El Partido Comunista de China dará a conocer a sus nuevos líderes
El pequeño grupo de personas que van a fijar la agenda para China en la próxima década se espera que se dé a conocer al mundo este jueves después de meses de negociaciones secretas y de especulación abundante.
Muy lejos de las implacables campañas en los medios y las frecuentes apariciones públicas de los candidatos presidenciales en Estados Unidos, los esfuerzos para determinar quién termina en el panel de élite que se asienta sobre el sistema político chino ha tenido lugar a puerta cerrada.
Ellos son parte de una transición de una década de liderazgo que tiene lugar en el Partido Comunista de China, que ha gobernado la nación más poblada del mundo durante los últimos seis decenios.
A pesar de los espectaculares cambios económicos y sociales que China ha experimentado en los últimos tiempos, el partido ha mantenido un férreo control sobre el poder y ha defendido sus oscuros métodos para la selección de sus principales dirigentes.
Las consecuencias de la dirección serán significativas para los 1.3 mil millones de habitantes de la nación, de sus vecinos en Asia y Estados Unidos, que están viendo con recelo el ascenso económico y militar de China.
La fase inicial del proceso concluyó este miércoles, cuando el presidente Hu Jintao puso fin al 18º Congreso Nacional del Partido Comunista en medio de fuertes medidas de seguridad en Beijing. Hu, de 69 años, se espera sea sustituido como jefe del partido este jueves por el vicepresidente Xi Jinping.
Pero, qué tipo de cambios sigue siendo un misterio. Xi, 59 años, y los que se le unan a él en el comité más poderoso del partido a lo largo de los próximos años, aún son desconocidos.
" Xi Jinping es en muchos sentidos un producto desconocido", dijo Mike Chinoy, un excorresponsal de CNN y ahora un investigador del Instituto Estados Unidos y China de la Universidad del Sur de California. "Ha llegado a la cima del sistema chino por ser muy cuidadoso de no revelar lo que realmente piensa".
Algunos observadores han expresado su esperanza de que en la próxima década se podría lograr un cierto grado de reforma política mientras los dirigentes chinos tratan de reforzar su legitimidad, que ha sido erosionada por la corrupción generalizada y el escándalo dramático este año por la participación del exalto oficial del partido Bo Xilai .
Pero muchos analistas se muestran escépticos acerca de la voluntad de los líderes para adoptar cambios significativos, teniendo en cuenta la concentración de poder y dinero en los dirigentes más altos del partido.
"La reforma se ha convertido en poco menos que imposible, ya que cualquier cambio en el statu quo político o económico supondrá una amenaza para los intereses creados" de los clanes influyentes del partido, dijo Willy Lam, profesor de historia en la Universidad China de Hong Kong, en un artículo de opinión publicado esta semana.
El secreto y la exclusividad del procedimiento por el que los máximos líderes de China están seleccionados, con la participación y tratos entre las figuras del partido, deja a muchos de los ciudadanos del país sentirse separado del proceso.