Egipto y Morsi fueron esenciales en las conversaciones de paz en Gaza
El presidente de Egipto, Mohamed Morsi, ha sido alabado por el esfuerzo que hizo su gobierno para lograr un cese al fuego entre Israel y Hamas , un acto de delicado equilibrio para el primer líder de Egipto electo libremente.
Egipto ha sido el intermediario en muchas de las disputas anteriores entre Israel y los territorios palestinos. Sin embargo, mientras que el dictador egipcio Hosni Mubarak era hostil a Hamas, el movimiento palestino islamista que rige en Gaza, la Hermandad Musulmana de Morsi es la prima política de dicho grupo. Aunque Morsi representa a un pueblo que se ha identificado históricamente con los palestinos, se ha comprometido a mantener el tratado de paz que Egipto firmó con Israel.
“Morsi reconoció claramente los intereses nacionales de Egipto; esperemos que esto tenga éxito y se mantenga”, dijo George Mitchell, exlíder de la mayoría en el Senado de Estados Unidos y enviado para Medio Oriente del gobierno de Obama. La tregua se anunció el miércoles por la noche en El Cairo, después de ocho días de combates.
Las fuerzas de seguridad, dirigidas por Mubarak, han reprimido a los islamistas dentro de la Hermandad Musulmana de Egipto e incluso llegaron a encarcelar a Mubarak. Estos hechos han dado a Morsi y a su gobierno la influencia sobre Hamas que Mubarak, producto del aparato militar egipcio, nunca tuvo, dijo Fawaz Gerges, profesor de Relaciones Internacionales y analista de Medio Oriente para la Escuela de Economía de Londres.
“Hamas escucha a Mohamed Morsi”, dijo Gerges a CNN mientras se desarrollaban las pláticas. “Hamas se inspira en Egipto en este momento en particular, por lo que Egipto ha surgido como el Estado más importante ante Hamas y Gaza”. Dijo que el papel de Egipto en las pláticas había sido “esencial”.
Morsi ha recurrido a su jefe de inteligencia, Mohamed Shehata, para encabezar diferentes pláticas entre Israel y Hamas. Shehata jugó un papel importante en la liberación de Gilad Shalit, el soldado Israel que fue prisionero de Hamas durante más de cinco años, y tiene buenos contactos entre los oficiales de la inteligencia israelí.
El vocero del gobierno israelí, Mark Regev, dijo a CNN que el acuerdo anunciado el miércoles “presenta un futuro en el que tendremos paz y quietud en el sur. Eso es bueno para los israelíes, y es bueno para la población de Gaza". El líder político en el exilio de Hamas, Jaled Mashal, dijo a los reporteros después del acuerdo que Egipto “se condujo de forma responsable”. “Egipto no entregó a la resistencia”, dijo Mashal.
Morsi asumió el poder a finales de junio, casi un año y medio después de que inició la revuelta con la que se derrocó a Mubarak. El ingeniero egresado de una universidad estadounidense rápidamente puso nerviosos a los occidentales al anunciar que se esforzaría por liberar al jeque Omar Abdel Rahmán, quien cumple cadena perpetua en Estados Unidos a causa de un caso de conspiración relacionado con el ataque contra el Centro Mundial de Comercio en 1993, y al asistir a la cumbre del Movimiento No Alineado, celebrada en Irán en agosto, con lo que realizó la primera visita de un líder egipcio desde la revolución islámica en 1979.
Durante la conferencia, atacó a Siria, el aliado de Irán, al llamar al sitiado gobierno del presidente sirio, Bachar al Asad, “un régimen opresor que había perdido su legitimidad” y al hacer un llamado a apoyar a los grupos de oposición que buscaban derrocarlo.
Cuando los disparos de los francotiradores en la frontera que separa a Gaza de Israel dieron paso a la guerra declarada, la semana pasada, Morsi culpó categóricamente a Israel.
