El juego de la Eurocopa refleja la crisis financiera de la eurozona
La Eurocopa 2012 empieza a parecerse a la eurozona. Se trata de un caso en el que el deporte imita a la economía.
Puede que sean los primeros días del torneo de fútbol que se celebra cada cuatro años, y que acapara la atención de decenas de millones de personas, desde los Urales hasta el Atlántico, pero hay señales alarmantes de que algunos equipos imitan los papeles nacionales en la crisis del euro.
La prueba hasta ahora: Alemania ha sido austera e implacable en comparación con su desenfadado juego en la última Copa del Mundo. Casi puede escucharse a la canciller Angela Merkel meneando el dedo y exigiendo en el vestidor: “No regalen nada”. Contra Portugal no lo hicieron, obteniendo la victoria con una eficacia utilitaria que hace eco del liderazgo alemán en el escenario europeo.
Hablando de Portugal, todavía pueden despertar a tiempo para llegar a la siguiente fase del torneo, pero al igual que los otros países europeos con rescates, sufrieron la incertidumbre y se vieron con mucho trabajo que hacer para permanecer en la eurozona Euro 2012.
Irlanda, otro país que tuvo que buscar la ayuda de la Unión Europea y el FMI, fue humillada por Croacia en su primer partido. Quizá el centro de la gravedad económica europea esté, como algunos han especulado, desplazándose hacia el este. Algunos fans irlandeses portaban en lo alto una pancarta que decía: “Angela Merkel piensa que estamos trabajando”.
Hubo un mal comienzo para otra de las naciones con rescate. Después de los partidos contra Polonia y la República Checa, Grecia había acumulado solamente un punto (si tan sólo sus tasas de interés fueran los mismos, en lugar del 29% que tiene para el bono a 10 años). Les expulsaron a un jugador (¿un presagio de su desordenada salida de la eurozona?). Y su formación defensiva fue menos que convincente, vulnerable a los ataques por las bandas izquierda y derecha. Ejemplo de las elecciones del domingo.
España e Italia, los dos países que podrían verse más afectados por el contagio de una desordenada salida griega (más de la eurozona que de la Eurocopa 2012), igualaron 1-1 en su un tanto cauteloso partido inaugural. Tal vez estaban pensando que algún día podrían necesitar echar mano el uno del otro para pedir ayuda a Europa y en pelear por políticas con mayor orientación al crecimiento.
Al parecer, algunos analistas de inversiones también se han alejado un rato de sus trabajos cotidianos para pronosticar a los ganadores y a los perdedores de la Eurocopa 2012.
Investigadores del banco holandés ABN Amro vez justificaron emplear tiempo en el proyecto al decir que “el fútbol es la más importante de todas las cosas sin importancia”. Lo cual parece ridículo, pues la mayoría de la gente sabe que no se trata sólo de un juego, sino una forma de vida.
De cualquier forma, ABN Amro comparó el pedigrí futbolístico de los países con su calificación crediticia, y (sorpresivamente) concluyó que Alemania levantará el trofeo el 1 de julio. También dijeron que como la crisis del euro es en gran medida una crisis de confianza, “creemos que sería mejor si uno de los países de la eurozona ganara la Eurocopa de 2012. Una victoria de uno de los países que no entraron en el euro (Dinamarca, Gran Bretaña, Suecia) no sería vista con buenos ojos ya que sólo alentaría a los euroescépticos".
Esta es justamente una de las súplicas especiales de Europa en su situación actual. E inmediatamente llegó la réplica del equipo danés, quien despachó 1-0 al ampliamente favorito equipo holandés en su primer partido.
Los daneses tienen buen récord en esto. Ganaron el campeonato europeo en 1992, un mes después de votar en contra del Tratado de Maastricht sobre la integración europea. Después de que Dinamarca derrotara a Alemania en una final memorable, el ministro de Exteriores danes, Uffe Elleman-Jensen, sin duda uno de los políticos europeos más agradables de la historia, bromeó con “si no puedes unirte a ellos, gánales”.
El enfoque danés de este año fue el poner capas de defensa disciplinada. La formación inglesa contra Francia fue similar, una especie de defensa bulldog características de una nación que nunca ha estado muy segura de su destino europeo.
En el banco italiano UniCredit, los expertos adoptaron un enfoque estrictamente financiero para el fútbol (aunque podrían haberlo utilizado en investigar la fragilidad de algunos bancos italianos.) Calcularon el valor de cada uno de los equipos en función del valor de transferencia en el mercado de sus jugadores y predijeron este escenario para las semifinales: “Portugal (338 millones de euros) contra España (658 millones de euros) y Alemania (459 millones de euros) contra Gran Bretaña (392 millones de euros). Por supuesto, estos valores todos los días van para abajo como consecuencia del hundimiento del euro frente al dólar y la libra esterlina.
En lo que podrían ser malas noticias para las posibilidades de Alemania, podría haber una relación inversa (en la jerga económica) entre la salud financiera y la destreza deportiva. Grecia ganó la Eurocopa 2004 e Italia alzó la Copa del Mundo 2006; España ganó la Eurocopa 2008 y la Copa del Mundo 2010. O podría ser que estos países se encuentran en un desastre económico precisamente porque su gente se la pasa en las calles jugando todo el tiempo al futbol.
Que el fútbol explique al mundo es algo que ya se sabe. Franklin Foer, autor de Cómo el fútbol explica el mundo: Una improbable teoría de la globalización, escribió que “vagando entre aficionados lunáticos, poseedores de mafiosos y enloquecidos huelguistas búlgaros, me daba cuenta de las maneras en que la globalización ha fracasado para disminuir las culturas locales del juego, la enemistad local por cuestiones de sangre e incluso la corrupción local”. En otras palabras, el fútbol es la Prueba A en el argumento de que el orgullo nacional nunca será absorbido por la digna aunque aburrida meta de la integración europea. Echar un vistazo a los aficionados polacos cantando a todo pulmón el martes su himno nacional antes del partido contra Rusia (seguramente sin rencor histórico) confirma lo anterior.
De hecho, los europeos podrían quedar tan agotados por el torneo que los mercados simplemente olvidarán bajar el euro o cotizar la deuda española a niveles récord. El blog Market Monetarist descubrió una investigación hecha por economistas del Banco Central Holandés en la Copa del Mundo 2010. Empleando los datos de transacciones minuto a minuto provenientes de 15 bolsas de valores, hallaron que cuando la selección de fútbol de cada país jugaba, el número de operaciones se reducían en un 45%.
El presidente español está haciendo su mejor esfuerzo para emplear la Eurocopa 2012 como una forma de restarle importancia a la crisis de la deuda de su país. Horas después de que a su gobierno le ofrecieran 100 millones de euros para ayudar a los bancos endeudados, Rajoy viajó en avión a Polonia para ver el primer partido de la selección de España.
“Voy porque la escuadra española es campeona del mundo y creo que es bueno que el jefe de gobierno esté en este juego inaugural”, dijo. Ni un indicio de escapismo.
Pero ahora me siento mal. Muchos europeos no podían esperar a que comenzara la Euro 2012 para simplemente escapar de la avalancha de titulares negativos en los diarios sobre el futuro de su continente. Lo último que querían era que el torneo se convirtiera en una metáfora (aunque no tan convincente) de sus problemas. Disculpen.
*Tim Lister no vio ninguno de los juegos que se mencionan en el artículo durante horas laborales. ¡De verdadd!