Un coche bomba es detonado cerca de un centro militar de Siria
Activistas opositores al régimen sirio informaron que un coche bomba explotó en la ciudad de Deir Ezzor, en un hecho que se suma a una serie de ataques similares en las últimas semanas, y cuestionaron que los atacantes hayan tenido fácil acceso a una zona militar del régimen.
El Observatorio para los Derechos Humanos de la oposición siria, informó que
la explosión ocurrió cerca de un centro de inteligencia militar . La televisión estatal de Siria informó que causó al menos 9 muertes.
La explosión ocurrió muy cerca de una central de inteligencia de la Fuerza Aérea de Siria y de un hospital militar, dijeron los activistas. La agencia estatal de Siria, Arab News (SANA), dijo que un "terrorista suicida condujo el coche bomba e irrumpió en la sede de la Institución Militar de Construcciones" en el barrio de Ghazai Ayash Masaken.
SANA informó que "la explosión terrorista causó daños importantes en casas y edificios públicos".
Los Comités de Coordinación Local (LCC por sus siglas en inglés) cuestionó cómo los responsables de la explosión pudieron llegar a un lugar "absolutamente seguro contra ataques externos". Se preguntó, además, cómo los medios de comunicación estatales, que publicaron fotos de la matanza fueron capaces de "entrar en el área de inmediato", y cómo operaron las fuerzas de seguridad para asegurar el área rápidamente.
"¿Es una coincidencia que los atentados son siempre en las zonas de seguridad controladas por el régimen; que sólo el régimen puede escenario para estas manifestaciones ante el mundo?", dijo el grupo en un comunicado divulgado este sábado.
Antes, los LCC habían informaron de la muerte de tres personas en Siria, dos de ellas en Idlib y una en Aleppo.
Los LCC informaron que las muertes ocurrieron el viernes, luego de que las fuerzas de seguridad dispararan a manifestantes que están contra el gobierno.
El ataque de este sábado ocurre luego de dos atentados suicidas hace una semana en Damasco donde al menos hubo 55 muertos , además de cientos de heridos y daños generalizados. El gobierno ha culpado a "terroristas", en tanto que la oposición siria responsabiliza al gobierno.
Los incidentes han aumentado la preocupación sobre la posible presencia de yihadistas que operan en el país.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, culpó el jueves a Al-Qaeda por el ataque a Damasco.
Ban expresó que es "muy alarmante y sorprendente... hubo un atentado terrorista grave. Yo creo que Al-Qaeda está detrás".
Sin embargo, el viernes expresó que "estamos tratando de investigar quiénes son estas terceras fuerzas que están detrás del atentado terrorista en Damasco".
De acuerdo con el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos un atentado aparentemente dirigido a las fuerzas de seguridad en Aleppo la madrugada del viernes, mató a un soldado y dejó cinco personas heridas.
Alepo, la ciudad más poblada de Siria, es considerada como el bastión del presidente Bachar al Asad.
Aunque ha habido una serie de protestas en Aleppo, desde que comenzó la insurrección, el número de personas que públicamente ha llamado a la destitución de al Asad se ha incrementado significativamente. El jueves, miles salieron a las calles para pedir el fin del régimen.
El aumento de las manifestaciones en Aleppo ocurre en un momento crítico para ambas partes, que disputan el apoyo internacional en el conflicto que comenzó el año pasado con protestas que pedían reformas políticas. Luego de actos de represión de las fuerzas de al Asad generó un levantamiento armado.
Grupos de oposición y miembros del ejército rebelde afirman que el gobierno de al Asad los acusa falsamente de tener vínculos con terroristas. Al Asad ha dicho que la oposición es respaldada por terroristas extranjeros empeñados en desestabilizar al gobierno.
Una serie de ataques ha causado conflictos en los centros de poder de Damasco y Alepo en los últimos meses.
Los reportes por la violencia han dejado dudas sobre el éxito del plan de paz establecido por el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan
Robert Mood, jefe de los observadores de la ONU en Siria, informó que 260 de 300 observadores fueron distribuidos en Siria para supervisar el progreso del plan de paz, que pide alto al fuego.
Ban Ki-moon informó que el despliegue de observadores tiene un efecto que amortigua la violencia, “ya que el número de casos se ha reducido, pero no lo suficiente. No toda la violencia se ha detenido. Así que seguiremos protegiendo a la población".
Añadió que las autoridades han estado "muy contentos de ver y ser testigo de un efecto calmante inmediato producido por nuestra llegada", pero "esto ha sido cuestionada por los incidentes asimétricas, a veces intenso, pero en algunos lugares".
Ki-moon dijo que entre 9,000 y 10,000 personas han muerto en Siria durante la crisis. Activistas de la oposición han informado que el número de muertos es de más de 11,000.
CNN no puede verificar de forma independiente el número de muertes por la violencia debido a que el gobierno sirio tiene restringido el acceso a la información a los medios de comunicación internacionales.
Kamal Ghattas, Amir Ahmed y Richard Roth contribuyeron con este informe.