El Papa reconoce por primera vez como santa a una indígena de EU
Este domingo es un gran día para los fieles católicos de Estados Unidos. A miles de kilómetros de distancia, el papa Benedicto XVI reconoció a Kateri Takakwitha, una mohawk nacida en el siglo 17, como la primera indígena estadounidense que alcanza el grado de santa.
Otra que recibió este reconocimiento fue Marianne Cope, una mujer nacida en Alemania que emigró desde niña a EU y dedicó 30 años de su vida, como monja, a ayudar a los leprosos en Hawai.
Sus canonizaciones, junto con las de cinco santos más, se llevaron a cabo este domingo por la mañana en una misa especial en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano.
"Este es un gran fin de semana para Estados Unidos en el Vaticano y realmente es un gran fin de semana para los indígenas estadounidenses. La santidad es la garantía de que esta persona está cerca de Dios", dijo Greg Burke, consejero de comunicación del Vaticano.
"Hay una larga historia de gente que la Iglesia católica ha santificado a través de los siglos. La santidad es totalmente una cuestión de igualdad de oportunidades, pero esto sin duda es especial dado que es la primera vez que una indígena estadounidense se convierte en santo".
El Papa elogió a Tekakwitha, quien vivió una vida simple de servicio.
"Kateri permaneció fiel a su amor por Jesús, a la oración, a la misa diaria. Su deseo más grande era conocer y hacer lo que complaciera a Dios. Vivió una vida radiante, con fe y pureza", dijo el pontífice.
La canonización de Tekakwitha se produce tras un caso de 2006 considerado como un milagro por la Iglesia Católica Romana, sobre un niño con una bacteria 'come carne'.
Jake Finkbonner tenía solamente cinco años cuando se infectó por la bacteria después de caerse mientras jugaba basquetbol, informó la cadena King 5 News, de Seattle, afiliada de CNN. La infección se extendió rápidamente a través de los tejidos de la cara y, al parecer, los medicamentos y las cirugías eran inefectivos para detener su avance.
"Fue terrible", contó su madre, Elsa Finkbonner, al canal. "Fue trasladado vía aérea a un hospital para niños y en ese momento se debatía entre la vida y la muerte".
Fotos familiares de aquella época muestran al niño de Ferndale, Washington, con la cara hinchada y acostado lleno de tubos en una cama de hospital.
Un punto de inflexión llegó después de que el pastor de la familia sugirió rezar a nombre de la beata Kateri Tekakwitha, también conocida como Lily de los Mohawk. La infección de Jake rápidamente desapareció y tras revisar las pruebas médicas, los funcionarios del Vaticano declararon el caso como un milagro.
Jake, quien ahora tiene 12 años, y su madre fueron invitados a viajar con un grupo a Italia para la ceremonia de canonización en la Ciudad del Vaticano. "Estoy muy emocionada por ir", dijo Jake a King 5 News. "Será un viaje único".
Planeaba llevarle al Papa una pequeña placa blanca y decirle él no estaría hoy vivo sin la ayuda de Kateri.
El ruego de la familia para recibir ayuda fue orientado por la propia historia de Tekakwitha, ya que de niña ella quedó con la cara llena de cicatrices después de que un brote de viruela asoló su aldea, quitándole la vida a sus padres y a su hermano.
Ella se convirtió al catolicismo y dedicó su vida a Dios, viajando al norte para obrar como monja en Canadá, según el Centro Kateri, en Kahnawake, Quebec. Cuando murió, en 1680, a la edad de 24 años, testigos dijeron que su rostro había vuelto a ser bello, en lo que creían era una señal del amor de Dios.
Fue declarada venerable por el papa Pío XII, en 1943, y luego beatificada por el papa Juan Pablo II, en 1980.
"Los milagros son importantes en el proceso de santidad, debido a que demuestran que ella no era solo otra buena persona más", dijo Burke. "Los milagros son la prueba de que Dios ha intervenido de alguna forma, dándole el visto bueno o el sello de aprobación para la santidad".
Marianne Cope es aclamada por su autosacrificio para ayudar a una colonia de leprosos en Molokai, Hawai. Ella era monja en el estado de Nueva York antes de trasladarse al archipiélago, donde pasó el resto de sus tres décadas de vida.
"En un momento cuando se podía hacer poco por quienes sufrían esta terrible enfermedad, Marianne Coppe mostró su amor, coraje y entusiasmo", dijo el Papa.
Los otros nombrados santos incluyen al francés James Berthieu, un jesuita que fue ejecutado en Madagascar en el siglo 19, y otro mártir católico en Filipinas, Pedro Calungsod, al igual que Juan Bautista Piamarta, María Carmen Salles y Barangueras y Anna Schaeffer.
Hada Messia, de CNN, contribuyó a este reporte