La Corte Suprema de Egipto suspende indefinidamente sus sesiones
La Corte Suprema de Egipto suspendió indefinidamente todas sus sesiones después de que simpatizantes del presidente Mohamed Morsi rodearon el edificio y bloquearon la entrada a los jueces.
Al calificar este domingo como un "día triste, negro en la historia" del sistema judicial del país, el tribunal informó en un comunicado que sus jueces no volverán a sus funciones hasta que puedan realizar su trabajo "sin ningún tipo de presión psicológica o física".
"Los jueces de la Corte Suprema Constitucional no tienen más remedio que declarar al gran pueblo de Egipto que no son capaces de cumplir con su sagrada misión a la luz de la situación actual", indicó un comunicado citado por la agencia estatal de noticias MENA .
Esta fue la última andanada en una creciente crisis que enfrenta a Morsi y sus aliados conservadores islamistas contra oponentes liberales, seculares, y que aumenta los temores entre observadores de que la lucha política se puede traducir en violencia en las calles.
Al menos una persona murió y 66 resultaron heridas el sábado en enfrentamientos en las protestas, tanto a favor como en contra de Morsi, según MENA.
La protesta de este domingo por los partidarios del presidente obligó a los jueces a posponer la decisión que tomarían sobre la legitimidad del grupo de egipcios que redactan la nueva constitución. Además tomarían una decisión acerca de si se debe disolver el Consejo de la Shura, la cámara alta del parlamento de Egipto.
La sesión de la corte programada era vista como un desafío a Morsi, que desató una vorágine política el 22 de noviembre cuando emitió un decreto en el que asentaba que sus decisiones del pasado y el futuro eran inmunes a la supervisión judicial.
Morsi dijo que los nuevos poderes son una condición necesaria y temporal hasta que una nueva Constitución sea adoptada.
Sin embargo, esa promesa ha logrado poco para calmar a la oposición, la cual dice que las acciones de Morsi son una reminiscencia de las tomadas por el hoy derrocado presidente Hosni Mubarak. Esto condujo a los manifestantes a volver a ocupar la Plaza Tahrir , el escenario de la revuelta de la Primavera Árabe que en 2011 vio el derrocamiento de Mubarak.
La ira creció más cuando la Asamblea Constituyente dominada por islamistas aprobó un borrador constitucional a pesar de las objeciones de la oposición secular. Algunos integrantes de la asamblea incluso se retiraron a manera de protesta.
Pero Morsi y sus aliados políticos pueden tener motivos para estar preocupados dado los pasos emprendidos por el consejo militar que gobernó Egipto después del derrocamiento de Mubarak. El consejo anteriormente disolvió la cámara baja del parlamento, la cual estaba compuesta por una serie de legisladores islamistas leales a Morsi, ya que dijo que las elecciones fueron inconstitucionales. Cuando Morsi dijo que volvería a convocar a la cámara baja, la corte suprema confirmó la disolución.
El sábado, Morsi dijo que el 15 de diciembre se llevará a cabo un referéndum constitucional, anuncio que vio a decenas de miles de manifestantes —a favor y en contra de Morsi— salir a las calles.
La Suprema Corte Constitucional Suprema ha señalado que revisará la constitución propuesta, aunque no está claro si fallarán sobre su invalidez y si eso va a impedir el referéndum.
Tras el anuncio de Morsi, hubo por lo menos una señal de que su decisión logró avances: La bolsa de valores de Egipto aumentó en casi 5 mil millones de libras (8.2 millones de dólares) —un 2.5%- tan sólo 15 minutos después de la noticia de un referéndum constitucional.
Essam El Erian, asesor de Morsi, ha insistido en que todos los puntos de vista –incluyendo la necesidad de salvaguardar las libertades cuando se trata de cuestiones como género y religión- fueron tomados cuenta en la redacción de la constitución. Pero los críticos no están convencidos.
Un rápido vistazo a los artículos de la constitución muestra el lenguaje que trata sobre los derechos civiles de las personas, en particular la forma en que los consideran las fuerzas de seguridad y el sistema judicial.
El texto prohíbe el arresto arbitrario y la detención y garantiza el debido proceso, un tema sensible en Egipto. A Mubarak y sus partidarios se les culpa por encarcelar y maltratar con dureza a personas inocentes en los años anteriores, sobre todo durante el levantamiento del año pasado.
Aunque muchos de los artículos se escuchan democráticos, las letras pequeñas indican lo contrario, dicen algunos defensores de los derechos humanos.
“Someter un proyecto imperfecto y contradictorio a una votación no es la forma correcta para garantizar los derechos fundamentales o para promover el respeto del estado de derecho”, dijo Joe Stork, subdirector de Human Rights Watch para Medio Oriente y África del Norte.
El preámbulo incluye lenguaje relativo a la mujer, el cual dice que ellas son iguales a los hombres, pero que también acentúa su papel de madres.
La Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha instado a Morsi a que reconsidere el proyecto, al decir que una serie de medidas contenidas en éste son incompatibles con las leyes internacionales que rigen los derechos humanos.
Chelsea J. Carter contribuyó a este reporte.