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Los egipcios retoman las protestas en la Plaza Tahrir contra el presidente

La población protesta contra el edicto que otorga nuevos poderes a Morsi en el mismo lugar en el que impulsaron la caída de Hosni Mubarak
mar 27 noviembre 2012 01:13 PM

Los egipcios tomaron este martes la Plaza Tahrir en busca de revivir la oleada democrática que sacó al exhombre fuerte del poder hace casi dos años y en demanda de que el gobernante que eligieron para remplazarlo respete sus deseos.

Al menos un manifestante murió en los enfrentamientos con autoridades ante las protestas masivas planeadas para el martes, de acuerdo con el Ministerio de Salud. El opositor Partido Alianza Popular informó que el manifestante se asfixió luego de inhalar cantidades excesivas de gas lacrimógeno.

“Señor presidente, le pedimos que pare esto por el bien de nuestro país”, dijo un hombre a CNN en la Plaza Tahrir. No hubo estimaciones oficiales del número de manifestantes. Sin embargo, la plaza estaba llena, con la gente obstruyendo la rotonda y tiendas de campaña.

El partido opositor Alianza Popular, habló sobre el manifestante que murió tras inhalar una cantidad excesiva de gas lacrimógeno, que la policía utiliza en numerosos enfrentamientos con manifestantes que lanzan rocas en las calles laterales que conducen a la plaza.

En la ciudad de Mahalla, del delta del Nilo, la policía informó de decenas de heridos cuando los manifestantes tomaron por asalto la sede de la Hermandad Musulmana, el movimiento político de Morsi, dijo a CNN el portavoz del Ministerio del Interior, Alaa Mahmoud. 

La policía también utilizó gases lacrimógenos para dispersar el tumulto e hizo numerosos arrestos, pero el edificio fue destruido, aseguró el vocero de gobierno.

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Ahmed al-Aguizi, un portavoz del Partido Libertad y Justicia, brazo político de la Hermandad Musulmana, dijo que los manifestantes antiMorsi llevaban cuchillos, espadas, palos y armas de fuego y se enfrentaron partidarios de la Hermandad durante cuatro horas.

Los manifestantes están molestos con el presidente Mohamed Morsi por un edicto emitido la semana pasada que le da protección por encima del poder judicial, lo que los críticos llaman una toma de poder sin precedentes. Un comunicado emitido el lunes por la noche que parecía limitar el ámbito del decreto no disminuyó la ira.

Los manifestantes quieren mostrar que “el pueblo entero de Egipto está contra” Morsi y sus seguidores, dijo el exministro de Finanzas, Samir Radwan.

Morsi y sus seguidores en el poderoso movimiento de la Hermandad Musulmana han defendido la política como necesaria para mantener la frágil revolución conocida como la Primavera Árabe, que sacó del poder al presidente Hosni Mubarak y llevó al país a tener elecciones libres.

La Hermandad Musulmana canceló su propia manifestación para mostrar su apoyo a Morsi –también convocada para el martes– “para evitar cualquier problema debido a la tensión en la arena política”, dijo el vocero Mahmoud Ghozlan.

El Partido Justicia y Libertad de Morsi es el brazo político de la Hermandad Musulmana, el movimiento islamista que alguna vez fue prohibido.

Las protestas de la oposición este martes se realizan a pesar de la modificación del edicto del presidente.

Morsi “no se dio poder judicial a sí mismo”, pero sí dio “inmunidad a sus decisiones presidenciales”, explicó Jihad Haddad, asesor principal del Partido Justicia y Libertad.

Añadió que el “presidente no es inmune a la vigilancia judicial”, aunque no está claro en qué instancias se llevaría esto a la práctica, o si hay algo que evite que Morsi emitirá un nuevo comunicado para evitar que eso suceda.

Morsi tiene actualmente el poder de la presidencia y la legislatura luego de que una corte confirmó la decisión del Consejo Militar que tenía el control del país de disolver el Parlamento. Pero es su edicto de la semana pasada –en el que se dice que las cortes no pueden anular o interferir con las decisiones de la Hermandad Musulmana– lo que causó la ira.

Morsi insiste en que está tratando de proteger la frágil revolución y no de acumular poder sin restricciones. Sus movimientos “cimentaron el proceso que crearía instituciones que limitarían su poder, definirían la Constitución y llevarían a elecciones parlamentarias para poder decir que es una democracia”, explicó Haddad.

Pero sus enemigos no ven así las cosas. El exdiplomático de Estados Unidos, Jamie Rubin, dijo que el edicto de Morsi “trae a la mente todos los temores que del pueblo en esa parte del mundo sobre qué pasaría con la Hermandad Musulmana cuando Egipto se convirtieran en democracia”.

Amr Hamzawy, quien estuvo en el ahora disuelto Parlamento, dijo que se necesitan acciones para prevenir más “sufrimiento” bajo un presidente con “poderes amplios”, como sucedió con Egipto por 60 años bajo el mando de Mubarak, aseguran Anwar Sadat y Gamal Nasser.

“Morsi es el presidente que ha acumulado poder ejecutivo, legislativo y se ha puesto por encima del brazo judicial del gobierno”, aseguró Hamzawy, fundador del Partido Libertad de Egipto. “Es una mezcla muy peligrosa, que sólo puede llevar a la dictadura”.

En un intento por no permitir que eso pase, los egipcios de todo el país se han manifestado y han tomado por asalto las instalaciones de la Hermandad Musulmana durante los seis días pasados, en algunos casos con resultados violentos. Cientos de personas han sido reportadas heridas y una muerta en los enfrentamienetos con las fuerzas de seguridad y seguidores de Morsi.

El principal asesor presidencial, Essam El-Erian, llamó a las preocupaciones relacionadas con el edicto de Morsi pretenciosas, y acusó a los manifestantes de ser “fuerzas contrarrevolucionarias” leales al partido de Mubarak. Haddad dice que las encuestas muestran “una abrumadora mayoría de apoyo al presidente Morsi y sus decisiones”.

Los jueces también han reaccionado. Sólo siete de las 34 cortes de Egipto están operando y 90 % de sus fiscales están en huelga, dijo el juez Mohamed al-Zind, del Club de Jueces Egipcios. Describió el edicto de Morsi como “el más vicioso ataque contra la autoridad e independencia judicial”.

El lunes, Morsi se reunió con miembro del máximo cuerpo judicial de Egipto, el Consejo Supremo Judicial, el cual ha sido crítico con el edicto.

Más allá de lo judicial, hay preocupaciones sobre como las protestas populares afectarán la frágil economía del país, donde 25 % viven en la pobreza, y el mercado de valores se hundió tras el anuncio de Morsi.

“La mayoría de las personas están sufriendo, están buscando algún tipo de estabilidad”, dijo Radwan, quien sirvió en el gobierno de Mubarak así como en el que le siguió.

En los próximos días o semanas podría haber un estancamiento, más violencia e incertidumbre. Pero los expertos dicen la puesta en marcha de nueva constitución será crucial para el futuro del país.

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