Grecia, ¿por qué no dejar que se hunda?
Puede que Grecia nos haya dado la palabra democracia y muchos de los principios de la sociedad civil, pero ahora es el enfermo de Europa. El resto de democracias europeas se preguntan si vale la pena salvar al país con millones de dólares de su bolsillo. Su argumento es: ¿qué pasaría si Grecia se deslizara ignominiosamente de la eurozona?
Adiós, Grecia
En términos continentales, Grecia es periférica. No se asienta sobre reservas de petróleo, y depende de la agricultura y el turismo. Representa sólo el 5% de la producción económica de la Unión Europea. Con la Guerra Fría terminada hace tiempo, su posición estratégica al borde de los Balcanes ya no es importante como antes.
En segundo lugar, los críticos cuestionan si Grecia tiene la voluntad o capacidad de quedarse dentro de la eurozona. En las elecciones del domingo pasado, los partidos principales de Grecia; aquellos que habían prometido “tragar la medicina” repartida por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, fueron derrotados en las elecciones. Un tercer líder político fue invitado este jueves a tratar de formar un gobierno. Los comentaristas griegos predicen que ninguna coalición estable es probable; y nuevas elecciones son probables, al igual que 15,000 millones de dólares que se deben en medidas de austeridad.
Hace dos semanas, el gobernador del Banco Central de Grecia, George Provopoulos, advirtió que a menos que el país se mantuviera en el rumbo, podría haber una “regresión desordenada, regresando al país varias décadas atrás y expulsándolo de la zona del euro y la Unión Europea”.
La mayoría de los griegos; un 70%, dicen a los encuestadores que quieren que el país permanezca en la eurozona, pero una minoría sustancial ha votado por los partidos que se oponen a lo que ven como una austeridad impuesta por Berlín. Ellos creen que la “medicina” realmente está empeorando la situación.
Este año, el Banco Central predice que la economía se reducirá en un 5%, después de una contracción del 7% el año pasado. Eso significa menos trabajos, menos ingresos fiscales y una mayor dificultad para cumplir con las obligaciones de la deuda.
En tercer lugar, ¿es inteligente el rescate interminable en la economía o sólo perpetúa la crisis con una nueva deuda que reemplaza a la vieja? Un análisis confidencial del FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea en febrero proyectó que la deuda de Grecia seguiría ascendiendo al 129% del PIB en 2020 y podría ser tan alta hasta un 160%. El análisis, obtenido por Reuters en febrero, estimaba que Grecia necesitaría 175,000 millones de dólares de financión en los próximos dos años.
Algunos argumentan que, mientras Grecia utilice el euro como moneda, nunca se volverá competitiva. La investigación realizada por el banco de inversión Goldman Sachs concluyó que Grecia necesitaba una depreciación real en su tipo de cambio a un 30% para restaurar la competitividad de Grecia. Compara su situación a la de Islandia, que después de una crisis financiera en 2008 gracias a su sector bancario sobrecargado, se fue de golpe con una devaluación de un 40% de su moneda y dejó a los bancos acreedores en un esfuerzo inútil. Ahora ha vuelto a crecer de nuevo, aunque modestamente.
El economista de Estados Unidos Kenneth Rogoff ha argumentado que Atenas debe concederse un año sabático de la eurozona mientras que permanece en la Unión Europea, lo que le permite reintroducir el dracma con un gran descuento al euro, y haciendo a la industria del turismo ampliamente popular.
Hans-Werner Sim, director del think tank Ifo, está de acuerdo. El dinero que se derramó en Grecia para mantener al país en la eurozona sería mejor gastado en facilitar su partida, dice.
“El dracma inmediatamente se depreciará, y la situación se estabilizará muy rápidamente. Después de una tormenta corta, el sol volverá a brillar”, dijo a la revista alemana der Spiegel.
En cuarto lugar, más allá de la aritmética desalentadora, algunos argumentan que el Estado de Grecia es demasiado disfuncional para hacer frente a sus obligaciones masivas. Grecia tiene un sistema fiscal que apenas funciona, y sindicatos antiguos corruptos. La última tabla de corrupción de Transparencia Internacional clasifica a Grecia en el lugar 80, junto con El Salvador.
“Por décadas, la élite política, sumida en la corrupción y la captación de rentas, ha seguido el camino del despilfarro y el clientelismo”, escribió Kostas Bakoyannis, el alcalde de Karpenisi, en el Wall Street Journal el mes pasado.
Grecia no ha privatizado una sola industria de propiedad estatal, a pesar de promesas repetidas de hacerlo. Su tejido social se deshilacha y tiene un creciente problema con la violencia política. Añadido a eso, ahora, un orden político inestable.
Y finalmente, si Grecia no puede mantenerse en orden y la incertidumbre persiste, el temido efecto contagio asomará su cabeza de nuevo. Es una verdad evidente que los mercados odian la incertidumbre, y para el año pasado Grecia la había entregado en cuotas semanales.
