La controvertida decisión de cancelar el maratón de Nueva York
En su camino para recoger su pechero con número para el Maratón de Nueva York este viernes, la veterana neoyorquina Lauren Mandel dudaba correr la emblemática competencia.
Apenas cuatro días después de que la supertormenta Sandy golpeara su ciudad, sentía un nudo en el estómago mientras se acercaba al centro de convenciones que fungía como centro de servicios para los participantes de la carrera.
“El pasar por... los generadores calentando las tiendas de campaña para que la gente coma pasta mañana por la noche, cuando hay personas que no han comido una comida caliente en cinco días”, la dejó con el sentimiento: “Esto es tan inapropiado y tan equívoco”, dijo.
Esos sentimientos de indignación resonaron en toda la ciudad y a nivel nacional país desde el miércoles, cuando el alcalde Michael Bloomberg dijo que la carrera se llevaría a cabo tal y como estaba programada.
El anuncio provocó un coro de críticas por parte de las autoridades y habitantes locales, lo cual inspiró una iniciativa de boicot en Facebook, y se convirtió en uno de los temas más comentados en Twitter en tanto los usuarios pedían el aplazamiento de la carrera.
Y después de que la protesta pública creció a niveles insospechados este viernes, funcionarios de la ciudad y de la carrera anunciaron que cancelarían la competencia por primera vez en sus 42 años de historia.
“Aunque el celebrar la carrera no requeriría desviar recursos de las esfuerzos de recuperación, es evidente que se ha convertido en la fuente de controversia y división”, decía un comunicado del alcalde.
Desde 1970, cuando fue celebrado por primera vez, el Maratón de Nueva York atrae a cerca de 47,000 corredores y 12,000 voluntarios. Generalmente, unos 2.5 millones de espectadores asisten al paso de la carrera, la cual serpentea a través de los cinco condados de la ciudad.
Pero fue la línea de salida en Staten Island —una de las zonas más afectadas por Sandy— lo que captó gran parte de la crítica. Por lo menos 20 personas murieron en la isla por la tormenta, la cual dejó casas disueltas y grandes porciones de vecindarios bajo el agua. Los habitants de Staten Island pidieron este miércoles gas, alimentos y ropa. Una mujer dijo que en los últimos dos días había comido solamente una rebanada de pizza.
El legislador estadounidense Michael Grimm, quien representa a Staten Island y Brooklyn, dijo antes del comunicado del viernes que la ciudad se había equivocado en sus prioridades.
“Todavía seguímos sacando cuerpos del agua y el alcalde está preocupado por los corredores del maratón y por volver a la vida normal”, dijo Grimm en un comunicado. “El Puente Verrazano debe utilizarse para llevar combustible y alimento a Staten Island, no para que salgan los corredores”.
Rápidamente se difundieron este viernes una serie de fotos de la devastación de la isla. La publicación de BuzzFeed terminaba con la frase: “El Maratón de Nueva York todavía está programado para correrse el domingo”.
Mientras tanto, un grupo de corredores inscritos en la carrera comenzaron una página de boicot en Facebook, prometiendo utilizar sus pecheros con números mientras trabajaban como voluntarios en los esfuerzos de recuperación en Staten Island.
Y la portada del viernes de The New York Post también entró a la controversia. Un encabezado simple, pero contundente, sobre una foto de dos generadores decía: “Abuso de poder: Estos generadores masivos están brindando electricidad a las tiendas para el maratón en Central Park, mientras los neoyorquinos sufren”.
La respuesta al anuncio de la cancelación fue inmediata:
“Cancelar el Maratón de Nueva York fue 100% la decisión correcta”, tuiteó Parth Desai.
Karim Lebhour estaba listo para participar en la carrera y dijo que se encontraba “decepcionado” con la decisión, reconoció que “realmente nadie estaba con la disposición”.
Dean Karnazes, corredor que vive en San Francisco, también dijo que la cancelación de la carrera “fue lo correcto”. “Voy a quedarme y ayudar. Ahora es tiempo de tender la mano, no de correr”, tuiteó.
El grupo de Facebook Boicot al Maratón de NYC 2012 secundó los comentarios de Karnazes, al decir que el esfuerzo del voluntariado en Staten Island seguirá adelante el domingo en la raíz de la cancelación.
Otros usuarios de Twitter comenzaron a compartir un enlace de Race2Recover.com , el cual anima a los corredores a donar sus habitaciones de hotel a los habitantes desplazados.
Pero algunos corredores, sobre todo los que viajaron desde fuera de Estados Unidos para participar en la carrera, quedaron frustrados por la cancelación de último minuto de un evento en el que no a todos se les garantiza un número para correr.
