El Dalai Lama defiende su cultura en el primer acto europeo 'pro Tíbet'
Miles de personas se congregaron el sábado en la Plaza de los Héroes de Viena, Austria, en la primera manifestación europea a favor de los derechos de los tibetanos, donde el Dalai Lama defendió la necesidad de preservar la cultura y el medioambiente del Tíbet.
Entre 2,500 (según la policía) y 10,000 personas (según los organizadores) asistieron a la manifestación que fue el punto culminante de la duodécima visita a Austria del líder budista, marcada esta vez por críticas de las autoridades chinas a Austria y un despliegue de fuertes medidas de seguridad.
"Pueden estar orgullosos de su cultura... pues es única", dijo el decimocuarto Dalai Lama, Tenzin Gyatso, al dirigirse en su idioma natal a los cientos de tibetanos que acudieron de toda Europa al acto.
El Dalai Lama, Premio Nobel de la Paz 1989, pidió el apoyo internacional para ayudar a defender su cultura, el medioambiente del Tíbet y los derechos básicos de los tibetanos.
En particular, llamó la atención sobre la muy delicada situación ecológica del Tíbet, el "techo del mundo", pues el impacto del efecto invernadero es semejante al que se observa y se teme en los polos de la Tierra, y recordó al respecto que los principales ríos que riegan Asia emanan de las montañas del Himalaya.
"Ahora soy una persona vieja, retirado de la responsabilidad política", dijo el líder budista, en alusión al ya efectuado traspaso del poder político que hizo a Sangay, quien por su parte se mostró convencido de que su pueblo logrará la autonomía que aspira.
El Dalai Lama resaltó que su cultura es una de "paz, no violencia, de compasión", que no solo es de interés para los tibetanos, sino para "todo el mundo" en la actualidad, marcada por "tantas crisis, violencia, corrupción...".
A través de su embajada en Viena, China criticó especialmente la reunión del canciller federal austríaco, Werner Faymann, y otros dirigentes del país con el Dalai Lama, encuentros que agradeció en el acto el primer ministro del gobierno tibetano en el exilio, Lobsang Sangay.
En el escenario montado en la céntrica plaza vienesa, delante del suntuoso antiguo palacio imperial de los Habsburgo, hablaron también otras personalidades y actuaron varios artistas.
Entre ellos, el exministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, instó a que Europa envíe un "fuerte mensaje" a China a favor de los derechos del pueblo tibetano.
También apoyó la aspiración del gobierno tibetano en el exilio a que Bruselas nombre un emisario especial y envíe una delegación para que estudie sobre el terreno la situación de los derechos humanos en el Tíbet.
Kouchner se refirió a las decenas de tibetanos que se inmolaron en el último año en protesta por la política de represión de China en Tíbet, y rechazó la postura de Pekín de descalificar esas protestas como "actos terroristas".
Entre los artistas, destacó el tibetano Loten Namling, quien contó que anda a pie entre las ciudades suizas de Basilea y Ginebra para contar a la gente la historia de sus compatriotas que se quemaron a lo bonzo.