Unido (después de dos vuelos), la bomba no fue detectada por los perros entrenados o por los escáneres de rayos X. Había 400 gramos de del alto explosivo pentrita en el interior del cartucho de tinta.
La bomba había sido programada para explotar poco después de que la impresora fuera localizada. Pero el escuadrón de bombas había desactivado sin querer el dispositivo cuando levantaron el cartucho de la impresora.
Uno de los objetivos de Al-Qaeda es: obligar a Occidente a gastar cada vez más en seguridad aérea. Que los gobiernos inviertan miles de millones de dólares para inspeccionar todos y cada uno de los paquetes en el mundo o no hacen nada y los seguimos intentando”, dijo el grupo terrorista.
La clave está en Pakistán
Un político yemení afirmó que un técnico especializado paquistaní, había entrenado a integrantes de Al-Qaeda de la Península Arábiga para construir y detonar artefactos explosivos. La versión no ha sido confirmada y nunca se identificó al fabricante de bombas.
“Él es, de hecho, una de las amenazas, si no es que la más grande contra la que nos enfrentamos”, dijo un alto funcionario estadounidense de contraterrorismo. “Es inteligente, decidido y muy reservado respecto a sus actividades”.
Las agencias de contraterrorismo de Arabia Saudita creen que al-Asiri ha entrenado a varios aprendices sobre cómo hacer sofisticadas bombas basadas en pentrita.“Saben que Asiri algún día será asesinado o capturado”, dijo Alani. “Hablamos de una nueva generación de habilísimos constructores de bombas y de personas muy comprometidas”.