Charles Taylor es sentenciado a 50 años de cárcel por crímenes de guerra
El primer ex jefe de Estado en ser condenado por crímenes de guerra desde la Segunda Guerra Mundial fue sentenciado a 50 años de prisión este miércoles por un tribunal internacional en La Haya, Holanda.
El tribunal condenó a Charles Taylor el mes pasado por ayudar a rebeldes en la vecina Sierra Leona, en una campaña de terror que incluyó asesinatos, violaciones, esclavitud sexual y reclutamiento de niños menores de 15 años.
Taylor fue una figura central en la política de Liberia durante décadas y fue obligado a renunciar bajo la presión internacional en 2003. Aunque huyó a Nigeria, guardias fronterizos lo detuvieron tres años más tarde cuando intentaba cruzar la frontera hacia Chad.
La fiscalía había pedido al Tribunal Especial para Sierra Leona una condena de 80 años para Taylor —presidente de Liberia desde 1997 a 2003— pero los jueces consideraron la recomendación "excesiva", citando el "alcance limitado" de algunos puntos de la condena.
No hay pena de muerte en el derecho penal internacional; Taylor, de 64 años, cumplirá su condena en una prisión británica.
Taylor bajó su mirada, mientras que el juez Richard Lussick leyó la declaración de la sentencia, que incluyó una descripción del horror de las atrocidades cometidas en Sierra Leona por los rebeldes que el expresidente respaldó.
El exmandatario apelará su condena y será tomado en cuenta el tiempo cumplido tras las rejas desde marzo de 2006.
Él no se ve como un criminal de guerra, sino como una víctima, un líder agraviado por la corrupción y una mano hipócrita de la justicia con una agenda política.
"Nunca tuve una oportunidad", dijo la semana pasada durante su posicionamiento final ante la corte. "Solo el tiempo dirá cuántos otros jefes de Estado africanos serán destruidos".
Taylor hizo una declaración sobre por qué se debía escatimar la sentencia más severa para su condena y dijo que estaba entristecido por el veredicto del mes pasado.
El tribunal afirmó que Taylor había ayudado a los rebeldes del Frente Revolucionario Unido , el cual fue partícipe de una sangrienta guerra civil en Sierra Leona que en total dejó 50,000 muertos o desaparecidos.
Taylor, quien no ha expresado ningún remordimiento, insistió en que su intención estaba lejos de lo que había sido presentado por la fiscalía y se describió como un pacifista.
Aseguró que los fiscales recibieron millones de dólares del gobierno de Estados Unidos y que los testigos fueron pagados.
El fallo del mes pasado del Tribunal Especial para Sierra Leona contra Taylor fue la primera condena contra un ex jefe de Estado por parte de una corte internacional desde los juicios de Nuremberg, tras la Segunda Guerra Mundial.
En aquel entonces fue condenado el almirante Karl Dönitz, quien fue presidente de Alemania brevemente después del suicidio de Adolf Hitler.
El expresidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, fue juzgado por un tribunal internacional, pero murió antes de que se dictara sentencia.
Taylor fue hallado culpable de todos los 11 cargos de complicidad con los rebeldes y de extraer diamantes para pagar por armas de fuego .
Los fiscales, sin embargo, no pudieron probar que Taylor asumió el mando directo sobre los rebeldes que cometieron las atrocidades.
Naciones Unidas y el gobierno de Sierra Leona en forma conjunta establecieron el tribunal especial para juzgar a quienes jugaron el papel más importante en las atrocidades. La corte se trasladó a Holanda desde Sierra Leona, donde aún hay emociones exaltadas por la guerra civil.