Amnistía Internacional denuncia el desamparo mundial del activismo
Nina Siren, de 18 años, está a punto de graduarse de la preparatoria al igual que muchos chicos de su edad. A diferencia de sus compañeros, ella ha dedicado más de la mitad de su corta vida a pelear para evitar la destrucción de su hogar, su cultura y su comunidad nativa a manos de los intereses detrás de la exploración petrolera en Ecuador.
Jenni Williams, de 50 años, activista por los derechos de las mujeres en Zimbabwe, ha sido arrestada 43 veces durante actividades de protesta pacíficas y ahora enfrenta cargos penales que, según dice, fueron inventados por las autoridades.
Omar Assil, quien formó parte de las protestas del año pasado en Damasco antes de abandonar su hogar para dirigirse a Gran Bretaña, ahora trabaja al lado de otros jóvenes sirios para proveer de apoyo pacífico al movimiento a favor de la democracia.
Ellos son solo tres de los activistas que a través de sus acciones han ayudado a hacer de 2011 “una año verdaderamente turbulento”, de acuerdo con el 50 reporte anual sobre el estado de los derechos humanos a nivel global de Amnistía Internacional, difundido este jueves.
Las escenas dramáticas de la Primavera Árabe mantienen a los manifestantes de Medio Oriente y el norte de África en los titulares, especialmente ahora que los votantes egipcios participarán esta semana en una elección presidencial sin precedentes.
AI también aplaude los esfuerzos con frecuencia pasados por alto de manifestantes en otros lugares de África, Asia, Europa y América durante el pasado año.
Simultáneamente, el grupo de derechos humanos lanza duras críticas a la “falta de liderazgo” a nivel local e internacional al decir que quienes ostentan el poder han dejado a los movimientos de protesta a su suerte en su lucha contra la tiranía y la injusticia.
"La gente antes que las empresas"
Salil Shetty, secretario general de AI, declaró en un reporte emitido en Londres que “la falta de liderazgo se ha generalizado en el mundo en el último año; los políticos han respondido a las protestas con brutalidad o indiferencia. Los gobiernos deben demostrar un liderazgo legítimo y rechazar la injusticia protegiendo a los desvalidos y conteniendo a los poderosos. Es momento de poner a la gente antes que a las corporaciones y a los derechos antes que a las ganancias".
Shetty hizo énfasis en la incapacidad del Consejo de Seguridad de la ONU para actuar eficazmente en Siria y Sri Lanka; agregó que da la impresión de que el grupo “está agotado, fuera de forma y cada vez más incapaz de cumplir su propósito".
Shetty agregó que “durante el año pasado se han evidenciado que las alianzas oportunistas y los intereses económicos han dejado a un lado a los derechos humanos mientras que los poderes mundiales se disputan la influencia sobre el Medio Oriente y África del Norte".
“La retórica de los derechos humanos se adopta cuando sirve a los propósitos políticos o corporativos y es dejada de lado cuando se vuelve incómoda u obstaculiza los negocios", agregó Shetty.
La defensa de su tierra
Obligada a salir de la remota Amazonia de Ecuador con rumbo a Suecia hace cuatro años, bajo amenaza de muerte por la oposición de su comunidad al proyecto petrolero, desde los siete u ocho años, Nina Siren ha formado parte de la lucha para conservar el estilo de vida de la etnia Kichwa en Sarayaku. Fue en ese entonces cuando se enteró de que un representante de la compañía petrolera que pretendía desarrollar un proyecto en las vírgenes tierras de su comunidad —proyecto que según AI está respaldado por el gobierno— ofrecía una retribución de solo 60,000 dólares, 15 dólares por persona. “Era tan solo una niña, pero supe que nunca cedería mis tierras”, dijo Siren.
“Quise preguntarle por qué quería darme 15 dólares por expulsarme de mis tierras y destruirlas. Creo que fue el primer momento en el que supe que sería una batalla muy larga".
Incluso cuatro años después de haber huido a Suecia, para la familia era muy peligroso regresar a su tierra. “Saber que no podíamos regresar a ver a mi familia, mi aldea… Fue horrible, horrible”, dijo Siren, quien ahora puede viajar a casa una o dos veces al año.