El melodrama interminable podría empeorar el clima psicológico para otros miembros del “cinturón de las aceitunas” de la eurozona. Las negociaciones sobre la reestructuración de la deuda soberana de Grecia ha dejado a los inversores internacionales cautelosos de comprar otra deuda en el sur de Europa. De acuerdo con el Financial Times del mes pasado, los inversores han retirado 130,000 millones de los mercados de bonos soberanos de Europa en los últimos dos años.
Por el otro lado…
El argumento contrario es que “alteración del orden público por defecto” o incluso una salida administrada por Grecia tendría consecuencias de largo alcance para Europa; ninguna de ellas es buena y malinterpreta el estado de ánimo griego.
Pierpaolo Barbieri, con la beca Ernest May en el Centro Belfer de la Escuela Kennedy de Harvard, ha escrito extensivamente sobre la crisis financiera de Europa. “Los votantes griegos se han vuelto contra el viejo duopolio de PASOK y Nueva Democracia”, dice, refiriéndose a los partidos dominantes de los últimos 30 años.
“Están cansados de la crisis. Eso no significa que están en contra de ser parte de la eurozona. Se dan cuenta de que sus ahorros serían eliminados si un devaluado dracma tomara el lugar del euro y que los bancos griegos colapsaran. Así que es importante separar la debilidad de los partidos políticos existentes del problema de los recortes y la eurozona”.
En segundo lugar, no hay ningún libro de jugadas para dejar la moneda única, no hay reglas que manejen la expulsión. Nunca fue previsto. Un nuevo gobierno griego, sin pagar persistentemente los pagos de la deuda, puede efectivamente votarse a sí mismo fuera de la eurozona, pero el proceso sería complicado. Las empresas griegas que toman ventaja del mercado único se verían gravemente afectadas.
“Cualquier anuncio de la salida de Grecia podría causar estragos en los mercados. Si los griegos eligen a alguien que quería seguir este camino, será imposible regresar en una fecha más tardía”, dijo Barbierie a CNN.
Además, dice, no hay garantía de que la escisión de Grecia de la eurozona aliviará la presión sobre otros miembros. Simplemente podría reorientar la ansiedad en el siguiente estado más vulnerable.
“Si Grecia cae, ¿qué le diría eso a Portugal, Italia, España e Irlanda? Habría un peligro para toda la construcción europea, incluido el mercado único. Los alemanes a menudo dicen, “si el euro fracasa entonces Europa fracasa”; y el proyecto Europa ha estado en el núcleo de la política internacional alemana por medio siglo”.
Italia, España y Portugal están en medio de una restructuración dolorosa; sólo esta semana el gobierno español anunció que tendría que intervenir para rescatar al tercer banco más grande del país.
“Europa tendrá dificultades formando una federación si su primera acción es desechar a países que no pueden ganarse la vida”, escribió la comentarista Barbara Spinelli en el periódico italiano Repubblica.
Dejen que 'se hagan bolas'
¿Existe una manera de salir de este paso? Quizá. Pero requerirá una inclinación de la austeridad hacia el crecimiento para persuadir a los griegos de que su sufrimiento no será interminable.
La elección básica podría seguir siendo el rescate o la quiebra, pero el rescate puede ser endulzado, como sugirió el vocero del Comisionado de Economía de la UE, Oli Rehn, el martes.
“Podemos hacer mucho para ayudar a Grecia, y lo estamos haciendo. Nuestros estados miembros, nuestros contribuyentes en otros estados miembros europeos de la eurozona, están ofreciendo esta solidaridad”, dijo. Una acción concreta debe de seguir, dice Barbieri.
“Europa necesita mostrar a los griegos que tienen razones para esperar mantenerse en el rumbo, que no sólo será dolor y más dolor. Tienen que haber medidas para ayudar el crecimiento, como proyectos de inversión europeos en infraestructura para ayudar a pequeñas y medianas empresas que carecen de fondos, lo que puede ser alcanzado a través del Banco de Inversiones Europeo. El BCE (Banco Central Europeo) debe continuar ayudando a los bancos griegos, con el fin de comenzar a prestar de nuevo”.
El próximo año, Angela Merkel buscará un tercer mandato como canciller alemana. Si lo obtiene, dicen los analistas, podría tener una mayor libertad de inclinarse al crecimiento.
“Sería un desarrollo positivo si Francois Holland [el recién elegido presidente de Francia] pudiera acelerar el desarrollo y crear ‘recompensas’ para reformar los países, así como recordar a los electorados europeos que la unión monetaria no es un ‘pacto suicida’, dice Barbieri.
Puede ser que incluso con una atmósfera política hostil, el desempleo masivo y las protestas en las calles, Grecia está creando progreso. Si la próxima ronda de recortes en el gasto público pasa a través de Grecia para dirigirse al balance, su ingreso pagará su gasto. De acuerdo con el Banco Central, la economía podría dejar de reducirse en 2013.
Pero 2013 parece muy lejano, y estos son los primeros pasos tentativos hacia la convalecencia.