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La independencia catalana supondría a España perder el 20% de su economía

El gobierno español afronta el fortalecimiento del movimiento separatista de Cataluña, que supone la quita parte de la economía del país
lun 15 octubre 2012 05:30 PM

Cerca de dos millones de personas marcharon el 11 de septiembre, Día de Cataluña, por las calles de Barcelona ondeando estandartes con lemas como Cataluña: el próximo Estado europeo e Independencia.

Los separatistas catalanes piden soberanía a Madrid y al gobierno conservador del primer ministro, Mariano Rajoy, líder del Partido Popular.

Lo último que necesita el gobierno español es perder el 20% de su economía. Sin embargo, si los catalanes logran su independencia, eso es exactamente lo que ocurrirá.

Cataluña, región del noreste de España y sede de compañías locales e internacionales y atractivos turísticos, como el Club de Fútbol Barcelona y la Casa Museo Gaudí, representa una quinta parte de la economía de España.

La cuestión de la independencia catalana llega en un momento inconveniente para el gobierno de Rajoy. España, uno de los pilares de la zona euro, está lidiando con los costos insostenibles de su deuda y un déficit público creciente, mientras trata de apaciguar los ánimos del pueblo, enfurecido por el desempleo y las severas medidas de austeridad .

Gracias a las penurias, las disputas regionales han resurgido en el norte de España, particularmente en Cataluña. 

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Los economistas del Deutsche Bank dicen que la turbulencia política en esta región tan próspera podría ser el catalizador para que el gobierno de España solicite la aplicación del fondo permanente de rescate de Europa, el Mecanismo de Estabilidad Europeo.

Cataluña, corazón de la actividad industrial en la cuarta mayor economía de la zona euro, es la región más poblada y próspera de España. Ubicada en el Mediterráneo, esta región colindante con Francia es hogar de siete millones de personas y está dividida en cuatro provincias: Barcelona, Lleida, Tarragona y Girona.

Clamor por la independencia

El debate alrededor de la independencia de Cataluña no es nuevo. Las tensiones entre Madrid y Cataluña han existido durante siglos.

Salvador Giner, sociólogo y presidente del Intitut d'Estudis Catalans, dijo a CNN que la vehemencia del debate varía según las condiciones políticas y económicas.

Artur Mas, jefe del gobierno catalán, ha anunciado que se llevará a cabo una elección relámpago el 25 de noviembre. Si su partido nacionalista, CiU, gana, no pasará mucho tiempo para que se efectúe un referéndum acerca de la independencia de Cataluña, de acuerdo con Gilles Moec, director adjunto de investigaciones económicas de Europa en el Deutsche Bank.

Giner dijo a CNN que la victoria de Mas y CiU debería ser tomada como un hecho. “El partido socialista en Cataluña está desorganizado. Él [Mas] sabe que ganará sin problemas”, dijo el sociólogo. 

Xavier Sala-i-Martin, profesor de Economía en la Universidad de Columbia, considera que Mas sólo está “siguiendo a las masas” en su llamado a la soberanía. “Hasta el 11 de septiembre, su estrategia era ir a Madrid y pedir un acuerdo económico, o “pacto fiscal” como él lo llama, con más ventajas. "Supongo que las manifestaciones masivas lo convencieron de que la gente ya no quiere un mejor acuerdo financiero, quiere la independencia. Y él se unió a la causa. Más no dirige, sólo sigue”, dijo.

Los vecinos de Cataluña, el País Vasco y Galicia, en el noroeste de España, también tienen gobiernos autónomos de acuerdo con la Constitución de 1978. Aunque no son completamente independientes de la ley federal española, se les considera autónomos.

Durante más de 50 años, la región vasca ha sido el hogar del grupo terrorista ETA. La organización, formada en 1958, ejecutó varios ataques en contra de los ciudadanos españoles en nombre de la soberanía y cesó sus operaciones bélicas en 2011. Giner dice que tales actividades no ayudaron a la causa del País Vasco y que desearía que la independencia de Cataluña se lograra de forma pacífica.

“Creo que la soberanía absoluta de Cataluña es totalmente posible y que se puede lograr de forma civilizada, sin recurrir a los grupos terroristas”, dijo a CNN. 

Las medidas de austeridad en España

España está sufriendo. El Partido Popular madrileño ha aplicado varias medidas sumamente impopulares. Entre ellas están una combinación de grandes recortes al presupuesto y el aumento de los impuestos sobre una población afligida de por sí por la mayor tasa de desempleo de Europa: el 25.1%, según cifras de Eurostat.

El CiU inició el debate sobre la soberanía en un momento de frustración fiscal en Cataluña. Moec dijo por escrito que el CiU culpa al gobierno central por los desproporcionados impuestos aplicados a los catalanes, dinero que se reparte en las regiones más pobres de España.

Salvador Giner dice que entiende que España necesita de la solidaridad para ayudar a las regiones más atribuladas, pero que una gran proporción de lo recaudado no se reinvierte en Cataluña. “Los catalanes están hartos de esta situación fiscal. Cataluña sólo recibe del 19% al 21% de sus contribuciones al gobierno central.

De acuerdo con Sala-i-Martin, los impuestos y la distribución regional de la riqueza son los principales problemas para los catalanes, aunque las tensiones más importantes están impregnadas en la historia moderna del país.

El pasado de Cataluña

Luego de que Francisco Franco, el dictador militar de España, muriera en 1975, los catalanes pensaron que serían parte de un país que reconocería las diferencias culturales, los diferentes idiomas y naciones, dijo Sala-i-Martin. En un principio, parecía posible. Sin embargo, “en 1981, tras el intento de golpe de Estado, el monstruo despertó”, agregó el profesor de Columbia. “Todas las instituciones de España reinterpretaron la Constitución de forma que no se permitió que Cataluña se sintiera cómoda en ese país”.

Los tribunales constitucionales de España determinaron en 2010 que, aunque se podía aplicar el término “nación” a Cataluña, este no tenía validez legal.

La recesión y la crisis económica de 2008 exacerbaron las tensiones que existían entre Cataluña y Madrid, según Sala-i-Martin. Esta situación obligó al gobierno catalán a solicitar al gobierno central de Madrid un rescate regional de 5,000 de los 18,000 millones que conforman la línea de crédito establecida para ayudar a las regiones españolas endeudadas.

El tema del empleo también está ocasionando problemas políticos al CiU y al partido gobernante. Según un reporte de la Organización para la Cooperación y el desarrollo (OCDE), el desempleo en Cataluña ha aumentado del 8.6 al 16.3% desde que se derrumbó el mercado inmobiliario y se desencadenó la crisis financiera mundial en 2008.

Salvador Giner sostiene que el índice de desempleo es alto en parte a causa de los inmigrantes, en su mayoría procedentes del sur de España y el norte de África, que se han establecido en la región. La situación se ha agravado a causa del estancamiento económico.

El pueblo catalán se ha desilusionado del manejo de la economía en Madrid, dice Sala-i-Martin. “Aunque España presentara hoy la solución a los problemas financieros, la mayoría de los catalanes preferiría ejercer su derecho a votar por la independencia”.

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