Una prisión de máxima seguridad, destruida tras un motín en Guatemala
Una cárcel de máxima seguridad de Guatemala, que tenía bajo custodia a reos de alta peligrosidad, quedó destruida tras el amotinamiento que 156 internos llevaron a cabo durante casi 24 horas y en el cual habían tomado como rehenes a ochos personas, según informaron autoridades del gobierno.
La prisión conocida como Faijanes II, ubicada a 22 kilómetros de Ciudad de Guatemala, quedó “prácticamente destruida” luego del motín, según explicó el ministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla, por lo que los reos tendrán que ser trasladados a otras cárceles del país.
"No se han establecido todos los daños que hay en la cárcel, pero no podemos garantizar que cumpla con el cometido de ser una cárcel de máxima seguridad", dijo el ministro que se encargó de la situación desde el origen del motín, por lo que "los 156 reos serán reubicados”.
Entre los internos de alta peligrosidad había narcotraficantes del grupo mexicano Los Zetas, pandilleros de la Mara 18, y otros prisioneros que esperan su extradición hacia Estados Unidos. Todos fueron trasladados a otras cárceles de las que, por seguridad, no se dio a conocer su ubicación.
Desde las primeras horas del lunes, los 156 tomaron como rehenes a ocho funcionarios del Sistema Penitenciario que trabajan en Faijanes II bajo la demanda de mejoras en la alimentación y que se ampliaran las horas de visita de familiares.
La misma noche del lunes, un enfermero y dos guardias fueron liberados luego de que el ministro se presentó en la cárcel en compañía de funcionarios la Fiscalía del país y de la Procuraduría de Derechos Humanos.
Aunque el ministro aclaró que no era una negociación, dijo que las autoridades dialogaron con los internos y se comprometieron “a hacer un proceso de revisión interna, y que no habrá represalias por esta situación”, y a revisar las violaciones a los derechos humanos que denunciaron los reos.
"Vamos a investigar, puede ser que en la investigación detectemos que las denuncias sean reales", dijo el funcionario que fijó un plazo hasta las 06:00 horas (local) de este martes para que entregaran a los cinco rehenes que mantenían.
Un grupo de Fuerzas Especiales de la Policía Nacional ingresó en las primeras horas de este miércoles a la prisión, sin utilizar la fuerza, y luego los amotinados entregaron a las otras cinco personas que mantenían retenidas, según las autoridades.
“No hubo ninguna negociación con los revoltosos, si no que se les persuadió para que depusieran la medida", explicó el ministro. "Tenemos ya a los ocho totalmente libres, bajo control y están con el Ministerio Público" que se presentó en la cárcel para evaluar los múltiples daños que el gobierno dará a conocer posteriormente.
La Oficina del Alta Comisionado de los Derechos Humanos (OACDH) de la ONU urgió en febrero pasado a que se corrijan los “problemas endémicos” que son habituales en las prisiones de América Latina, luego de que 361 reos murieron en Honduras al registrarse un incendio en la prisión de Comayagua.
La violencia en las prisiones “es una directa consecuencia de problemas endémicos incluidos la sobrepoblación, la falta de acceso a servicios básicos como falta de espacio, agua potable, comida, cuidados médicos y la falta de normas básicas sanitarias e higiénicas”, dijo Rupert Colville, vocero de la OACDH.