Las pláticas sobre el presupuesto de la UE terminan sin lograr acuerdos
La cumbre de la Unión Europea en la que se esperaba que se estableciera el presupuesto del bloque para los próximos siete años llegó a su fin sin que se lograra un acuerdo y con divisiones acerca del gasto de la Unión Europea en una época de austeridad generalizada.
Durante el segundo día de pláticas en Bruselas, los líderes de la Unión Europea trataron de superar las divisiones existentes acerca de la propuesta de incrementar a 1.2 billones de dólares (un billón de euros) el presupuesto de la Comisión Europea para el periodo 2014-2020.
Los líderes de los 27 Estados que componen la Unión Europea dialogaron hasta entrada la noche del jueves sin lograr un acuerdo acerca del plan modificado para el presupuesto propuesto por el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, quien encabezó la cumbre.
La canciller alemana, Angela Merkel, dijo al terminar la cumbre que era importante que las partes se tomaran el tiempo necesario para lograr un acuerdo sobre un plan sólido y duradero.
Se espera que los líderes reanuden las pláticas a principios del año próximo, y hay señales de que podrían unirse para resolver las diferencias acerca de la magnitud del presupuesto y las dudas acerca de su justicia.
El gasto anual de la Unión Europea asciende al 1% de las utilidades anuales de la región y las discusiones acerca del presupuesto ocurren mientras el continente se enfrenta a serios retos económicos que han tenido repercusiones a nivel mundial.
Las desigualdades han persistido entre los miembros económicamente poderosos de la Unión Europea, como Alemania, que ha aportado fondos para el rescate europeo, y otros más débiles, como Grecia, que vive una severa austeridad y desempleo.
Van Rompuy dijo a los reporteros que en su propuesta se había dado prioridad al crecimiento, al empleo y a la innovación, y que era 80,000 millones de euros menor que el presupuesto inicial propuesto por la Comisión Europea, lo que significaba una reducción real en comparación con el periodo 2007-2013.
“Este es un hito en las pláticas sobre el presupuesto de la Unión Europea”, dijo. Van Rompuy señaló también que las negociaciones son complejas y que valía la pena tomarse el tiempo para llegar a un acuerdo sólido.
“Este es un presupuesto para el resto de la década. Los siguientes siete años serán cruciales para poner a Europa de vuelta en el camino de la recuperación y el crecimiento. Así que debemos hacerlo bien”, dijo.
Algunos países creen que el presupuesto de la Unión Europea debería congelarse o reducirse ya que ellos tienen que aplicar severos recortes a sus propios planes nacionales de gasto. Otros países, en particular los que obtienen más dinero del que aportan, se oponen a los recortes o al congelamiento.
La mayor parte del capital proviene de las contribuciones de los Estados miembros. Alemania es el principal contribuyente: aporta cerca del 20% de su presupuesto total. Otros grandes contribuyentes son Gran Bretaña, Francia, Holanda, Dinamarca y Suecia.
“Nuestra postura es simple: no podemos incrementar el gasto en la Unión Europea cuando en casa estamos aplicando recortes. Solicitamos un recorte, o al menos, un alto al gasto”, dijo el primer ministro británico, David Cameron.
Cameron dijo que Gran Bretaña había adoptado una postura constructiva en las pláticas, pero que su país y otros de los principales contribuyentes no estaban listos para llegar a un acuerdo “a cualquier precio”. “Francamente, el trato que propuso el presidente del Consejo Europeo no era lo suficientemente bueno”, dijo Cameron.
No obstante, el primer ministros británico agregó que había habido progresos al determinar las posturas de varias naciones y que es posible lograr un acuerdo en el futuro. Antes de la cumbre, Cameron había amenazado con ejercer el derecho de veto de Gran Bretaña si era necesario para proteger sus intereses.
El Consejo Europeo declaró a través de un comunicado que las pláticas habían mostrado “un potencial de convergencia suficiente para posibilitar un acuerdo a principios del año próximo”.
“Deberíamos ser capaces de concertar los diferentes puntos de vista. Un presupuesto europeo es importante para la cohesión de la Unión y para el empleo y el crecimiento en todos nuestros países”.
La mayor parte del presupuesto propuesto se destina a financiar la cohesión o la inversión con la que se busca cerrar la brecha económica que existe entre los diferentes Estados de la Unión Europea. Otra porción considerable se destina a la Política Común de Agricultura (CAP), o ayuda para los agricultores.
Históricamente, el CAP ha sido la manzana de la discordia para los Estados miembros de la Unión Europea, ya que los que no tienen un sector agrario importante no se benefician tanto como los que lo tienen. Francia es uno de los países que se opone a recortar los fondos de la CAP.
Muchos países del centro y este de Europa se oponen también a los recortes en el financiamiento de la cohesión, con el que pagan los grandes proyectos de infraestructura como nuevos caminos o enlaces de transporte público.
En el presupuesto también se asignan fondos significativos para la competitividad y el crecimiento, una de las principales preocupaciones ya que varios de los Estados de la Unión Europea presentan niveles récord de desempleo. Las labores para impulsar el crecimiento y la creación de empleos son una prioridad, pero cuestan mucho dinero.
Los gastos de administración y la ayuda al desarrollo internacional fuera de la Unión Europea también conforman una parte del total del presupuesto.