El Ejército egipcio se aferra al poder pese a las elecciones
Un islamista respaldado por la Hermandad Musulmana declaró su victoria como como el primer presidente de Egipto electo democráticamente, a pesar de que el gobierno militar que dirige el país emitió un decreto que despoja al cargo de gran parte de su poder.
El movimiento del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas –el cual controla el país desde la caída de Hosni Mubarak– ocurrió el domingo al finalizar la segunda vuelta electoral que duró dos días.
Sin Constitución, Parlamento y, posiblemente, con poco poder, Mohamed Morsi –de la Hermandad Musulmana– ganó a Ahmed Shafik, quien fue primer ministro en los últimos días del régimen de Mubarak, derrocado en febrero del 2011.
Morsi tuvo 11.2 millones de votos, un 52.3 %, contra 1.3 millones de votos de Shafik, según los resultados no oficiales publicados este lunes en el sitio de internet de la agencia de noticias egipcia Al- Ahram.
Shafik no reconoció el triunfo del islamista, afirmó que los votos no han sido contados en los distritos donde tiene más apoyo, incluidas algunas regiones de El Cairo.
Mientras se da a conocer al ganador, su poder fue limitado tras una declaración constitucional interina pubicada este lunes por el Consejo Militar.
Con esta declaración, el Consejo de las Fuerzas Armadas retiene el poder para hacer las leyes y tomar decisiones presupuestales hasta que haya una nueva Constitución y un nuevo Parlamento.
La declaración sostiene que el Consejo de Supremo de las Fuerzas Armadas “decidirá todos los asuntos relacionados con asuntos militares, incluida la elección de sus líderes”.
El Presidente tiene el poder de declarar la guerra, sostiene, pero sólo después de tener la aprobación del Consejo Supremo.
En una situación de revuelta, como la que derrocó a Mubarak, el mandatario puede involucrar a las fuerzas armadas para ofrecer seguridad general pero sólo después de la aprobación del Consejo.
El decreto establece que la nueva Constitución de Egipto debe ser elaborada en tres meses.
El presidente fijará la fecha para las elecciones del nuevo Parlamento, y todavía mantiene el poder del perdón. También tendrá la habilidad de nombrar a funcionarios de gobierno y embajadores.
El jueves pasado, el máximo tribunal de Egipto invalidó el Parlamento y abrió el camino para que el consejo disolviera el cuerpo legislativo.