Barack Obama pide confianza y tiempo para la recuperación económica de EU
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pronunció este jueves su discurso de aceptación de la candidatura demócrata, con un mensaje "que no deja a nadie atrás", para que todos los estadounidenses participen durante los próximos cuatro años en una misión que "no será fácil ni rápida, pero que llevará a un lugar mejor".
Obama expuso su objetivo de aumentar el crecimiento económico, de potenciar el desarrollo de la tecnología energética y de reducir el déficit. Las metas específicas contemplan la creación de un millón de empleos en la industria manufacturera para finales de 2016, duplicar las exportaciones para finales de 2014 y reducir el déficit federal en cuatro billones de dólares a lo largo de la próxima década.
El presidente apeló a los estadounidenses a cerrar filas alrededor de “un plan real y con posibilidades de éxito” con el que puedan lidiar con los problemas más importantes a los que se ha enfrentado en su administración: el alto desempleo de un 8.3%, la lenta recuperación económica, y el crecimiento constante del déficit y la deuda.
Otro de los objetivos es reducir a la mitad las importaciones de petróleo para 2020, reducir en un 50% el costo de la educación universitaria a lo largo de los próximos 10 años y capacitar a dos millones de trabajadores.
"Estados Unidos, nunca dije que este viaje iba a ser fácil, y no voy a prometerlo ahora. Sí, nuestro camino es más difícil, pero conduce a un lugar mejor. Sí, nuestro camino es más largo, pero lo recorremos juntos. Nosotros no volvemos atrás. Nosotros no dejamos a nadie atrás".
“Ustedes me eligieron para decirles la verdad. Y la verdad es que se necesita más que unos pocos años para que podamos resolver los problemas que se han acumulado durante décadas. Será necesario un esfuerzo común, responsabilidad compartida”, explicó a los delegados demócratas.
Obama despertó una y otra vez en su discurso los aplausos y ovaciones de los delegados demócratas reunidos en el Time Warner Cable Arena de Charlotte, Carolina del Norte. “Tomará algunos años superar los retos que creamos a lo largo de varias décadas”, dijo en un reconocimiento del reto.
En un claro acercamiento con los votantes independientes y moderados de ambos partidos, Obama también buscó distanciarse de las acusaciones que lanzó en su contra el contendiente republicano, Mitt Romney , quien dijo que Obama es un liberal a favor de una burocracia numerosa. El republicano ya respondió este jueves al mensaje de Obama y lo resumió como promesas.
“Quienes seguimos el legado de su partido debemos recordar que no todos los problemas pueden ser resueltos con un programa gubernamental o con un decreto de Washington”, explicó el presidente Obama.
En el mismo tenor del apoyo contundente que recibió la noche del miércoles de parte del expresidente Bill Clinton , Obama propuso una visión optimista del futuro que contrasta con la propaganda republicana que pregona que la nación está en peligro.
“Podemos resolver nuestros problemas, podemos superar los obstáculos”, dijo en su discurso. “El camino que proponemos puede ser difícil, pero nos llevará a un lugar mejor. Les pido que escojan ese futuro”.
En su discurso no hizo referencia directa al problema de la inmigración, salvo en dos ocasiones, una cuando mencionó que ellos no son fuente de los problemas del país; y también cuando se refirió a sus votantes que impulsan políticas de no criminalización de inmigrantes que han crecido en Estados Unidos.
"Tú eres la razón de que una joven inmigrante que creció aquí, y que fue a la escuela aquí, y prometió lealtad a nuestra bandera, ya no será expulsada del único país que ella ha llamado casa", expresó el presidente en referencia a su programa de detención a deportaciones de jóvenes indocumentados.
La noche demócrata tuvo momentos emotivos, como cuando la excongresista Gabrielle Giffords de Arizona, quien fue gravemente herido en un tiroteo en un acto de campaña en enero de 2011, dirigió el Juramento a la Bandera.
