Un Obama "moderadamente optimista" confía en acuerdo contra abismo fiscal
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo este viernes que se siente “moderadamente optimista” de poder llegar a un acuerdo que evite el abismo fiscal, tras la reunión con líderes del Congreso en la Casa Blanca.
“Tuvimos una reunión buena y constructiva” con los líderes del Senado, expresó el mandatario. Y agregó que “el pueblo estadounidense nos está observando, su paciencia se está acabando”.
Los mercados abrieron a la baja este viernes en medio de crecientes temores de que el presidente y los legisladores no logren llegar a un acuerdo, lo cual también provocó que el Índice de Confianza del Consumidor cayera el jueves.
Los economistas advierten que seguir con la parálisis podría provocar otra recesión mientras los impuestos aumentan de manera generalizada con el vencimiento de las bajas tasas que datan del gobierno del expresidente George W. Bush, junto con recortes al gasto público, incluyendo recortes para las fuerzas armadas.
La reunión en la Casa Blanca, programada para las 15:00 hora del este de Estados Unidos, incluirá a Obama, el vicepresidente Joe Biden; el presidente de la Cámara, John Boehner; la líder de la minoría, Nancy Pelosi; el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, y el líder de la minoría republicana del Senado, Mitch McConnell.
El encuentro ocurre con un Senado que regresa a la ciudad después de las vacaciones navideñas para una poco usual comparecencia de fin de año antes de que el nuevo Congreso se reúna a principios del nuevo año. Boehner planea convocar de nuevo a la Cámara el domingo.
La principal disputa sigue siendo el tema de los impuestos, específicamente la exigencia de Obama los demócratas de ampliar la mayor parte de las reducciones de impuestos aprobadas por Bush a la par de volver a permitir tasas más altas, como las de la década de 1990, para aquellos que se encuentran en el nivel más alto de ingresos.
Obama se comprometió durante la campaña de reelección a mantener las actuales tasas impositivas bajas para las familias con ingresos de hasta 250,000 dólares anuales, las cuales argumenta que protegerían al 98% de los estadounidenses y al 97% de las pequeñas empresas, respecto a tasas que se incrementaría para aquellos que estén por arriba de ese nivel de ingresos.
Los republicanos se oponen a cualquier tipo de aumento en las tasas de impuestos, y Boehner padeció la humillación política la semana pasada de ofrecer un compromiso —un umbral de un millón de dólares de arranque para las tasas más altas— que sus colegas se negaron a apoyar, ya que incrementaba los impuestos y no tenía probabilidad de ser aprobado por el Senado.
El viernes pasado, el presidente propuso un acuerdo limitado que incluía a su llamamiento para ampliar los recortes impositivos para hogares con ingresos inferiores a 250,000 dólares, así como una ampliación del seguro de desempleo.
Ambas partes dicen que las preocupaciones políticas socavan un posible acuerdo. El jueves, Reid dijo que Boehner quería esperar hasta después de que la nueva Cámara lo reeligiera como presidente de la misma, a principios del próximo mes antes de proceder a un acuerdo –el cual necesitará del apoyo de demócratas y republicanos para ser aprobado.
Boehner está “más preocupado por su presidencia que en poner al país en una sólida base financiera”, afirmó Reid.
A manera de respuesta, el vocero de Boehner, Michael Steel, dijo que Reid debería dejar de hablar y mejor ocuparse de una legislación aprobada por la Cámara para evitar el abismo fiscal.
Reid y los demócratas rechazan las propuestas del Partido Republicano, las cuales ampliarían todos los recortes fiscales de Bush y modificarían los recortes presupuestarios del abismo fiscal, calificándolos de insuficientes y diciendo que estos desplazarían gran parte de la carga de la reducción del déficit hacia la clase media.
Una posibilidad es que el abismo fiscal entre en vigor y los impuestos suban en enero, y entonces el Congreso intervenga para bajar las tasas de impuestos a por lo menos algunas personas, lo cual les permitiría decir que están bajando los impuestos, incluso si las tasas correspondientes a los que tienen ingresos más altos son mayores en 2013 de lo que eran en 2012.
Obama y los demócratas tienen ventaja, gracias a la reelección del presidente el mes pasado y el aumento de demócratas en la Cámara y el Senado del nuevo Congreso. Además, las encuestas muestran de manera consistente un apoyo mayoritario a la postura de Obama en materia de impuestos, y los demócratas insisten en que la Cámara aprobaría el plan del presidente con la adhesión de algunos republicanos, siempre y cuando Boehner permitiera la votación.
No obstante, el férreo opositor a los impuestos, Grover Norquist, se comprometió a organizar impugnaciones contra los republicanos que violen el compromiso firmado acerca de no subir los impuestos.
Inclusive si se llegara a alcanzar un acuerdo, Norquist pronostica que los enfrentamientos seguirán dándose cada vez que el gobierno necesite más dinero para funcionar.. “Ahí los republicanos tienen mucho potencial porque pueden decir que vamos a dejarles hacer que funcione el gobierno el próximo mes, siempre y cuando se hagan estas reformas”, explicó.
El miércoles, el secretario del Tesoro de EU, Timothy Geithner, dijo al Congreso que el gobierno alcanzará su límite de endeudamiento cuando acabe el año, pero podría tomar medidas para crear lo que él denomina como un “margen libre” por aproximadamente dos meses.
Sin embargo, Geithner dijo que la incertidumbre por el abismo fiscal y las negociaciones del déficit hacen que sea difícil predecir con precisión cuánto durarán las medidas del gobierno para abordar la situación.
La posibilidad de un abismo fiscal fue establecida en los últimos dos años, como una manera de forzar la acción sobre la creciente deuda del gobierno.
Ahora, los legisladores corren el riesgo de parecer políticamente cínicos al buscar debilitar las medidas adoptadas para tratar de obligarlos a hacer frente a asuntos difíciles relacionados con la reducción del déficit, tales como las reformas a los programas sociales populares, como la Seguridad Social, Medicare y Medicaid.
Las dos partes aparentemente había avanzado la semana pasada en fraguar un acuerdo de reducción del déficit por 2 mil billones de dólares, mismo que incluía nuevos ingresos buscados por Obama y recortes presupuestarios y cambios a los programas sociales tal y como quería Boehner.
La última oferta hecha por Obama estableció en 400,000 dólares el umbral de ingresos para un aumento de la tasa de impuestos, frente a su plan original de 250,000 dólares como umbral. También tenía una nueva fórmula para el índice de precios al consumidor .denominado IPC encadenado- el cual se basa en nuevas hipótesis sobre los hábitos de consumo en respuesta a la subida de precios, tales como la búsqueda de alternativas más baratas, y que se traduciría en un menor aumento de beneficios.
Estadísticas proporcionadas por quienes se oponen dicen que el cambio significaría que los beneficiarios de la Seguridad Social recibirían 6,000 dólares menos en beneficios durante los primeros 15 años del IPC encadenado. Los grupos liberales abiertamente se han opuesto al plan, calificándolo como una traición a los adultos mayores que han pagado impuestos durante toda su vida por lograr esos beneficios.
Boehner pareció buscar incrementar los ingresos tributarios, incluyendo tasas más altas para los que tienen más ingresos y eliminar las deducciones y las lagunas fiscals. Pero su incapacidad mostrada la semana pasada para cabildear a los republicanos de la Cámara y así aprobar su plan planteó dudas sobre su papel y sobre lo que está por venir.
Dana Bash, Deirdre Walsh, Ted Barrett, Jessica Yellin y Kevin Liptak, de CNN, contribuyeron a este reporte.