Los islamistas ganan terreno en Siria
Hace un año, Ibrahim Qobani era un revolucionario idealista de 19 años que cantaba a la libertad. Siempre vestido con una pañoleta y con unos guantes tejidos del color de la bandera de los rebeldes sirios, Qobani trabajaba con un equipo de activistas a favor de la democracia en la provincia de Idlib, en el norte de Siria.
Cantaba desde los tejados durante las tumultuosas protestas en contra del gobierno y exhortaba humorísticamente a la comunidad internacional a ayudar a detener las atrocidades del gobierno sirio.
Sin embargo, hoy Qobani luce muy cambiado en una serie de videos en YouTube. Ya no trae la pañoleta con los colores de la bandera rebelde. En vez de encabezar los cánticos, el joven está entre la multitud y sonríe mientras un hombre canta: “Destruimos Estados Unidos con un avión civil, transformamos en Centro Mundial de Comercio en un montón de polvo. Si me llamas terrorista, lo considero un honor”.
En otro video, Qobani está aplaudiendo entre una multitud de hombres barbados mientras un niño canta: “Nuestro comandante es bin Laden. Les mostró a los estadounidenses el poder de nuestra fe”. Un hombre le entrega un cuchillo al niño, quien lo blande mientras canta: “Nuestra policía es Nusra. Ya verán, alauíes, los aniquilaremos”.
Fue una escalofriante advertencia para la secta religiosa minoritaria a la que pertenece el presidente sirio, Bachar al Asad, quien ha entregado los altos mandos de sus fuerzas de seguridad a sus compañeros alauíes.
Qobani rechazó varias solicitudes de entrevista de CNN. Varios de sus amigos confirmaron que ahora es miembro de Jabhat al Nusra, o Frente Nusra, el más famoso de los grupos rebeldes islamistas radicales que luchan contra el régimen sirio.
La evolución ideológica de Qobani es símbolo del cambio mayor que muchos sirios perciben a casi dos años de que empezara el levantamiento en contra del gobierno.
“Ha aumentado la militarización y ahora también la radicalización de la revolución”, dijo Rafif Jouejati, vocera de los Comités de Coordinación Local en Siria, uno de los primeros grupos en organizar protestas pacíficas en contra del gobierno durante la primavera de 2011. “Jabhat al Nusra sigue logrando triunfos”, dijo Jouejati. “Siguen ganando popularidad, particularmente a través de la implementación de servicios sociales”.
Durante el último año, el Frente Nusra ha crecido. De ser un sombrío grupo que se adjudicaba la autoría de atentados con coches bomba, se volvieron lo que los sirios llaman una fuerza de combate sumamente disciplinada que sigue atrayendo reclutas entre los rebeldes más seculares del Ejército Libre de Siria.
Se dice que los combatientes del Frente Nusra encabezan el ataque contra la base aérea militar de Khweiris, en la provincia de Alepo. También se les atribuye haber ayudado a la captura de la base aérea de Taftanaz en la provincia de Idlib, el mes pasado.
Las importantes victorias islamistas en el campo de batalla van acompañadas de otra tendencia. Gradualmente, los islamistas han reemplazado a las tradicionales banderas verdes, negras, blancas y rojas de los rebeldes sirios en las protestas semanales en contra del gobierno.
“Tras dos años de masacres y carnicerías en los que el mundo entero sólo nos ha observado, ahora dependemos únicamente de Dios. Así que ahora izamos la bandera de la Shahada, la bandera negra de la guerra”, explicó un activista sirio que ha dedicado la mayor parte de los últimos dos años organizando las protestas contra el gobierno en Idlib.
Mahoma en el campo de batalla
La Shahada se refiere al credo islámico: “No hay otro dios más que Alá y Mahoma es su profeta”. Es uno de los pilares básicos del Islam; los mártires lo invocan en el campo de batalla.
El rápido ascenso de los grupos radicales musulmanes sunitas como el Frente Nusra, algunos han engrosado sus filas con combatientes extranjeros de la yihad, es una tendencia que incomoda profundamente a Jouejati y otros revolucionarios seculares.
También incomoda a Washington. En diciembre, el gobierno estadounidense vetó al Frente Nusra y lo catalogó como organización terrorista. “Vetamos al Frente Nusra por sus estrechos lazos con Al Qaeda en Iraq, el grupo responsable de las miles de muertes de iraquíes y cientos de estadounidenses”, dijo Robert Ford, embajador de Estados Unidos en Siria, durante una entrevista que dio el mes pasado a CNN. “Sabemos lo que al Qaeda hizo y sigue haciendo en Iraq, no queremos que empiecen a hacerlo en Siria”.
Sin embargo, algunos líderes de la oposición culpan a la inacción occidental por el incremento reciente de grupos islamistas. “Ni Estados Unidos ni la Unión Europea nos ayudaron, eso creó un intenso radicalismo islámico aquí”, dijo Marwan Gayed, durante una entrevista en Alepo, el mes pasado. Gayed era un juez que desertó del gobierno sirio y ayudó a iniciar el Consejo de Cortes Unidas, una corte gestionada por la oposición que trata de implementar leyes y orden en las partes de Alepo bajo el control de los rebeldes.