Claramente débil por su lesión en la cabeza, Giffords caminó con la representante Debbie Wasserman Schultz al frente del escenario y en voz alta recitó el juramento, utilizando la mano izquierda para sostener su mano derecha sobre su corazón. Los delegados de pie, algunos abiertamente en lágrimas, y se unieron a ella.
Otras figuras del Partido Demócrata que hablaron previo al presidente Obama fueron el vicepresidente Joe Biden, quien aceptó la nominación a la vicepresidencia, y el veterano senador y excandidato presidencial John Kerry, así como la exgobernadora de Michigan, Jennifer Granholm.
Biden dejó caer unas lágrimas cuando su hijo, Beau, el fiscal general de Delaware, anunció la nominación del partido y el estadio lleno se unió en una aclamación general.
Destacó el liderazgo del presidente Obama y los retos que tuvo que enfrentar al asumir la administración que dejó el presidente George W. Bush. “Barack salvó más de un millón de empleos en Estados Unidos. En nuestros primeros días en el cargo, General Motors y Chrysler estaban al borde de la liquidación. Si el presidente no hubiera actuado de inmediato, no habría una industria que salvar”, dijo el vicepresidente.
“Amigos, sabemos que tenemos mucho trabajo por hacer. Sabemos que no estamos allí todavía. Pero ni un día ha pasado, en los últimos cuatro años, en los que no he estado agradecido de que Barack Obama sea nuestro presidente. Porque él siempre ha tenido el valor de tomar las decisiones difíciles”, dijo Biden arrancando una ovación de los demócratas.
También le dedicó sus palabras a resaltar el trabajo de la administración actual frente al reto que representó la reforma en el sistema de salud, Medicare, y a las dificultades que enfrentaron en la protección de los empleos en medio de la crisis económica.
“La elección es avanzar con audacia hacia adelante. Terminar el trabajo que comenzamos y reelegir al presidente Barack Obama”, remató el vicepresidente que acompaña a Obama en la elección de noviembre.
En tanto el senador Kerry, de Massachusetts, motivó gritos de alegría cuando contestó una a una las afirmaciones republicanas de que el país está peor con Obama y dijo que el presidente Obama logró una política exterior más visible.
"Mitt Romney, dijo que sería ‘ingenuo’ ir a Pakistán a perseguir a los terroristas", dijo Kerry. "Criticó al presidente Obama, contra la opinión de muchos, por dar esa orden y, finalmente, la Tierra se libró de Osama bin Laden".
El senador también cuestionó la experiencia en política exterior de Romney , citando lo que llamó una reciente “metedura de pata” del empresario y exgobernador de Massachusetts a Gran Bretaña, Israel y Polonia.
La exgobernadora de Michigan, Jennifer Granholm, criticó la oposición al rescate gubernamental de la industria automotriz de la nación en medio de la crisis financiera de 2008-2009, diciendo que Obama mostró el liderazgo para salvar puestos de trabajo vitales para el país mediante la adopción de una medida políticamente impopular.
Mitt Romney declaró el jueves que no tenía pensado escuchar el discurso de Obama. “Si hubiera escuchado, o si supiera a través de los fragmentos que se han dado a conocer, que el presidente hará una relación de las promesas que ha hecho y de las que ha cumplido, me encantaría verlo”, afirmó Romney en New Hampshire. “Si se trata en cambio de una nueva serie de promesas que no va a cumplir, no me interesa”.
Los discursos de este jueves venían acompañados por el impulso de Clinton de este miércoles. El expresidente cautivó a la multitud al desbaratar los ataques de los republicanos en contra de Obama y explicar que, de resultar reelecto, el presidente podría lograr el mismo crecimiento económico que él logró durante su gobierno en la década de 1990.
Clinton señaló que el hombre que había derrotado a su esposa en la nominación demócrata a la candidatura presidencial en 2008 ofrece el mejor camino para el país y destacó que la elección de noviembre es la oportunidad de los votantes para elegir el tipo de país que desean.
La verdadera batalla entre Obama y Romney empieza ahora, cuando los candidatos recorrerán estados clave y participarán en tres debates presidenciales. El primero será el 3 de octubre en la Universidad de Denver y versará sobre política nacional.