Berlusconi: la figura pública más controvertida de Italia
Silvio Berlusconi, el carismático multimillonario y ex primer ministro de Italia, fue condenado este 24 de junio a siete años de prisión por mantener relaciones sexuales con una prostituta menor de edad y por abuso de poder. Se trata del más reciente capítulo de la vida de la figura pública más estrafalaria de Italia.
El 7 de marzo, recibió otra condena de un año de cárcel por difundir contenidos grabados de una llamada telefónica confidencial, en un caso vinculado con un escándalo bancario en 2005.
En octubre de 2012, fue sentenciado a cuatro años de prisión por evasión fiscal. Después regresó a la primera línea de la política y alcanzó un segundo lugar en las elecciones de febrero.
Hasta hace poco, parecía que Berlusconi llevaba una vida afortunada. Su vasto imperio empresarial abarcaba los medios, la construcción y el fútbol, lo que le ganó el puesto 118 en la lista de las personas más ricas del mundo, según Forbes, con un capital total de 6,200 millones de dólares, además de ser el primer ministro que gobernó durante más tiempo desde la Segunda Guerra Mundial, hasta que abandonó el cargo en 2011.
Sin embargo, el año pasado fue acusado de haber pagado por tener sexo con una chica de 17 años; su gobierno de coalición se debilitó aún más y Berlusconi renunció a su ministerio mientras la crisis financiera de Europa amenazaba con apoderarse de Italia.
A pesar de los múltiples escándalos en los que Berlusconi se ha visto involucrado desde que debutó en la política, hace dos décadas, el hombre de 75 años es un sobreviviente indiscutible. En el Parlamento, la oposición ha presentado 51 votos de ratificación durante los últimos tres años; sin embargo, los italianos lo han elegido como primer ministro en tres ocasiones.
Berlusconi nació en Milán en 1936. Desde muy joven dio señas de su faceta exhibicionista, cuando trabajaba como cantante en un bar a bordo de un crucero, gracias a lo que pagó sus estudios universitarios en Derecho.
Luego realizó varios negocios pequeños antes de tener su primer éxito auténtico en el desarrollo inmobiliario, a finales de la década de 1970, cuando tomó parte en el proyecto de construcción, Milano Two: cerca de 4,000 departamentos en las afueras de Milán.
Tras amasar una fortuna gracias a su cartera inmobiliaria, en la década de 1970, diversificó sus intereses al crear una compañía de televisión por cable, Telemilano, y comprar otros dos canales de TV por cable en un intento por terminar con el monopolio televisivo en Italia. Estos canales se incorporaron a su recientemente creado grupo Fininvest en 1978, que incluía tiendas departamentales, aseguradoras y al Atlético de Milán, uno de los equipos de fútbol más importantes del mundo.
Berlusconi se interesó en la política en 1993, cuando estableció el partido de centro derecha, Forza Italia; al año siguiente, en unas elecciones anticipadas, fue electo primer ministro. Sin embargo, a causa de una disputa con los miembros del Partido Liga Norte que formaba parte de su coalición, además de las acusaciones de fraude al fisco, Berlusconi dejó el cargo tras apenas siete meses. Gracias a una apelación fue absuelto en 2000, cuando el plazo de prescripción había expirado.
Tras su derrota en las elecciones de 1996 ante su némesis político, Romano Prodi, se vio envuelto en otros escándalos financieros, incluido un cargo por soborno a los inspectores del fisco. Negó todas las acusaciones y fue absuelto una vez más gracias a una apelación interpuesta en 2000.
La fortuna le sonrió una vez más en 2001, cuando prestó juramento como primer ministro por segunda ocasión. Sin embargo, Prodi, expresidente de la Comisión Europea, acabó con el reinado más exitoso de Berlusconi al derrotarlo en 2006, al frente de La Unión, coalición de partidos de centro izquierda. Para entonces, el magnate había presidido el gobierno más duradero de la posguerra.
A pesar de que se le colocó un marcapasos luego de que se desplomó durante un mitin político, se negó a bajar el ritmo. Tras someterse a un trasplante de cabello, una cirugía estética y un bronceado, Berlusconi asumió el poder por tercera vez en 2008 bajo el estandarte del recientemente creado partido Pueblo de la Libertad.
Al año siguiente, se le reconoció su manejo de la crisis ocasionada por el devastador terremoto que azotó a la ciudad de l’Aquila en abril de 2009, y sobrevivió a las críticas que recibió por exhortar a los sobrevivientes a tomar la difícil situación como si “estuvieran acampando un fin de semana”.
Al mes siguiente, su segunda esposa, Verónica Lario, solicitó el divorcio, afirmando que Berlusconi había tenido una relación inapropiada con una aspirante a modelo de 18 años, a cuya fiesta de cumpleaños asistió. Berlusconi dijo que la chica era la hija de un amigo y que no había hecho nada malo.
En diciembre de ese año, un hombre con un historial de enfermedades mentales golpeó a Berlusconi en la cara con una réplica de la Catedral de Milán, durante un mitin de campaña. Le rompió varios dientes y le fracturó la nariz. El ministro de Defensa, Ignazio LaRussa, dijo al diario italiano Corriere della Sera que el irrefrenable Berlusconi siguió estrechando las manos de sus simpatizantes durante un par de minutos después de ser golpeado.
Conforme se agravaba la crisis financiera y la economía decaía, creció la presión sobre Berlusconi. Gianfranco Fini, antiguo aliado del partido, lo atacó, lo acusó de no poner atención a la economía y a las reformas estructurales que Italia necesita. El primer ministro sobrevivió a tres votos de ratificación en el Parlamento en 2010 y 2011, de los que ganó uno por solo tres votos. No obstante, su autoridad siguió menguando.
Los economistas dijeron que Berlusconi no tenía la suficiente autoridad política para lograr la aprobación de los recortes presupuestales ni la autoridad moral para imponer más gravámenes al pueblo italiano, ya que estaba sujeto a juicio por diversos cargos. Otros líderes europeos lo criticaron por fracasar al no implementar las reformas económicas con la urgencia suficiente.
Mientras tanto, Berlusconi lidiaba en privado con las acusaciones de haber tenido sexo con una menor y por abuso de poder. Berlusconi tuvo sexo en 13 ocasiones con la bailarina menor de edad, Karima el Mahroug, conocida como Ruby, la ladrona de corazones, de acuerdo con los fiscales que afirman que el primer ministro abusó de su cargo cuando intervino en mayo de 2010 para solicitar la liberación de Karima, quien fue arrestada por robo. El Mahroug dijo que nunca había tenido sexo con Berlusconi y que le había mentido acerca de su edad al decirle que tenía 24 años.
La fiscalía presentó ante una corte en Bari cerca de 100,000 páginas de transcripciones de las intervenciones telefónicas que se efectuaron entre 2008 y 2009. La fiscalía acusó a ocho personas de haber pagado a ocho jóvenes para que asistieran a una fiestas llamadas bunga bunga, en la casa de Berlusconi.
Berlusconi negó los cargos y acusó a la fiscalía de conspirar en su contra como parte de un complot de la izquierda. “El comunismo no ha cambiado en Italia. Sigue habiendo gente que usa el código penal como arma para sus batallas ideológicas”, dijo, a principios de este año.
Sin embargo, según las transcripciones de las llamadas, Berlusconi había hecho algunos comentarios controvertidos; en algún punto juró dejar Italia, al que llamó “país miserable” que lo “enfermaba”. Cuando fue confrontado con sus comentarios, Berlusconi se rió de este y otros de sus traspiés.