Obama y Romney llegan al segundo debate con un empate en las encuestas
Los candidatos presidenciales de Estados Unidos se enfrentan este martes en su segundo debate de campaña rumbo a las elecciones del 6 de noviembre.
A pesar de que las encuestas publicadas los últimos días han sido favorables a Mitt Romney, nuevos datos indican que la contienda por la Casa Blanca se encuentra empatada.
La encuesta, elaborada por CNN contando con el promedio de siete encuestas apartidistas a nivel nacional realizadas tras el primer debate del 3 de octubre, señala que el presidente Barack Obama tiene el 47% del apoyo entre los probables votantes y el republicano, el 48%.
Las siete encuestas promediadas en la Encuesta de Encuestas de CNN son: Grupo de Investigación Estadounidense (del 11 al 14 de octubre); Encuesta de Seguimiento Diario de Gallup (del 7 al 13 de octubre); ABC News/Washington Post (del 10 al 13 de octubre); Politico/Universidad George Washington (del 7 al 10 de octubre); y el Centro de Investigaciones Pew (del 4 al 7 de octubre). Las cifras no cuentan con margen de error.
Lo reñido de las cifras acentúa lo mucho que está en juego en el debate, en el que un público seleccionado por Gallup podrá formular sus preguntas a los candidatos.
Semanas de altibajos preceden el debate. El margen de holgura que disfrutaba Obama en septiembre desapareció; "se basaba en votantes que no estaban satisfechos con su desempeño pero que no veían a Romney como una alternativa viable”, dice el analista político de CNN y director editorial de National Journal, Rob Brownstein. “Es evidente que, durante el primer debate, Romney cruzó ese umbral para muchos de esos votantes. Lo cual significa que estamos otra vez en una contienda que estructuralmente está cerrada, y estrechamente vinculada al desempeño de Obama”.
La elección presidencial no es una contienda de votación popular a nivel nacional. Es una contienda por los estados y sus votos electorales. Las encuestas de Virginia, Ohio y Florida confirman que la contienda está reñida.
Las cifras indican que el presidente tiene una gran lista de pendientes para la noche del martes. “Como se puede apreciar en estas encuestas, la calificación del presidente sobre la aprobación del empleo sigue estando en alrededor del 50%, lo cual significa que es probable que nos aproximemos a un final muy reñido de la contienda.
También implica que, entre los muchos retos a los que se enfrenta Obama en el próximo debate, el primero será el de convencer a los votantes indecisos que cuenta con un plan para los próximos cuatro años mejor que el de los últimos cuatro años, lo que no logró transmitir durante el primer debate, y que ha permitido que Romney suene “como la voz del cambio”, tal y como Stan Greenberg y James Carville lo escribieron en una nota de Democracy Corps dada a conocer esta mañana”, añade Brownstein.
El tercer protagonista: el público
El formato del debate será el de auditorio o ayuntamiento, un estilo más libre que ha generado algunos problemas a ambos candidatos en ocasiones anteriores. “Creo que Obama asume que le va a ir mejor en los debates en auditorio porque tiene la ventaja de la empatía”, dijo Andra Gillespie, profesora de Ciencia Política en la Universidad Emory. Gillespie agregó que Obama tendrá que “mostrar más pasión e intensidad”.
Romney podría ser menos agresivo, ya que así ganó puntos en el primer debate, y puede enfocarse más en cerrar la brecha de la simpatía. “Ya que Romney tiende a sufrir traspiés, hará todo lo posible para aparentar calidez y empatía”, dijo Gillespie.
La corresponsal jefe de política de CNN, Candy Crowley, moderará el segundo debate en la Universidad Hofstra en Hempstead, Nueva York. Será la primera mujer en hacerlo después de dos décadas.
El formato de auditorio implica retos y oportunidades para los candidatos, dijo Crowley. Ambos han sostenido foros en auditorios durante la campaña, aunque los expertos en política dicen que estos intercambios no han sido de lo más vibrante, ya que en estos escenarios Obama suele asumir el papel de profesor y Romney tiende a parecer rígido.
“El peligro del formato de auditorio es que el público hará preguntas”, dijo Melissa Wade, profesora de Debate en la Universidad Emory. “El que responde lo pasa mal por no ser bueno o por haber ensayado demasiado”.
“Me preocupa que Romney se pone irritable en estos casos. Espero que alguien le diga que cuente hasta tres antes de abrir la boca. La informalidad se presta al sarcasmo”, dijo Wade. “La irritabilidad no genera simpatía”.
Aunque según las encuestas, Obama es percibido como más simpático, él también tiene dificultades con el formato de auditorio. “Es el peor formato para él”, dijo Wade.
Los candidatos deberán esforzarse por establecer una conexión tanto con los televidentes como con los votantes que asistan al auditorio. "Ustedes y yo sabemos que para un político es muy fácil sobrepasar a un reportero: no les importa hacerlo”, dijo Crowley. “No hay consecuencias por ser grosero con un reportero, por no responder a una pregunta. Sin embargo, es más difícil esquivar a 80 votantes indecisos que te miran y te hacen preguntas”.
Analistas políticos dicen que ambos pueden aprovechar la naturaleza impredecible del formato de auditorio. “Este formato ofrece al presidente Obama la oportunidad de comunicarse de forma diferente a lo esperado y más eficazmente. Todo el mundo espera que salga al ataque. Creo que sería más creativo y efectivo que se concentre en los miembros de la audiencia, en la clase media, en sus planes futuros y en las razones por las cuales son mejores que los de su contrincante”, dijo David Gergen, analista político de CNN.
Romney también puede recurrir a sus puntos fuertes. “La fortaleza de Romney es la solemnidad”, dijo Gergen, y agregó que en el primer debate, el candidato republicano se sentía cómodo y le fue bien al salir al ataque.
Paul Steinhauser, editor de política de CNN, contribuyó con este reporte.