Para garantizar un lugar en la carrera, los corredores deben comprometerse a realizar la competencia con un fin de caridad o calificar con una buena marca en el maratón o medio maratón. La mayoría de los participantes en la carrera entran tras ser uno de los afortunados elegidos en un sorteo al azar.
“Es una frustración enorme”, dijo Juan Carlos Arévalo, quien viajó desde Argentina. “De verdad es un esfuerzo venir aquí y participar”.
Neil Robbins viajó este jueves desde Escocia, con el plan de correr el maratón para recaudar fondos para la investigación del cáncer. Ahora pasará la semana en Nueva York.
“Hice lo que pude. Llevé a cabo la preparación. Vine, pero desafortunadamente ... Sandy le puso fin a mi sueño”, dijo. “Pero así es la vida. Voy a intentarlo otra vez el año siguiente, tal vez”.
Este miércoles, al anunciar su decisión de seguir adelante con la carrera, Bloomberg dijo que “una gran cantidad de pequeñas empresas” dependen del evento anual.
El alcalde disipó este jueves la inquietud acerca de que el maratón desviara recursos vitales de los esfuerzos de recuperación, al decir que la electricidad sería restaurada el día de la carrera, liberando así los lugares en los que actualmente la policía dirige debido a que no hay semáforos ni electricidad.
“Celebrar el Maratón de Nueva York en medio de lo que es completa devastación y una crisis en algunas zonas está mal”, dijo el concejal Domenic Recchia, cuyo distrito del sur de Brooklyn se compone por Coney Island y otras áreas que sufrieron graves daños.
Bloomberg continuó este viernes por la mañana con su lucha en favor de realizar el maratón, recordando otra ocasión en que las autoridades de la ciudad se vieron obligadas a tomar una difícil decisión en un momento delicado.
“Como Rudy Giuliani me dijo esta mañana, ‘sabes, justo después del 11-S la gente decía exactamente lo mismo’”, dijo Bloomberg, y agregó: “Hay que seguir adelante y haciendo las cosas y puedes sufrir, puedes llorar y puedes reír, todo al mismo tiempo. Eso es en lo que son buenos los seres humanos”.
Funcionarios de la ciudad y de la competencia se reunieron durante toda la semana, hasta el viernes por la tarde, sopesando sus opciones, entre ellas las de considerar la posibilidad de posponer la carrera o acortar el trayecto.
Sin embargo, al final, “era evidente que no iba a ser una celebración de Nueva York”, dijo el vicealcalde Howard Wolfson. “Iba a ser un día difícil y divisivo, en lugar de un día de fiesta”.
Poco después de las 17:00 horas (local) de este viernes se anunció la cancelación.
Mike Denton, un neoyorquino que se preparó para la carrera, dijo que esperaba con entusiasmo la oportunidad de “utilizar esto como una manera de construir algo de energía y como una especie de recordarme a mí mismo por qué Nueva York es impresionante”
Ahora, dijo, cinco meses de entrenamiento sirvieron “para nada”.
Otros expresaron su preocupación por las consecuencias económicas de cancelar un evento que genera grandes ingresos.
La maratonista olímpica y excampeona del Maratón de Nueva York, Paula Radcliffe, dijo en Twitter que la ciudad necesita “la solidaridad, el estímulo y el impulso económico que el maratón dominical trae a Nueva York”.
Tony Ruiz, entrenador en el Central Park Track Club, dijo este jueves que las consecuencias de la cancelación “serían muy graves y posiblemente dañarán a la ciudad aún más, evidentemente en lo económico”.
La maratón también es un importante evento para recaudar fondos para cientos de organizaciones benéficas que reclutan a corredores para juntar recursos, y que pueden perder sus donaciones prometidas, dijo Lee Silverman, presidente de JackRabbit Sports, un minorista del negocio de las carreras que trabaja con muchas de esas organizaciones benéficas cada año. Más de 34 millones de dólares se recaudaron en 2011 por los corredores que compitieron por organizaciones caritativas, según la página de internet del maratón.
New York Road Runners, que dona cada año al maratón, dijo que donará 1 millón de dólares al Fondo de Ayuda para el Huracán Sandy y que alentará a que otros también lo hagan.
Tras recuperarse del impacto de la cancelación de la carrera, Denton dijo que él y su equipo guardarán el domingo sus zapatos para correr y se pondrán los guantes de trabajo, pues se unirán como voluntarios.
Mandel, por su parte, abandonó la exposición de la carrera antes de escuchar la noticia de que el evento había sido cancelado, habiéndose ya hecho de la idea de que no correría este año.
“Es una experiencia maravillosa. Lo he hecho muchas veces. No es el momento adecuado”, dijo.
Melissa Gray, Heather Butler, Eden Pontz y Chris Kokenes, de CNN, contribuyeron a este reporte.