El lenguaje corporal de los candidatos, el otro invitado al debate en EU
Mitt Romney mueve los brazos cuando está agitado; Barack Obama tiende a hablar sin parar. Los expertos en debates dicen que ambos candidatos a la presidencia de Estados Unidos deben poner atención a esos detalles durante los próximos debates presidenciales.
En la escena política, a nadie le agrada un sabelotodo o un exagerado, señaló Melissa Wade, profesora de Debate en la Universidad Emory. Romney debe guardar su pizarrón lleno de datos y cifras, y Obama debe evitar dar sermones innecesarios. “En esta era de Twitter y Facebook, elegir eficazmente las palabras puede ayudar a persuadir”, agregó Wade.
Ambos candidatos son oradores hábiles. La campaña de Romney llamó a Obama “un orador público universalmente elogiado” y Romney recibió halagos por su ejecución en los debates de las primarias republicanas. No obstante, un debate efectivo no depende solo de una retórica aguda. Según los expertos, el tono, la pronunciación y el lenguaje corporal dan a los posibles votantes casi tanta información como el contenido del mensaje.
Durante las próximas tres semanas, los electores tendrán muchas oportunidades para ver el desarrollo de las posturas política de cada uno. El debate que se llevará a cabo este miércoles en Denver es el primero de tres en los que el presidente se enfrentará a Romney.
La cita de este miércoles se centrará en la política interna, así que los analistas esperan que los intercambios sean dinámicos. “Romney y Obama estarán en desacuerdo respecto a las causas de la crisis económica”; dijo Todd Graham, director de debate en la Universidad del Sur de Illinois (SIU).
Los candidatos debatirán las propuestas para reducir la deuda del país y el gasto en prestaciones; hablarán de las tasas de impuestos y de la reforma al sistema de servicios de salud de Estados Unidos. Se recomienda a los electores que sigan el debate desde casa que presten especial atención a “la profundidad de los argumentos, traten de penetrar más allá de la superficie de los argumentos. Son especialmente talentosos para evitar responder las preguntas. Repetirán la pregunta y dirán cosas que no la responden”, señaló Graham. “Fíjense en las inconsistencias, en lo que dijeron o no dijeron antes”, agregó.
El vicepresidente Joe Biden se enfrentará con el compañero de fórmula de Romney, el diputado Paul Ryan de Wisconsin, en un debate en el que se hablará de política exterior. Al igual que los candidatos presidenciales, también tienen hábitos a los que hay que poner atención. “Ryan tiene mucho menos experiencia”, dijo Wade, por lo que podría parecer un tanto rígido. “Biden debe tener cuidado de no parecer superficial y asumir que sus conocimientos son mayores”.
De acuerdo con los resultados de una encuesta efectuada por ABC News y el Washington Post, publicados el lunes, el 55% de los posibles votantes creen que el presidente ganará el debate en comparación con el 31% que considera que el exgobernador de Massachusetts se llevará la victoria. Los resultados de esta encuesta coinciden con los de un estudio de CNN y ORC International efectuado el mes pasado, después de la Convención Demócrata: un 59 contra un 34% de los posibles votantes predijeron que Obama vencería a Romney en los enfrentamientos de octubre.
Los candidatos dedicaron casi toda la semana pasada a disminuir las expectativas que se han creado alrededor de los debates. Sin embargo, es posible que ocurra algo inesperado. “Los candidatos presidenciales han cometido muchos errores a lo largo de los años. Un lenguaje corporal deficiente es uno de los errores más comunes. Sin importar lo mucho que un candidato se concentre en perfeccionar la esencia de lo que dicen ante las cámaras, muchos estadounidenses están más interesados en cómo lo dicen”, señaló el colaborador de CNN y profesor de Historia, Julian Zelzer.
A pesar de que dedican semanas enteras a prepararse y a practicar los debates, los candidatos a menudo desarrollan tics nerviosos cuando se hallan bajo los reflectores. En un debate en 2008, el senador John McCain empezó a caminar de un lado a otro sobre el escenario; en 1992, el entonces presidente George H.W. Bush no paraba de ver su reloj; en 1960, el entonces vicepresidente, Richard Nixon, sudaba y miraba furtivamente a todos lados. Tanto Obama como Romney tienen hábitos similares que delatan su nerviosismo. “Romney es más agresivo, manotea y es más animado. Eso no es bueno”, dijo Wade, quien agregó que Romney a veces se irrita cuando lo presionan.
"Es un hombre inteligente, pero su expresión no puede ocultar las inconsistencias de su mensaje”, lo que podría hacerlo parecer impaciente, dijo Wade. “Lo mejor que puede hacer es meter las manos en los bolsillos”, dijo. “Incluso si metiera una sola mano, relajaría su cuerpo y su rostro”.
Obama puede tener reputación de “hombre sereno, relajado, dueño de sí y cómodo consigo mismo”, señaló Wade; no obstante, también tiene señales corporales que debe controlar. Los debates que se llevan a cabo en un auditorio, como el programado para el 16 de octubre en la Universidad Hofstra en Hampstead, Nueva York, son el talón de Aquiles de Obama. Su disposición más relajada, parecida a la de un salón de clases, hace que el excatedrático de la escuela de Derecho asuma el papel de maestro. “Es el peor formato para él”, dijo Wade. “No es tan marcado como cuando McCain se puso a caminar de un lado a otro. Cuando se encuentra en un auditorio, Obama no puede evitar extenderse”.
A ambos candidatos parece irles bien cuando se hallan de pie detrás de un podio. “El formato con atriles, y preguntas y respuestas más largas permiten que el intercambio sea más directo”, explicó Wade. “Los candidatos miran al moderador y a la audiencia, pero también pueden verse entre sí”. Sin embargo, Graham, de la Southern Illinois University (SIU), dijo que esta situación también aporta una desventaja psicológica. “Los candidatos son menos agresivos cuando están sentados”, dijo. Eso es bueno para la audiencia, dijo, y agregó que los votantes consideran que las tácticas agresivas en los debates son una bravuconería. “Por Dios, no debatan de verdad. Si lo hacen, les irá mal en las encuestas del día siguiente”, dijo Graham. “El público tiende a creer que fueron demasiado agresivos y eso no les gusta”.
Wade dijo que hasta las diferencias en la estatura alteran la percepción y la clase de ademanes que un candidato debe usar. “La mayoría de los debates presidenciales de las primarias siguieron el formato clásico de la línea de personas de pie detrás de unos podios. Esta disposición genera una dinámica de poder según las diferencias de estatura”, agregó. “Relacionamos la altura con el poder. Es un estereotipo sutil que prevalece”. Obama mide 1.82 metros y Romney 1.85 metros, así que en ese aspecto, están parejos.
Paul Steinhauser de CNN colaboró con este reportaje.