La crisis del euro abre viejas heridas en Alemania y Grecia
La economía está devastada, el desempleo es generalizado y la tasa de suicidios va en aumento: esta es la realidad en Grecia, y no parece que haya una solución cercana.
Grecia, cuna de la democracia, depende ahora de los rescates de la zona euro y está sujeta a las decisiones políticas que se toman en Bruselas y Berlín.
Los atenienses marcharon por las calles la semana pasada para manifestar su rechazo a la presencia de la canciller alemana, Angela Merkel, durante su primera visita a la capital griega desde 2009.
Merkel se reunió con el primer ministro de Grecia, Antonis Samaras, para evaluar la salud económica del país, en donde se intenta aprobar medidas de austeridad adicionales para garantizar la entrega de fondos adicionales para el rescate.
Durante su breve visita, Merkel se comprometió a apoyar a Grecia, pero dejó claro que Grecia no puede, y no lo hará, ceder en cuanto a las medidas de austeridad.
Para mantener las protestas bajo control, se desplegaron más de 7,000 elementos de la policía griega y francotiradores. Se prohibió a quienes llevaban banderas con la esvástica acercarse a la plaza Syntagma, lugar en donde los manifestantes se han reunido a lo largo de la crisis. Fue allí, afuera del Parlamento, donde un pensionado griego se quitó la vida hace seis meses, culpando de su desesperación a las medidas de austeridad.
Las pláticas entre Merkel y Samaras fueron tan sólo el más reciente episodio de la tumultuosa y tensa historia entre ambos países. Algunos manifestantes evocaron los amargos recuerdos de la brutal ocupación nazi entre 1941 y 1944, en la que murieron miles de griegos.
En 1951, la Unión Europea empezó a gestarse a través del Tratado de París y la Comunidad Europea del Carbón y el Acero. El tratado lo firmaron Bélgica, Francia, Alemania Occidental, Italia, Luxemburgo y Holanda, y su objetivo era crear una estabilidad política y económica duradera en un continente asolado por la guerra.
Tres días después de la partida de Merkel, la Unión Europea fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz por haber restaurado la armonía en gran parte de Europa. A pesar del premio, las relaciones entre los países, particularmente en el norte y el sur de Europa, han sido puestas a prueba por la crisis.
Spyron Economides, catedrático de Relaciones Internacionales y Política europea de la Escuela de Economía de Londres, dice que los griegos “no son nada positivos” en sus opiniones acerca de Alemania. Dijo a CNN: “En parte es un asunto generacional para quienes recuerdan la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias, pero también se trata de los jóvenes desempleados que están sufriendo la dislocación económica, de la que culpan a otros, en este caso a Alemania”.
Mientras que la visita de Merkel, que tenía la intención de fortalecer la unidad de la zona euro, acabó con los temores de la salida de Grecia del euro, a muchas personas en Europa no les decepcionaría su salida, de acuerdo con Economides. “Habrá muchas personas en las instituciones y en las capitales de las naciones europeas que dirán que, si los griegos quieren dejar la zona euro, adelante. Mejor para ellos”, dijo.
Para quedarse, los griegos están recibiendo una enorme presión de sus pares de la zona euro, encabezados por Alemania, para que apliquen medidas de austeridad adicionales por 13,000 millones de euros (17,700 millones de dólares).
Economides explicó que el plan contempla recortes de 11,500 millones de euros, aplicados a pensiones, salarios y la venta de propiedades del Estado, y 2,000 millones de euros más en impuestos adicionales.
Con estas medidas se garantizará que los acreedores otorguen la siguiente porción del rescate de 31,000 millones de euros [40,600 millones de dólares], lo que permitiría al endeudado gobierno griego pagar sus deudas después de noviembre.
Sin embargo, el choque entre los dos países, ocasionado por las condiciones del rescate de Atenas, ha llevado a que algunos altos miembros de los partidos políticos, tanto griegos como alemanes, emitan declaraciones combativas.
Frank Schaeffler, miembro del Parlamento alemán por el Partido Libre Democrático, ha apoyado anteriormente la venta de las islas griegas deshabitadas para financiar los pagos a los acreedores. Dijo a CNN que “desafortunadamente” la correcta aplicación del programa de ajustes en Grecia es una “ilusión”.
Schaeffler dijo: “Me temo que últimamente Alemania ha suavizado su postura ante Grecia, el mismo Samaras ha dicho que Grecia está dispuesta a vender sus islas deshabitadas”.
El ex primer ministro de Grecia, Stavros Dimas, dijo que la propuesta era “ofensiva”, y agregó que Alemania debería pagar una indemnización por los daños y las muertes que ese país había infligido en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Dijo a sus colegas en el parlamento que Grecia nunca ha declinado su derecho a exigir indemnizaciones, en especial por el préstamo que Alemania obligo a Grecia a pagar para financiar la ocupación. Agregó que “nadie puede borrar las tragedias que sufrió nuestro país. Están grabadas en nuestra memoria colectiva”.
Los líderes europeos se reúnen esta semana en Bruselas para discutir la crisis de deuda en la región; los legisladores considerarán la creación de un presupuesto independiente para la unión monetaria conformada por 17 países.
Joerg Kraemer, jefe de economistas en el Commerzbank, el segundo mayor banco de Alemania, dijo a CNN: “Si Grecia no cumple con las reformas y las medidas de austeridad, la troika (el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea) debería recomendar que no se entregue más dinero, en simples términos económicos”.
Alemania está preocupada de que la posible salida de Grecia de la zona euro desencadene un efecto dominó, lo que obligaría a algunas naciones endeudadas, como Irlanda, Portugal y probablemente España e Italia, a abandonar la moneda común, ocasionando la desintegración total de la unión monetaria.
El gobierno de Samaras está en negociaciones con el FMI y la Unión Europea para la extensión del plazo de aplicación de los recortes por dos años más, hasta 2014 o más allá. Si se logra, Economides dice que significaría una victoria para el gobierno de coalición, que fue electo en parte por la promesa de lograr la extensión de dicho plazo.
Kraemer agregó: “No creo que en cinco o 10 años Grecia sea parte de la zona euro, pero por el momento los políticos de Alemania y el resto de los países se rehúsan a desconectarlos”.
Irene Chapple, Nick Thompson y Nick Hunt, de CNN, colaboraron con este reportaje.