A pesar de todos los obstáculos que han enfrentado, Siren y su madre, Noemi Gualinga, han ayudado a llevar a la batalla que su comunidad ha peleado por más de una década ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos en Costa Rica. Hoy esperan con ansia el veredicto que deberá emitirse en los próximos meses. Dicho veredicto podría tener impacto en miles de comunidades indígenas en Ecuador, y más allá, en donde los ciudadanos quieren que sus gobiernos se apeguen a las leyes internacionales de derechos humanos que exigen que se consulte con las poblaciones indígenas antes de aprobar los proyectos de desarrollo de sus tierras.
Gualinga dice que la llegada de las compañías petroleras a sus tierras hubiera significado “el fin de nuestra cultura y estilo de vida". Según Siren, la comunidad nativa ha recurrido a internet para hacer llegar su mensaje a la comunidad internacional haciendo eco de los movimientos de protesta que se están llevando a cabo en otros lugares.
Atestiguar el movimiento de la Primavera Árabe ha ayudado a los sarayaku en su lucha. Gualinga declaró que “me siento inspirada al ver en las noticias que hay otras personas haciendo lo mismo que nosotros. Antes nos sentíamos muy solos… Ahora podemos ver que no somos los únicos, lo cual definitivamente nos da esperanzas".
Para Jenni Williams, las revoluciones de la Primavera Árabe han sido tanto inspiración como motivo de la creciente represión que el gobierno de Zimbabwe ejerce sobre las protestas en el país. Siendo directora ejecutiva y miembro fundador del Levantamiento de las Mujeres de Zimbabwe (WOZA), encabeza el movimiento de 80,000 activistas de derechos humanos que buscan mejorar las condiciones de vida de las mujeres de la nación sudafricana.
Williams acusa a las autoridades del gobierno del presidente Robert Mugabe, quien ha gobernado en Zimbabwe durante 32 años, de hacer mal uso de sus facultades para mantenerse en el poder y reprimir las protestas a través de arrestos e intimidación.
“Así es cómo estos dictadores se atrincheran; nosotros los activistas debemos responder”, señaló Williams. “¿Cómo esquivas una bala y haces que tu voto cuente?”
El reporte de AI hace énfasis en los arrestos, detenciones y tortura en contra de los defensores de los derechos humanos de parte de una fuerza policial manipulada que, según AI, no ha logrado sancionar a los miembros del partido ZANU-PF de Mugabe cuando estos han “acosado, intimidado o agredido a quienes consideran opositores políticos".
Williams declaró que “la Primavera Árabe nos ha servido de inspiración; sin embargo, desde entonces se nos considera una amenaza a la seguridad nacional. Somos un movimiento femenil que recurre a la protesta pacífica, no obstante ello nos ha llevado a ser vigiladas y a ser arrestadas”. A pesar de todo, ella y muchas mujeres más seguirán alzando su voz a favor de la justicia y la igualdad de las mujeres.
Omar Assil, del Movimiento Sirio por la No Violencia, está igualmente decidido a pesar de que la inestabilidad sigue azotando a Siria a más de un año del inicio de la represión de las protestas a manos del gobierno.
“Vemos que las personas se siguen manifestando, aún tienen esperanza en el cambio e insisten en salir a las calles a pesar de los peligros que enfrentan”, dijo.
AI señaló que “la inacción en respuesta a los crímenes contra la humanidad en Siria", debido en gran parte a los vetos que emitieron Rusia y China —hace que el Consejo de Seguridad de la ONU “parezca un superfluo guardián de la paz mundial". Esta situación es un reto para que las Naciones Unidas hagan un mejor papel al reunirse en julio para acordar los términos del Tratado de Intercambio de Armamento y significa una prueba "para que los políticos pongan los derechos por encima de los intereses y las utilidades”.
De acuerdo con AI, millones de personas alrededor del mundo han marchado en favor de los derechos humanos; agrega que es momento de que los líderes mundiales asuman su responsabilidad.
“Los manifestantes han demostrado que el cambio es posible. Han retado a los gobiernos a defender la justicia, la igualdad y la dignidad”, señaló Shetty, secretario general de AI. “Han demostrado que no están dispuestos a aceptar a los líderes que no cumplan con estas expectativas. Luego de un inicio desafortunado, 2012 debe convertirse en un año de acción".