Una broma podría llevar a prisión a un fotografo surcoreano
Cualquiera ha hecho una broma que creía graciosa solo para verla fracasar, sin embargo, el intento por ser gracioso de Park Jung-geun podría significarle siete años de prisión en Corea del Sur.
Park, fotógrafo de profesión, retuiteó mensajes del sitio oficial de Corea del Norte, tales como los informes de los viajes del fallecido líder Kim Jong Il por el país y algunos comentarios negativos acerca de Corea del Sur.
“Los mensajes me parecieron ridículos porque son muy agresivos y el lenguaje que utilizan es anticuado. Me parecieron graciosos así que los retuiteé”, declaró Park a CNN.
Park también tomó una foto de sí mismo sosteniendo una botella de whisky y le agregó una bandera norcoreana al fondo a modo de broma. Sus simpatizantes manipularon un afiche del ejército norcoreano, reemplazando a un soldado sonriente con una foto de Park triste y la imagen de un arma y otra botella de whisky.
Park fue encarcelado en enero de este año, acusado de “ejecutar actos a favor del enemigo” y de esparcir propaganda norcoreana. Fue puesto en libertad bajo fianza en febrero y deberá comparecer de nueva cuenta ante la corte a mediados de julio. Tiene la esperanza de que se retiren los cargos en su contra. Park señaló que “para ser honestos, si hubiera hecho esto en Corea del Norte hubiera sido severamente castigado. Pero aquí es Corea del Sur y no pensé que se crearía tal lío ya que lo hice por diversión. Definitivamente no fue con fines propagandísticos.”
Park es la más reciente víctima de la controvertida Ley de Seguridad Nacional (NSL). Ampliamente aplicada durante los años de la dictadura militar en los setentas y ochentas, la ley fue creada con el fin de proteger al Estado de la propaganda norcoreana y para juzgar a los espías. Sin embargo, algunos grupos de defensa de derechos humanos alegan que se está utilizando para perseguir a disidentes políticos y reprimir la libertad de expresión.
Amnistía Internacional asegura que se está abusando de la ley, en especial en contra de quienes critican las políticas del gobierno respecto de Corea del Norte.
Sam Zarifi, director de Amnistía Asia-Pacífico señaló que “la NSL tiene un efecto escalofriante sobre la libertad de expresión en Corea del Sur. Se utiliza no para hacer frente a las amenazas a la seguridad nacional, sino para intimidar al pueblo y limitar el derecho a la libre expresión. Debería ser reformada de conformidad con las leyes de derechos humanos y si el gobierno no puede lograrlo, debe ser derogada”, dijo.
Las Naciones Unidas han hecho un llamado a Seúl a cambiar o abolir la ley.
La oficina del presidente Lee Myung-bak rechazó hacer comentarios sobre el tema; sin embargo, es evidente que la ley se ha aplicado con más fuerza desde que el presidente conservador asumió el poder en 2008. Ese año, solo cinco personas fueron juzgadas bajo cargos de hacer publicaciones en línea a favor de Corea del Norte. Dos años después la cifra había aumentado a 82.
Algunas personas en los medios sudcoreanos critican al gobierno de Lee por interferir con la libertad de prensa. Los periodistas de cuatro de las mayores cadenas se declararon en huelga a principios de este año. Los empleados de dos de esas estaciones volvieron al trabajo una vez que los empleadores les prometieron escuchar sus exigencias, sin embargo cerca de 1,000 periodistas continúan en huelga.
“El presidente Lee Myung-bak ha designado a algunos de sus simpatizantes para presidir las cadenas mediáticas, lo que llamamos ‘paracaídas’”, dijo Kim Jong-wook, líder del sindicato de la YTN que continúa en huelga. “Ahora quieren censurarnos para detener las críticas contra el gobierno”, agregó.
El gobierno niega toda interferencia pero los huelguistas dicen estar preocupados de que la censura esté regresando a los niveles que alcanzó en los oscuros días de la dictadura.