Como muchas personas de la oposición, Gayed ve en los grupos islamistas como Nusra a un socio inestable en la campaña por derrocar al régimen de al Asad.
“Son nuestros hermanos revolucionarios. También han derramado sangre. Sin embargo, diferimos en la forma en que queremos construir un Estado”, explicó Gayed, quien ahora funge como fiscal en jefe del Consejo de Cortes Unidas. “Pedimos una nación civil y democrática. Ellos quieren un Estado islámico”.
Los miembros del Frente Nusra se negaron a reunirse con los periodistas de CNN. En vez de eso, Salem Sabbagh, el vocero del Frente Nusra en Alepo, respondió algunas preguntas que se le enviaron por escrito.
Escribió que el objetivo principal del grupo en Siria era “establecer un Estado islámico que se pueda basar en los principios del Shura (consultas), en el que prevalezca la rectitud y la justicia al aplicar las leyes de Dios”.
“En algunas regiones liberadas ya estamos aplicando la ley de Dios”, agregó Sabbagh. “Notamos que la gente la ha recibido muy bien en lo que respecta a los tribunales religiosos, en especial cuando descubren que esos tribunales no son como algunas personas los pintaron cuando trataron de distorsionar su realidad al decir que ese sistema de tribunales los esclavizaría y que les cortarían la cabeza y que su única salvación era elegir un sistema secular occidentalizado que los gobierne”.
La rivalidad entre el Consejo de Cortes Unidas y los tribunales respaldados por el Frente Nusra explotó esta semana. El martes, el consejo acusó a los combatientes de Nusra de atacar uno de sus tribunales en Alepo.
“Jabhat al Nusra irrumpió en el Consejo Judicial Unido del Segundo Circuito y tomó el edificio del Consejo, atacó a los estudiosos y jueces que estaban allí, los golpearon, los insultaron y los llevaron contra su voluntad al cuartel general de Jabhat al Nusra”, indicó el Consejo a través de un comunicado por escrito, en el que también firmó un grupo autodenominado Abogados por la Liberación de Alepo.
No es la primera vez que se encienden las tensiones entre el Frente Nusra y otros revolucionarios. Uno de los activistas de oposición más famosos de Alepo, un hombre conocido como Abu Maryam, dijo a CNN que los combatientes islamistas lo detuvieron brevemente y lo golpearon la semana pasada.
Tras su liberación, Abu Maryam publicó una foto en Facebook en la que se ve su espalda cubierta de moretones. “Me acusaron de protestar en contra del califato”, dijo Abu Maryam en una breve entrevista con CNN. Cuando se le preguntó si pensaba que el Frente Nusra se estaba apoderando del levantamiento sirio, Abu Maryam respondió: “Sí, claro, eso es cierto, pero todo es por culpa de los errores del Ejército Libre de Siria”.
A casi dos años del levantamiento, el Ejército Libre de Siria sigue rodeado por las acusaciones de corrupción. En las últimas semanas, los activistas montaron una campaña en línea en la que acusan de bandolerismo y secuestro a Ahmed Afash, prominente comandante con base en Alepo. Afash ha negado los cargos.
Sin embargo, la semana pasada, un destacamento de combatientes bajo el mando de Afash atacó las oficinas del Centro de Medios de Alepo. Detuvieron brevemente a varios periodistas sirios que habían publicado reportes en los que se decía que la brigada de Afash había asesinado a un civil inocente.
Mientras tanto, se ha aplaudido a los grupos islamistas como el Frente Nusra por distribuir alimentos y combustible para los sirios que están hambrientos y pasan frío.
El Frente Nusra también inició un servicio público de bajo costo en las partes de Alepo que están bajo el control de los rebeldes. “No solo combaten, sino que llevan a cabo varias labores civiles como limpiar caminos, trabajar en las panaderías, instalar y reparar la infraestructura de la ciudad, como la red eléctrica”, dijo un activista de Idlib, quien pidió no ser nombrado. “Algunos de los miembros del Frente Nusra ahora juegan el papel de limpiadores callejeros porque las ratas han proliferado a causa de la basura”.
Incluso los sirios que critican al Frente Nusra reconocen que los islamistas han llevado esperanza a algunos miembros de una sociedad traumatizada por un brutal conflicto que ha cobrado la vida de más de 70,000 personas y que ha dejado sin hogar a millones.
Mientras los islamistas que forman parte del movimiento atraen adeptos, los líderes del Ejército Libre de Siria están irritados y culpan a la falta de compromiso de Occidente por el cambio ideológico que se ha dado en el movimiento.
“Vemos que las facciones islamistas han ganado terreno y han reclutado a algunos de los nuestros”, dijo Louai Miqdad, vocero del Ejército Libre de Siria. “El mundo está dejando a Siria a merced de lo desconocido, de los radicales, de los islamistas”.