Egipto retiró a su embajador de Israel. Morsi calificó el bombardeo del territorio de “agresión flagrante contra la humanidad” y envió a Gaza a su primer ministro, Hisham Kandil, a entablar pláticas con los funcionarios palestinos, medida que Mubarak probablemente no habría tomado.
Eso complicó la relación de Egipto con Estados Unidos, que contribuye con cerca de 1,300 millones de dólares al año en ayuda militar y económica para El Cairo. Tanto Estados Unidos como varios líderes europeos han culpado mayormente de la crisis actual a Hamas, y afirman que Israel tiene derecho a protegerse de los misiles que disparan los militantes palestinos.
Egipto necesita el apoyo de Occidente para reactivar su economía, que cayó en picada cuando estalló la rebelión en contra de Mubarak en enero de 2011. Los acuerdos de Camp David que se celebraron en 1979 siguen siendo la piedra angular de la paz que se ha obtenido en la turbulenta región.
El pueblo egipcio presiona a Morsi para que tome una postura más firme ante Israel. En una encuesta realizada en abril de 2011, a cargo del Proyecto de Investigación Mundial Pew, se descubrió que el 54% de los egipcios quieren que se abandone el tratado de paz entre Egipto e Israel, mientras que el 36% quiere que permanezca en vigor.
Cuando estallaron las hostilidades más recientes entre Israel y Hamas, el jefe del gabinete egipcio, Mohamed Refa’a al Tahtawi, dijo que Egipto seguiría respetando el pacto, aunque agregó: “Respetar un tratado de paz no significa no hacer nada o ser indiferente a lo que ocurre a lo largo de nuestras fronteras”.
El gobierno egipcio permitió esta semana que algunas de las víctimas de los combates en Gaza, así como ancianos y niños, cruzaran hacia Egipto a través del cruce de Rafah. Aunque este cruce es de acceso restringido desde los tiempos de Mubarak, el control del cruce ha sido más laxo o más severo de acuerdo con las condiciones locales de seguridad.
El gobierno egipcio permitió que más de 500 egipcios cruzaran hacia Gaza en señal de solidaridad con los palestinos; ondeaban banderas palestinas y cantaban: “Israel es el enemigo”. Rami Shaath, quien ayudó a organizar las labores, dijo a CNN: “Hemos terminado con el sitio”.
Sin embargo, esa frontera revela que la situación de seguridad se deteriora en Egipto, en donde gran parte del aparato de Mubarak se ha desmantelado desde su dimisión. Más de 500 altos funcionarios de la agencia de Investigaciones de Seguridad Estatal de Mubarak han sido obligados a retirarse o han sido despedidos; los grupos militantes han hallado un sitio en lugares como la escasamente poblada península del Sinaí, en donde han recibido cargamentos de armas procedentes de Libia y otros países.
Durante un ataque ocurrido en julio en contra de un puesto militar en el Sinaí, unos militantes islamistas mataron a 16 soldados egipcios. El gobierno de Morsi respondió con una campaña cuyo objetivo era expulsarlos de la región, acompañada de la destitución del gobernador de la región, el jefe de la policía militar y el director de inteligencia.
El Sinaí, que siempre ha sido una región fuera del alcance del gobierno, en donde se respeta poco al Estado, está bajo el dominio de algunas tribus de beduinos que también son contrabandistas consumados.
No obstante, Mitchell dijo que el gobierno de Morsi “ha dedicado enormes esfuerzos y, de cierta forma, prestigio en esto. Creo que trabajarán duro para asegurarse de que este cese al fuego se mantenga, al menos por el tiempo necesario para que las partes puedan discutir los temas generales”.
“Creo que sólo le beneficiará, tanto local como internacionalmente”, agregó Mitchell. “Sin embargo, al final, su éxito o fracaso dependerá de la percepción que el pueblo egipcio tenga de la satisfacción de sus intereses, como la necesidad de empleos, educación, las mismas cosas que la gente quiere alrededor del mundo”.
Matt Smith y Tim Lister en Atlanta, y el periodista de CNN Mohamed Fadel Fahmy en El Cairo, colaboraron con este reportaje.