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Los rebeldes sirios luchan por el control de un suburbio clave en Damasco

La oposición avanza con cautela en la batalla por este bastión del presidente Bachar al Asad, luego de dos años de conflicto
sáb 02 marzo 2013 09:35 AM

Los combates entre los rebeldes y las fuerzas sirias arreciaron este sábado en la entrada de la capital, Damasco, dijeron a CNN representantes de la oposición.

El Ejército Libre Sirio intercambió disparos de mortero con las tropas del presidente Bachar al Asad en el límite que separa el barrio de Jawbar de Damasco, dijo Baraa, un vocero del Consejo Revolucionario Militar, quien solo dio su primer nombre por razones de seguridad.

"Hay enfrentamientos intensos en Eight Azar. Si capturamos el área significa que hemos llegado al corazón de la capital. Esto significa que podemos cruzar hacia Damasco", dijo Baraa.

Aparentemente, los rebeldes están cada vez más cerca de ganar una batalla decisiva en la capital, un bastión de al Asad, pero después de casi dos años de lucha actúan con cautela. 

"Estamos a cientos de metros, hay muchos francotiradores situados en los edificios y tanques en la zona. Esperamos una lucha muy intensa en los próximos días", aseguró el portavoz.

El Ejército Libre Sirio enfrenta batallas constantes en tres frentes del borde oeste del suburbio de Jawabar: la entrada de Eight Azar, un edificio de la fuerza aérea y la carretera Teshreen 6, un camino que divide el suburbio de Qaboun —controlado por el gobierno— de Jawbar.

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Baraa dijo que han comenzado a llegar refuerzos desde el este de Ghouta y otros suburbios, y se dispersan de manera uniforme a lo largo de la tres líneas.

La oficina de prensa de la oposición en Damasco dijo a CNN este sábado que el Ejército Libre Sirio tenía el control de la mayoría de Jawbar. Los enfrentamientos son constantes a lo largo de la delgada línea que conduce a los bordes de la Plaza central de Abassiyeen, aseguró.

El régimen intensificó su ofensiva con aviones de combate y misiles para bombardear el barrio, dijo. 

La lucha por sobrevivir

Para los civiles inmovilizados por los intensos combates, la supervivencia es una lucha diaria y escapar es una posibilidad distante. "Todavía hay civiles aquí y nos preguntan ¿a dónde podemos ir? Siria es un campo de batalla, no hay ningún lugar para esconderse", dijo Baraa.

Históricamente, el barrio de Jawbar ha sido un lugar sagrado para los judíos, ya que alberga una de las sinagogas más antiguas del mundo. Ahora, cuerpos sin vida llenan las calles hacia la plaza central de Abassiyeen y la sinagoga de Jawbar, de 2,000 años, es blanco de ataques, de acuerdo con Baraa. 

"Así como los hogares y mezquitas reciben ataques, la sinagoga también. Los bombardeos aleatorios del régimen no distinguen edificios; pueden golpear cualquier cosa", señaló. 

Los medios de comunicación estatales reportaron que las fuerzas del gobierno perseguían a grupos terroristas armados en la zona, y que habían generado pérdidas importantes. 

CNN no puede confirmar el recuento de víctimas de la oposición ni del gobierno, ya que el acceso a periodistas internacionales está restringido. 

'Un juego de ajedrez'

El ministro de Relaciones Exteriores de Siria, Walid Muallem, dijo que Siria debe "eliminar a las fuentes del terrorismo" y defender su soberanía. 

Este sábado en una conferencia conjunta con su homólogo iraní Alí Akbar, en Teherán, el funcionario añadió que su país no se convertirá en un "juego de ajedrez" para la comunidad internacional. 

Ambos cuestionaron a las naciones occidentales por el apoyo a grupos rebeldes. 

Sus declaraciones llegan un día después de que Estados Unidos prometió enviar ayuda médica y alimentaria a los opositores , la primera medida de este tipo desde que comenzó el conflicto hace dos años.

El conflicto en Siria inició en marzo de 2011, cuando el gobierno de al Asad reprimió de manera violenta las manifestaciones para pedir libertades políticas. 

Hasta ahora, unas 70,000 personas han fallecido y al menos 950,000 sirios han huido a otros países, de acuerdo con la agencia de refugiados de la ONU. 

Jill Dougherty contribuyó con este reporte

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