El caso del 'Prisionero X' desata el debate sobre la censura en Israel
Según reportes noticiosos, el Prisionero X es un hombre que se colgó dentro de una celda en una cárcel secreta israelí. Pero los detalles sobre qué llevó al hombre a tomar esa decisión se desconocen.
El misterioso hecho causó que el gobierno ordenara a medios locales que no reportaran el caso por más de dos años.
Funcionarios del gobierno israelí repetidamente declinaron comentar sobre la muerte del prisionero, que fue reportada en 2010 por el sitio de internet Ynetnews.
Ahora, un nuevo reporte sobre el hombre al que llaman Prisionero X, cuyo nombre real no se sabe, abre un nuevo debate en Israel sobre la censura del gobierno, y sobre el sistema de prisiones del país.
De acuerdo con una investigación de la cadena australiana ABC, que no dio a conocer sus fuentes, el Prisionero X era un ciudadano con doble nacionalidad, israelí y australiana, y fue reclutado por el Mossad, la agencia de inteligencia del Estado israelí. El reporte lo identificó como Ben Zygier, quien supuestamente fue detenido en 2010.
Los detalles sobre su detención en una prisión de máxima seguridad a las afueras de Tel Aviv, y sobre qué llevó a su muerte, aún de desconocen, de acuerdo con el reporte de ABC.
“El caso es visto como uno de los más sensibles secretos de la comunidad de inteligencia de Israel, con el gobierno intentando impedir la cobertura mediática, y con intentos de amordarzar a las organizaciones de derechos humanos que buscan exponer la situación”, afirmó Trevon Bormann, corresponsal de ABC.
Varios medios australianos que escribieron historias sobre el reporte australiano, recibieron la orden de borrar las historias de sus sitios de internet, de acuerdo con el diario israelí Haaretz y un editor con el que CNN habló.
Todos los periodistas que tienen una credencial de prensa del gobierno israelí deben de firmar documentos donde aceptan la censura militar. De acuerdo con dichos documentos, los periodistas no pueden publicar información de seguridad que beneficie a los enemigos de Israel o dañe al Estado.
Si se rompe la regla, la credencial es retirada, mientras que los periodistas extranjeros pierden sus visas para trabajar en el país.
Sin embargo, en años recientes, dicho mecanismo de censura ha sido raramente practicado.
El caso llegó al congreso israelí, donde legisladores criticaron el actuar del gobierno en el manejo del caso.
“Escuchamos, en un Estado que se supone es una democracia adecuada, que los periodistas están cooperando con las autoridades sin que una corte fallara que el caso es un inminente peligro para la seguridad del Estado”, dijo la legisladora Zahava Gal-On, líder del partido Meretz. “Cuando un prisionero desconocido comete suicido y nadie sabe quién es, ¿cómo encaja eso en una democracia de leyes?”
Durante una sesión del parlamento, otro legislador preguntó al ministro de Justicia israelí sobre el caso.
“¿Sabe de esto? ¿Puede verificar el hecho de que un ciudadano australiano cometió suicidio en una prisión israelí bajo una identidad falsa y el hecho de que no fue publicado que era un prisionero dentro de una cárcel israelí?”, preguntó Ahmed Tibi.
El ministro de Justicia Yaakov Neeman dijo que el asunto debe de ser investigado, pero que no podía contestar a esa pregunta, debido a que el asunto no está bajo la jurisdicción del ministerio de Justicia.
Este miércoles, una corte israelí emitió una orden que permitió a medios locales reportar sobre el caso citando a medios extranjeros, pero no en base a sus propias investigaciones.
Un comunicado de la corte parece confirmar detalles sobre el caso. El prisionero fue descrito como un ciudadano israelí también con nacionalidad extranjera, que fue registrado bajo una identidad falsa por razones de seguridad, aunque su familia fue notificada inmediatamente luego de su arresto.
El comunicado también afirma que el prisionero fue encontrado muerto en su celda hace dos años, y que un juez ordenó investigar su muerte.
La muerte fue recientemente atribuida a un suicidio, según la corte, que investiga si hubo negligencia en el caso.
No puede revelarse más detalles del caso “por razones de seguridad del Estado”, según el comunicado.
El abogado de derechos humanos Avigdor Feldman, dijo que se reunió con el prisionero un día o dos antes de su muerte. El hombre no había sido llevado a juicio todavía, pero se encontraba bajo prisión preventiva.
“Su esposa me pidió que fuera y lo viera y revisara algunas preguntas legales que él tenía”, dijo Feldman a CNN.
Según el abogado, se reunió con el prisionero solo para que le ayudara a considerar sus opciones legales, no para realmente representarlo en un juicio.
Feldman dijo que no estaba al tanto de los detalles de su celda, pero se supone que está diseñada para evitar suicidios.
Cuando se le preguntó porqué el prisionero estaba detenido y sobre los reportes de sus presuntos vínculos con Irán, Feldman contestó: “No puedo comentar a menos que quieras visitarme en prisión”.
En tanto, el ministro de Exteriores de Australia, Bob Carr, ordenó una investigación sobre el caso luego de que se dio a conocer el reporte de la cadena ABC.
“Fui informado por medio de un reporte provisional que el gobierno australiano fue informado en febrero de 2010, a través de canales de inteligencia, que las autoridades israelíes detuvieron a un ciudadano con nacionalidad israelí y australiana, y dieron el nombre del ciudadano, en relación a ofensas serias bajo la legislación de seguridad nacional israelí”, dijo Carr a un comité del Senado este jueves.
El ministro no mencionó más sobre las supuestas “ofensas serias”.
Carr dijo que Australia buscó que Israel le asegurara que el detenido tendría una representación legal a su elección y que no sería maltratado.
“En ningun momento de su detención el gobierno australiano recibió un pedido del individuo o su familia de ayuda consular”, según Carr.
“El gobierno australiano fue informado a través de canales de inteligencia el 16 de diciembre de 2010 de la muerte de este individuo un día antes, y que la familia del fallecido fue notificada por las autoridades israelíes”, según Carr.
La embajada australiana en Tel Aviv asistió con el regreso del cuerpo a Australia, según el ministro.
Neda Farshbaf contribuyó con este reporte.