El caso Petraeus no comprometió la seguridad nacional, afirma Obama
No hay evidencia de que se filtró material clasificado y se puso en riesgo la seguridad nacional en el caso del exdirector de la CIA, el general David Petraeus, afirmó este miércoles el presidente Barack Obama.
“No hay evidencia hasta ahora, por lo que he visto, que información clasificada fue dada a conocer en una forma que pudo haber tenido un impacto negativo” para la seguridad estadounidense, afirmó Obama durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
Obama afirmó que la propia evaluación de Petraeus tras conocer que era investigado indicó que no cumplía los estándares para continuar en la CIA.
Petraeus renunció a su puesto como jefe de la CIA el viernes tras reconocer adulterio, y escribió que había actuado de forma “inaceptable, tanto como esposo como líder de una organización como la nuestra”.
El presidente Obama declinó hablar sobre la investigación en el caso Petraeus, aseguró que no prejuzgará los resultados y dijo confiar en el FBI.
Funcionarios del FBI y la CIA se reunirán este miércoles con el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes y el demócrata integrante del comité de mayor rango para tratar el tema de la renuncia del director de la CIA, David Petraeus, y la investigación que la originó.
En el Congreso, algunos legisladores en ambos partidos han mostrado creciente preocupación porque no fueron notificados antes de la investigación que causó la renuncia de Petraeus, así como de potenciales filtraciones de asuntos de seguridad.
“Tengo muchas preguntas sobre la naturaliza de la investigación del FBI, como fue constituida”, dijo este martes la presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, la demócrata por California Dianne Feinstein. “Y estaré haciendo esas preguntas”.
La reunión a puerta cerrada será para analizar a profundidad el caso y para saber si el Congreso debió de ser notificado antes.
A la reunión acudirán el subdirector del FBI, Sean Joyce, y el director interino de la CIA, Mike Morell.
En tanto, el secretario de Defensa, León Panetta, defendió este miércoles su pedido para congelar la nominación del general John Allen para convertirse en comandante de la OTAN, a la espera de una investigación sobre sus contactos con Jill Kelley , la mujer cuyas quejas sobre correos electrónicos amenazantes llevaron a descubrir el amorío entre Petraeus y Paula Broadwell, su exbiógrafa.
Según el FBI, el verano pasado, Kelley visitó a un amigo que trabajaba en la oficina de la CIA en Tampa, Florida, porque supuestamente estaba recibiendo correos “de celos” de parte de un desconocido. Se cree que ese desconocido es Broadwell.
Los investigadores del FBI, cuya investigación inició con la queja que Kelley presentó , descubrieron que Petraeus y Broadwell habían intercambiado correos electrónicos explícitos en los que se revelaba el romance.
Allen ha negado haber hecho algo malo, según un alto funcionario de defensa. Fuentes cercanas a Kelley afirmaron que la relación entre ambos no era sexual.
En el caso de Petraeus, mayores detalles se conocieron este miércoles. Una fuente cercana Kelley dijo que los correos anónimos comenzaron a ser enviados en junio pasado, y no fue sino hasta dos meses después que el FBI le informó quién envió los correos. Según la fuente, Kelley no conoce a Broadwell y nunca se han reunido.
Una fuente dijo a CNN que Broadwell era la archivista de Petraeus, y que el FBI fue a su casa en horas recientes para ver si tenía algunos documentos. No está claro si algunos de esos materiales pudieran ser clasificados.
Además, en internet fue difundido un video de un discurso de Broadwell en el cual sugirió que el ataque en Libia del 11 de septiembre pasado fue contra una prisión secreta en el anexo del consulado de Bengasi, lo que causó preocupación de que podría tratarse de una fuga de información clasificada.
“No se si muchos de ustedes han escuchado esto, pero el anexo de la CIA tenía un par de prisioneros de una milicia libia y creen que el ataque al consulado fue un esfuerzo para tener a esos prisioneros de vuelta”, dijo en un discurso el mes pasado en la Universidad de Denver.
Un alto funcionario de inteligencia negó la afirmación, al afirmar que no había prisioneros en el anexo. Broadwell no ofreció ninguna fuente de su información, y no hay evidencia de que vino de Petraeus.
Funcionarios de la administración de Obama han dicho que el asalto en Bengasi fue un ataque terrorista.