Chinos atacan a la embajada de Japón por la disputa de islas entre países
Miles de manifestantes chinos arrojaron botellas y huevos frente a la embajada japonesa de Beijing este sábado en medio de crecientes tensiones entre las dos naciones por la disputa de un grupo de islas.
Agitando banderas de China y sosteniendo retratos del difunto presidente Mao Zedong, los manifestantes —en su mayoría jóvenes— coreaban “abajo el imperialismo japonés”, mientras que llamaban a la guerra bajo la vigilante mirada de los policías y guardias chinos.
En otros lugares del país, manifestaciones antijaponesas estallaron en decenas de ciudades, y algunas se tornaron violentas. Los mensajes y fotografías publicadas en los portales de redes sociales chinos mostraron turbas enfurecidas en numerosas ciudades, saqueando las tiendas japonesas y restaurantes, así como rompiendo y quemando coches de fabricación japonesa.
Los medios japoneses también informaron de incidentes de asalto a sus compatriotas en China en los últimos días. Un vocero de la cancillería china insistió este viernes en que la ira popular no estaba dirigida hacia los japoneses, cuya seguridad estaría protegida en China de acuerdo con la ley.
Las autoridades rara vez permiten protestas en China, lo que provocó la sospecha de que las manifestaciones de este sábado a nivel nacional fueron aprobadas por el gobierno. En Beijing, la policía fue vista caminando junto a los manifestantes como espectadores, en lugar en lugar de bloquear las calles.
Para este sábado por la noche, los medios de comunicación estatales chinos comenzaron a apelar a la moderación, emitiendo comentarios que condenaban la violencia y dando conferencias al público sobre el verdadero significado de patriotismo.
En una señal de la creciente preocupación sobre la recopilación de grandes multitudes, las autoridades de las ciudades que habían visto las protestas más feroces cancelaron sus actividades y eventos deportivos.
Las tensiones se intensificaron este viernes, cuando buques de vigilancia marítima chinos ignoraron la advertencia de Japón y entraron brevemente a las aguas que están alrededor de islas en disputa.
Los buques llegaron cerca de las islas deshabitadas —que Japón llama Senkaku y China llama Diaoyu — y comenzaron patrullajes y "aplicación del orden", informó la agencia estatal de noticias china Xinhua.
Las islas situadas en el Mar Oriental de China, entre Okinawa y Taiwán, están bajo control japonés, sin embargo China reclama que han sido parte de su territorio durante siglos.
El antiguo argumento sobre quién tiene la soberanía ha provocado protestas en ambos países.
Estados Unidos, aliado clave de Japón, ha instado reiteradamente a Tokio y a Beijing para resolver el conflicto a través del diálogo. El secretario de Defensa estadounidense, Leon Panetta, se reunirá con sus homólogos de Japón y China este fin de semana, informó el Departamento de Defensa el jueves.
Los barcos chinos dejaron las aguas japonesas el viernes por la tarde, dirigiéndose al norte, informó la Guardia Costera japonesa que intensificará el patrullaje en la zona, según se dijo.
La controvertida medida china de comenzar patrullajes alrededor de las islas viene después de que Japón anunció que pretende adquirir varias de ellas a un propietario privado. China describió el acuerdo como "ilegal e inválido".
La animosidad entre los dos países sobre las islas es muy fuerte. Ellos han llegado a representar lo que muchos chinos ven como un tema pendiente: la corrección del impacto de la ocupación japonesa en amplias zonas del este de China durante las décadas de 1930 y 1940.
China dice que su reclamo se remonta a cientos de años. Japón, por su parte, afirma que no vio rastro de control chino de las islas en un peritaje de 1885, por lo que formalmente fueron reconocidas como territorio soberano japonés en 1895.
Japón vendió las islas en 1932 a los descendientes de los colonos originales. La rendición japonesa al final de la Segunda Guerra Mundial en 1945 sirvió para nublar la situación.
Las islas fueron administradas por la fuerza de ocupación de Estados Unidos después de la guerra. Pero en 1972, Washington las regresó a Japón como parte de su retirada de Okinawa.