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La relación entre Obama y Clinton, inconcebible hace cuatro años

En vísperas de su discurso en la Convención Demócrata, el partido espera que el expresidente ayude a fortalecer la campaña de Obama
mié 05 septiembre 2012 08:59 PM

Esta ha sido otra semana en la que el mal clima ha colmado de dificultades una Convención.

Horas antes de su aparición, Bill Clinton, un icono estadounidense, no había entregado un borrador para que los organizadores hicieran sus observaciones y correcciones.

A diferencia de Clint Eastwood , el expresidente tiene bastante experiencia en este tipo de escenarios. Esta Convención será la séptima en la que se dirigirá a la audiencia demócrata.

Durante los últimos meses, Clinton ha metido en aprietos accidentalmente a la campaña de Obama en varias ocasiones, demostrando una inquietante tendencia a desviarse de la línea y a sabotear la narrativa.

Ha recurrido a una retórica con la que al parecer pone distancia entre su postura y la de Obama respecto a los recortes fiscales, cuando la idea era resaltar las políticas del presidente; ha alabado la carrera empresarial de Romney, a la que era prioritario atacar.

Sin embargo, el día anterior al discurso, un funcionario de la campaña que no ha visto una sola palabra del texto afirmó que no están preocupados.

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“Hemos estado en contacto con él, y ha estado trabajando en sus comentarios”, señaló Jen Psaki, subdirectora de comunicaciones de la campaña de Obama. “Estoy segura de que cuando estén listos los revisaremos. Sabemos perfectamente lo que va a decir”.

Este nivel de confianza entre ambos personajes habría sido impensable hace cuatro años; Clinton dio un discurso en apoyo a Obama cuando las heridas infligidas durante las elecciones primarias aún estaban abiertas. Sin embargo, a lo largo del año pasado, su relación ha tomado nuevos bríos.

Hace un año, el equipo de Obama se acercó a algunos de los principales asesores de Clinton con la esperanza de que el expresidente se uniera decididamente a su causa, de acuerdo con el corresponsal de la revista New Yorker y colaborador de CNN, Ryan Lizza; según Lizza, el acercamiento se consolidó en una relación que pocos se esperaban dado el amargo combate que Obama sostuvo durante las primarias de 2008 en contra de la actual secretaria de Estado, Hillary Clinton.

El expresidente Clinton ha influido en la campaña de Obama y ha ofrecido a su equipo asesoría estratégica; también ha aparecido en  eventos de recaudación  de fondos, mostrando de manera tangible su apoyo.

Obama ha alabado el desempeño de Clinton en el tema económico, buscando aprovecharse de la ola de nostalgia que rodea a la década de 1990. “Nadie comprende mejor los asuntos que este hombre”, dijo Obama en un evento de recaudación celebrado en junio.

Al haber impulsado la reforma al sistema de asistencia social de 1996, Clinton ha estado en una posición privilegiada para rebatir las acusaciones en las que se apoya la campaña de Romney, que asegura infundadamente que Obama ha  anulado  la parte medular de la legislación.

Un comercial de Romney relativo a la asistencia social, que fue dirigido principalmente a la clase media, mostraba a un Clinton sonriente aprobando la reforma a dicha ley, y al candidato republicano alineándose tácitamente con el  presidente 42, proclamándose como el auténtico heredero del legado de Clinton.

Esa es la clase de cariño que genera cualquier figura que obtuvo el 66% de la aprobación en una encuesta de CNN/ORC International realizada a principios del verano, la más alta entre todos los presidentes que aún viven.

En respuesta al comercial de Romney, Obama lanzó una publicidad relativa a la economía en la que aparece Clinton apoyándolo directamente.

“El presidente Obama tiene un  proyecto  para reconstruir a Estados Unidos desde sus cimientos al invertir en innovación, educación y capacitación laboral”, declara Clinton en el anuncio. “Esto solo funcionará si la clase media está fuerte, tal como lo estaba durante mi gobierno. Necesitamos continuar con su plan”.

Algunos demócratas prominentes, como el ex director del Comité Nacional Demócrata, Ed Rendell, han señalado que los comerciales de Romney han mellado considerablemente la campaña de Obama.

El discurso del miércoles no es solo una aparición simbólica, sino que los demócratas tienen la esperanza de que Clinton atraiga a los votantes blancos de la clase trabajadora que jugaron un papel fundamental en su victoria en dos campañas presidenciales.

“No hay nadie en este mundo que tenga una mejor comprensión, no solo de los últimos cuatro años, sino de las últimas dos décadas, que Bill Clinton”, declaró el asesor en jefe de la campaña de Obama, David Axelrod al New York Times cuando se anunció que Clinton hablaría en la Convención. “Él puede dar forma a la decisión que el pueblo deberá tomar”.

La intervención de Clinton no ha sido solo un despliegue publicitario. La campaña de Obama se vio atrapada el año pasado por dos tendencias opuestas en contra de Romney. En una se buscaba hacer ver al exgobernador de Massachusetts como un hipócrita voluble, un político débil sin sustancia alguna.

En la otra se buscaba representarlo como un ideólogo de derecha que atendía a los intereses de la facción más conservadora de su partido. El emitir mensajes opuestos no necesariamente es un punto de quiebra en lo que a política se refiere; una línea minaba a la otra, y el largo periodo de indecisión solo agravó el daño.

Fue entonces, con el advenimiento de las primarias en New Hampshire, que Clinton entró en escena.

Según Lizza, durante la visita que los principales asesores de Obama hicieron a Clinton en sus oficinas en Nueva York, éste dijo que lo mejor era que se sujetaran al segundo argumento: tendría eco entre los donadores liberales y ayudaría a que los votantes indecisos basaran su decisión en la certeza de que Romney regresaría al centro.

Clinton fue el gurú de la estrategia durante la campaña de su esposa Hillary el pasado ciclo electoral, situación que podría repetirse dentro de cuatro años si ella decidiera volver a postularse. Sin embargo, el miércoles jugará ese papel para el hombre que le arrebató la nominación.

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