Combatientes rebeldes sirios firman un código contra la tortura
Los batallones y comandantes rebeldes que combaten al régimen sirio de Bachar al Asad están firmando un “código de conducta” solicitando abstenerse de la tortura y otros abusos a los derechos humanos, dijo un grupo de oposición este miércoles.
Más de dos docenas de oficiales del Ejército Libre de Siria han firmado los documentos tan sólo unos cuantos días después de un alboroto por los informes acerca de que una unidad denominada brigada Tawheed se adjudicó la responsabilidad de ejecutar a integrantes del clan Berri, en Aleppo, los cuales defienden al régimen, dijeron los Comités de Coordinación Local.
El régimen de al Asad ha sido ampliamente condenado por tortura y otros abusos a los derechos humanos. Pero mientras que el ejército rebelde se ha desarrollado, también han aparecido informes sobre abusos por su parte, entre ellos un reporte de la semana pasada de CNN sobre una prisión administrada por grupos de la oposición. Las ejecuciones reportadas la semana pasada resaltaron los temores de que los rebeldes busquen retribución sectaria y asesinatos a manera de venganza.
“A medida que crecen las filas del Ejército Libre de Siria y sus valientes combatientes encaran una batalla nacional y de varios frentes, se ha hecho una necesidad que su trabajo se rija por unas reglas. Esas deben combinar el espíritu del deber nacional que hoy cumplen al enfrentar a Bachar al Asad y su régimen, e ir hacia la deposición del régimen, y el interés de la justicia y la disciplina militar”, dijeron los CCL.
El código establece que el ejército empleará armas “para derrocar al régimen criminal que ha sido impuesto sobre nosotros”, pero a la par, promete “abstenerse de cualquier comportamiento o práctica que pudiera socavar los principios de nuestra revolución: los principios de libertad, ciudadanía y dignidad.
“Respetará los derechos humanos conforme a nuestros principios jurídicos, nuestros principios religiosos de tolerancia, y las leyes internacionales que rigen los derechos humanos, los mismos derechos humanos por los cuales hoy luchamos y los cuales tenemos la intención de establecer en la Siria del futuro”, estableció el código.
El compromiso dicta evitar “toda clase de tortura, violación, mutilación o degradación”, "preservar los derechos de los prisioneros”, rechazar “la tortura física o el asesinato de prisioneros o informantes” y “no participar en ninguna ejecución pública”.
Además, los combatientes que suscribieron el compromiso, prometieron no emitir “ninguna orden ejecutiva, en particular con respecto a la muerte o castigos corporales” y se comprometieron a prestar atención al sistema legal para determinar la culpabilidad o la inocencia de la gente.
“Cualquier persona que se levante en armas en nombre del régimen, independientemente de su rango, será arrestado y permanecerá bajo la custodia del Ejército Libre de Siria. En caso de que un individuo sea arrestado, y se determine que el individuo trabajó para el régimen, de manera voluntaria o por un salario, para proveer información sobre activistas revolucionarios, ese individuo será considerado como prisionero y tratado según las leyes que rigen a los prisioneros de guerra ", estableció el código.
El documento señala que la gente deberá emplear sus armas sólo para defender a las personas en el combate. No deberán utilizar las armas contra activistas o civiles, sin importar cuáles sean sus opiniones, y no utilizar armamento contra ningún ciudadano sirio. Pide evitar “el robo o el saqueo, con el pretexto” de “ayudar a financiar la lucha armada”, así como la toma de rehenes para cobrar rescates.
También pide “por un compromiso de no ejercer represalias por etnia, secta, religión, o cualquier otro motivo, y abstenerse de cualquier práctica abusiva, con palabras o con hechos, en contra de cualquiera de los que conforman el pueblo sirio”.
Los combatientes también tienen que comprometerse a entregar sus armas a una “Autoridad de Transición, la cual se encargará de los asuntos del país durante el período transitorio tras la caída del régimen”.
Las personas que violen el código también se comprometen a someterse a un juicio justo “bajo la supervisión de la dirigencia del Ejército Libre de Siria, y observado por un órgano judicial independiente”.
Los CCL dijeron que “esta ética y estos principios representan la esencia" de su revolución, y "fundamento moral y nacional”.
Existen cerca de 30 “firmantes iniciales”, entre ellos el teniente coronel Muhannad Ahmad Al-Talaa, comandante del Consejo Militar de Deir Ezzor; el coronel Qassin Saad Eddin, comandante del Consejo Militar de Homs; y el capitán Ali Shakerdi, del Batallón al-Amjad, de Alepo.