El candidato Capriles desborda las calles de Caracas en cierre de campaña
El candidato opositor Henrique Capriles desbordó este domingo las calles de Caracas con una masiva manifestación a una semana de los comicios en Venezuela, donde el presidente Hugo Chávez ha prometido blindar su proyecto socialista si logra una tercera reelección el 7 de octubre en el país petrolero.
Cientos de miles de personas vitorearon al joven gobernador de Miranda mientras surcaba las atestadas vías capitalinas en lo alto de una camioneta descapotable, desde la que lanzaba besos, estrechaba manos y repartía las polémicas gorras con la bandera nacional amarillo, azul y rojo, que han irritado al oficialismo.
"Ustedes juzguen quién está en el proceso de cambio y quién se enfermó en el poder, porque el que hoy está en (el palacio presidencial de) Miraflores defraudó al pueblo", gritó Capriles, cuya camisa con el tricolor nacional desafía las advertencias del ente electoral sobre uso de los símbolos patrios en campaña.
El político de 40 años comenzó su discurso lamentando el asesinato de tres activistas de oposición durante una caravana el sábado en Barinas, el peor incidente en dos meses de campaña que transcurrieron con relativa tranquilidad.
Su partido Primero Justicia dijo que pistoleros dispararon desde un vehículo de una institución estatal. Las autoridades no confirmaron esta versión y prometieron investigar el tiroteo.
"No pretenderé nunca ser un Mesías. Creo en Dios, el tiempo de Dios es perfecto (y) la época del odio a partir del 7 de octubre queda enterrada en Venezuela", clamó desde una gran tarima en el centro de Caracas, mientras sus simpatizantes coreaban "Chávez, de pana (amigo), te queda una semana".
Al mismo tiempo, los simpatizantes de Chávez se concentraban el domingo para una caravana de su Comandante en Cabimas, una población pobre del estado Zulia donde la expropiación de decenas de empresas petroleras en 2009 generó polémica.
"Lo primero que vamos a lograr con nuestra victoria es algo así como un poderoso seguro a retaguardia para impedir la vuelta atrás", dijo el mandatario, de 58 años, en una entrevista grabada durante la semana y transmitida el domingo.
Chávez habló de un "poderoso cerrojo" para blindar su proyecto, lo que apuntaría a la aplicación de medidas de amplio alcance como ha hecho tras otros triunfos, ya sea en forma de cambios constitucionales o leyes radicales como las que utilizó para nacionalizar gran parte de la economía.
"Aquí está todo"
En los últimos compases de la reñida campaña hacia los comicios presidenciales del 7 de octubre, ambos candidatos se han enzarzado en una batalla sobre cuáles son sus prioridades para la nación con mayores reservas mundiales de crudo.
Chávez insiste en que la "contrarrevolución" prepara un "paquetazo neoliberal" para desmantelar los avances sociales de su gestión, a lo que el aspirante opositor replica diciendo que lo que los venezolanos necesitan es más seguridad, menos apagones y mejores carreteras.
"¡Aquí está todo!", dijo agitando un libro con su programa para los primeros 100 días de Gobierno, en los que propone un modelo mixto de economía de mercado con fuerte acento social, que se centre en resolver los problemas del día a día y no en un proyecto ideológico como el de su adversario.
El militar retirado dice que un nuevo mandato de seis años le permitirá llevar su "revolución" a un punto de no retorno y acelerar los cambios con los que ha convertido al Estado en el principal agente de la economía como la toma de grandes empresas y la aplicación de severos controles sobre el sector privado.
Pero en las últimas semanas, Chávez introdujo la autocrítica en su discurso entonando un "mea culpa" por la frustración de los venezolanos ante la alarmante inseguridad, el creciente costo de la vida y recurrentes fallas de los servicios públicos.
"Eficiencia. Esa es una de mis promesas y mis compromisos para el próximo período, más eficiencia. Hay que corregir, hay máxima voluntad", dijo durante la entrevista, conducida por el exvicepresidente José Vicente Rangel en un canal privado.
Capriles asegura que mejorará los populares programas sociales de Chávez en salud, alimentación y vivienda, lastrados por la "ineficiencia y corrupción" de un gobierno más preocupado por su proyecto ideológico, que por dar respuesta a los problemas comunes de los ciudadanos.
Las grandes diferencias entre los estudios están alimentando el triunfalismo en el chavismo y la oposición, lo que analistas advierten podría generar violencia si el resultado es muy reñido y disputado por alguno de los dos bandos.
El chavismo denuncia que sus adversarios planean cantar fraude para desestabilizar el país ante la victoria del presidente, mientras que en algunos sectores de la oposición temen que el líder bolivariano se niegue a entregar el poder si las urnas no le son favorables.
"Chávez definitivamente va a luchar porque no quiere perder su poder", dijo Vessia Rodríguez, de 62 años, sosteniendo un enorme cartel con el eslogan de Capriles "Hay un camino".
"¡Mira Fidel Castro!", clamó mientras señalaba la concentración y refiriéndose al amigo y mentor ideológico del mandatario quien gobernó Cuba durante décadas.