Un aborto forzado por el gobierno provoca indignación y debate en China
La indignación aumentó este jueves en China por un aborto tardío forzado por funcionarios locales de planificación familiar, mientras que las autoridades se comprometieron a sancionar a los responsables.
Feng Jianmei, de 22 años, fue detenida ilegalmente el 30 de mayo en la provincia rural de Shaanxi, y obligada a someterse al procedimiento a tres días de iniciar el séptimo mes de embarazo, dijo su esposo.
"Estoy enojado y queremos justicia", dijo Deng Jiyuan a CNN por teléfono. "La obligaron a abortar nuestro hijo de siete meses de gestación, ¿merecen ser llamados funcionarios del Partido Comunista que sirven a la gente?"
Deng, un agricultor de 29 años, dijo que intentó hasta el último momento lograr que su hijo naciera, pero no podía permitirse el lujo de pagar la multa de 40,000 yuanes (6,300 dólares) exigida por los funcionarios, y agregó que su esposa quedó traumatizada en el hospital.
La pareja se casó en 2006 y Feng dio a luz a una niña en 2007, dijeron funcionarios locales en un comunicado. La estricta ley de planificación familiar limita a parejas casadas a tener un sólo niño, por lo que Feng y Deng no tienen derecho a tener un segundo hijo.
Fotografías tomadas después del aborto, que muestran a un bebé ensangrentado junto a Feng en una cama de hospital, circulan entre internautas chinos y han causado conmoción, lo que provocó una rara cobertura de los medios estatales de comunicación y un debate público sobre una de las políticas más controversiales del país.
Aunque en un principio dijeron que la operación fue voluntaria, las autoridades locales reconocieron este jueves que el aborto forzado fue ilegal.
"Dicha acción ha violado seriamente las políticas y regulaciones establecidas por las autoridades estatales y provinciales de planificación de la familia, dañó la imagen del trabajo de planificación familiar y ha causado un impacto social muy negativo", se afirmó en un comunicado emitido por la Comisión de Población y Planificación Familiar de Shaanxi.
"Hemos exigido al gobierno local que investigue el caso y castigue a quienes resulten responsables, conforme a la ley".
Deng, el marido, dijo a CNN que ningún funcionario ha visitado a la familia. Sin embargo, líderes del pueblo se presentaron ante la familia y pidieron "no exagerar el incidente".
En Sina Weibo, el equivalente chino de Twitter, el caso fue de los principales temas más discutidos este jueves, con casi un millón de comentarios.
La mayoría de los usuarios parecen ponerse del lado de la pareja y condenar a los funcionarios. "Llevar a los asesinos ante la justicia", fue una de las demandas publicadas con mayor frecuencia.
Deng abrió una cuenta de Weibo, donde publica avances de su caso y ventila sus frustraciones. Su imagen de perfil es una de las fotos tomadas después del aborto de su esposa, con la imagen del bebé difuminada, la misma que ha sacudido a la nación.
La política de "un solo hijo" de China estuvo en el centro de atención internacional recientemente cuando el prominente activista de derechos humanos Chen Guangcheng escapó de su arresto domiciliario y se mudó a Nueva York. Los partidarios de Chen mantienen desde hace tiempo una defensa legal de las víctimas de esterilizaciones y abortos forzados, lo que habría causado su persecución.
Desde que el gobierno introdujo la política a finales de la década de 1970 para frenar el crecimiento de la población en el país más poblado del mundo, millones de mujeres se han visto obligadas a poner fin a sus embarazos "ilegales". El número de abortos bajo la "planificación familiar" alcanzó su punto máximo en 1983 con 14.37 millones de operaciones realizadas, de acuerdo con el Ministerio de Salud. Desde el año 2000, dichos abortos sumaban alrededor de siete millones al año, con un pico en 2008 a 9.17 millones de casos.
La información sobre Feng ha causado críticas a la política de planificación familiar de Beijing.
"Ningún gobierno legítimo puede cometer o tolerar este tipo de actos", dijo Reggie Littlejohn, presidente de la organización Derechos de la Mujer Sin Fronteras, un grupo con sede en California que tiene como objetivo detener los abortos forzados en China.
"Hacemos un llamado al gobierno de Estados Unidos y los líderes del mundo libre a que condenen enérgicamente el aborto forzado y toda la planificación familiar coercitiva en China".