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Netanyahu se perfila como ganador de las próximas elecciones de Israel

La coalición de Likud-Beitenu se mantendrá como la primera fuerza, pero deberán conformar una coalición de gobierno con otros partidos
jue 17 enero 2013 03:06 PM

El derechista Benjamín Netanyahu se mantendrá en el gobierno de Israel en una coalición con el exministro del Exterior, Avigdor Lieberman, que conforman la alianza Likud-Beitenu, según coinciden analistas de Israel, Estados Unidos y de la Ribera Occidental palestina.

Se cree que el martes 22 de enero, en las elecciones nacionales, se alzará con la victoria de forma holgada, como lo revelan las últimas encuestas.

Pero esto es solo la primera etapa en la creación de un nuevo gobierno. Después de las elecciones para conformar la Knesset, el Parlamento israelí, el gobierno tendrá que formarse con una ardua construcción de coaliciones.

Hasta ahora, los 34 partidos que conforman el panorama del país —entre la derecha, el centro y la izquierda— están maniobrando entre sus ideologías para llegar al poder.

"La información no proyecta una Knesset más a la derecha", dijo Michael Singh, director gerente del Instituto Washington para Política del Cercano Oriente, “pero sí una más polarizada".

Las encuestas muestran que el partido de Netanyahu va a conseguir la mayoría de asientos que cualquier otro partido en el Parlamento, y su bloque será el núcleo del nuevo gobierno del Estado predominantemente judío.

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Su corriente ha llevado al país a inclinarse más a la derecha, y en parte ha sido por la posición que ha liderado Netanyahu en el pasado conflicto con los palestinos de Gaza, la inestabilidad en la vecina Siria y también en Egipto, y por férrea posición contra Irán, el enemigo número uno de Israel.

Pero en la mente de los israelíes también hay otros problemas, como el económico, en donde los otros partidos disputan el poder con sus propuestas. Tanto el centro como la izquierda pueden limitar el poder de la derecha en este aspecto.

Israel está luchando con un déficit presupuestario de cuatro mil millones de dólares. De hecho, la elección anticipada fue convocada el año pasado debido a una falta de un acuerdo para el presupuesto de este año.

Los ciudadanos que se sienten frustrados salieron a las calles de Tel Aviv, la ciudad comercial israelí, en 2011, para protestar por el alto costo de la vida del país y la falta de viviendas asequibles, y podrían reflejar su molestia en las urnas.

Shelly Yacimovich, el líder del Partido Laborista, está en un distante segundo lugar respecto al partido de Netanyahu, pero su mensaje es más directo a los hogares. "Puedo cambiar la calidad de vida de decenas de miles de personas y es algo que es muy gratificante".

Israel, establecido como un Estado judío, tiene unos 7.5 millones de habitantes. Más del 75% de la población es judía de orígenes diversos como Europa, Oriente Medio, África y América.

Ningún partido ha conseguido una mayoría absoluta en la Knesset de 120 escaños. Después de las elecciones israelíes, la formación de coaliciones conforma una mayoría.

La coalición de Likud-Beitenu es el producto de una alianza precaria entre el Likud de Netanyahu y el aún más derechista Yisrael Beitenu de Liberman. La coalición apoya los asentamientos de judíos en Cisjordania , cuya presencia es criticada por israelíes y palestinos, y ha impulsado los obstáculos para un acuerdo de paz.

Las encuestas dicen que la coalición obtendrá alrededor de 30 escaños, más que todos los partidos que se inscribieron para participar, y el analista Haim Malka, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, dice que esta alianza está avanzando aún más hacia la derecha nacionalista y religiosa.

Los partidos más pequeños de derecha, religiosos, y tal vez con los de centro, podrían ayudar a completar un gobierno predominantemente de derecha.

Uno de los aspectos positivos de la influencia de centro-izquierda, que había sido más dominante en otras ocasiones, es que podría añadir flexibilidad política. Si hay una oportunidad para las negociaciones de paz con los palestinos, por ejemplo, Netanyahu tendría margen de maniobra.

Los tres principales partidos de izquierda y centro podrían dejar atrás sus divisiones con el partido Laborista que se prevé que consiga establecerse como la segunda fuerza política del Parlamento después de Likud-Beitenu.

"En contraste con la coalición de Netanyahu, los esfuerzos para unir a partidos de centro-izquierda han fracasado hasta ahora, perjudicando drásticamente sus perspectivas", dijo David Makovsky, del Instituto Washington.

Una encuesta indicó que el partido Yesh Atid podría obtener 11 escaños y el Hatnua otros ocho. Hay otros partidos de izquierda, entre ellos Meretz, y en el centro está el Kadima, que en otro tiempo tuvo una poderosa alianza con Likud, pero que ahora va en caída libre y podría desaparecer.

Pero también hay partidos árabes-palestinos que han tenido una larga presencia en la Knesset, pero que nunca han sido incluidos en las coaliciones de gobierno.

Son grupos políticamente diversos y siguen desempeñando un papel en la política israelí, dijo George Jakaman, un analista político de la Universidad Bir Zeit en Cisjordania. Uno de sus denominadores comunes son la lucha contra la desigualdad y la discriminación económica y social.

Hanin Zoabi, la primera mujer palestina en obtener un escaño en la Knesset y candidata actual, expuso la realidad incómoda.

"Israel se considera a sí mismo como un Estado judío, no un Estado para todos sus ciudadanos, y en Israel es parte de la lógica del sistema el dar privilegios a los judíos a expensas de los árabes, ya sea en la tierra, la confiscación de tierras, el presupuesto, la atención de la salud, los derechos económicos, incluso el reconocimiento de mi identidad ", dijo a CNN.

"Israel no me reconoce a mí como Palestina. Israel quiere que sea árabe israelí, algo que no entendemos".

Pese a todo, el analista Jakaman dijo que el regreso al poder de Netanyahu es lo que se espera, y eso no es un buen augurio para la reanudación de las moribundas negociaciones palestino-israelíes. Netanyahu ha estado más centrado en Irán y no en el conflicto más cercano.

Sara Sidner y Khadder Kareem colaboraron a este informe.

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