Peng Liyuan, la nueva primera dama y el "poder carismático" de China
La nueva primera dama de China está lista para impresionar y mejorar la imagen de China en el extranjero. Peng Liyuan, la esposa del nuevo presidente Xi Jinping, hizo su debut esta semana al acompañar al mandatario a su primer viaje transatlántico en el cargo.
Usando un abrigo con cinturón y cuello acentuado con una bufanda azul claro, estuvo junto a Xi cuando arribaron a Moscú , la primera parada de Xi en su gira por tres países. Sonriendo, saludó de mano a sus anfitriones rusos, uno o dos pasos detrás de su esposo.
“Siempre hemos deseado una primera dama elegante que sea presentable al mundo exterior”, dijo un funcionario chino. “Ahora tenemos una”. Muchos chinos se mostraron igualmente entusiasmados: “Estados Unidos tiene a Michelle (Obama), nosotros tenemos a Peng Liyuan”, escribió un usuario en redes sociales.
Peng, de 51 años, difícilmente necesita ayuda cuando se trata de relaciones públicas. Es una soprano popular, ampliamente reconocida en China por su voz aguda y sus folclóricas canciones patrióticas. Sus éxitos incluyen La gente de nuestra villa y En las planicies de la esperanza.
Pero, ¿será tan buena primera dama como soprano? “Por supuesto”, es la respuesta oficial china. “Luce elegante, es una profesionista exitosa y viene de un origen modesto”.
Peng nació en una familia de artistas en la provincia de Shandong. Su madre era miembro de un grupo de arte local y su padre era curador de un museo.
En una entrevista para un programa de televisión realizada hace unos años, Peng recordó la primera vez que vio una cámara, llevada a casa por su padre, quien se rehusó a tomarle una foto porque la cámara era de propiedad “estatal” y no de la familia. Más tarde, su tío le tomó en secreto una foto que se convirtió en el único retrato de su niñez.
A los 14 años, Peng ingresó a una universidad local de artes y diseño. Cuatro años más tarde, se unió como soprano al grupo de artistas Ejército de Liberación del Pueblo. Tiene un título de maestría en música étnica tradicional y ahora sirve como deán de la Academia de Arte del Ejército de Liberación del Pueblo. También tiene el rango de general mayor.
Peng se convirtió en una superestrella en 1983, cuando cantó en el primer festival televisado del Año Nuevo Lunar, una transmisión a todo el país realizada por la estatal Central de Televisión China.
La gala fue un éxito y desde entonces se ha convertido en la transmisión patrocinada más vista y lucrativa por televisión en China, comparable con el Super Bowl en Estados Unidos.
Peng se presentó en la gala anual de televisión cada año hasta 2007, cuando Xi fue promovido al máximo nivel del Partido Comunista, convirtiéndolo en el futuro líder de China. La soprano desapareció discretamente de la vista pública.
Ha asumido papeles de caridad con una exposición limitada. Con su trabajo, Peng ha ayudado a suavizar la imagen pública de X Jinping , según los analistas.
En 2009, se convirtió en embajadora para el control del tabaco. El año pasado fue nombrada como embajadora de la lucha contra la tuberculosis y el VIH/sida para la Organización Mundial de la Salud (OMS), una iniciativa respaldada por la Fundación Bill y Melinda Gates.
Los analistas chinos creen que Peng puede ayudar a la imagen de China en el exterior, al proyectar su suave toque. “Creo que Peng tiene los prerrequisitos y la habilidad para contribuir con la diplomacia china”, dijo Liu Guchang, un exembajador en Rusia.
Sin embargo, la idea de una primera dama china de alto perfil invoca el recuerdo de Jiang Qing, la cuarta esposa de Mao Zedong, una estrella de cine que más tarde alcanzó la cima del poder político durante la Revolución Cultural, y quien fue a menudo exhibida como una dama de hierro amparada por su omnipotente esposo.
Antes de ser arrestada y encarcelada a fines de la década de 1970, Jiang Qing fue la zarina cultural de los años de Mao en el poder. Ocupó la élite del Politburó del Partido Comunista y sirvió como árbitro final de la rectitud artística y cultural en China.
En contraste con Jiang Qing, las primeras damas de china en las décadas de 1980 y 1990 mantuvieron un perfil público bajo. La esposa de Den Xiaoping, Zhuo Lin, permaneció como telón de fondo aun cuando acompañó a Deng a sus viajes dentro y fuera de China. Wang Yeping rara vez destacó junto al presidente Jiang Zemin, en parte debido a su frágil salud. Liu Yongqing, esposa del presidente Hu Jintao, rara vez apareció —y casi nunca habló— en público, incluso dentro de China.
Muchos chinos esperan que Peng Liyuan rompa el viejo molde. Lin Yinhe, una socióloga de la Academia China de Ciencias Sociales, dijo que el Partido Comunista sería sabio si usara a Peng como un “arma suave” en casa y en el exterior. “Si la gente ve que Xi tiene una esposa tan bella, haría que el partido (comunista) pareciera más humano y menos robótico”, dijo Yinhe al New York Times.
Sin embargo, algunos temen algo más de Peng. “Nuestra única preocupación es que podría eclipsar inintencionadamente a nuestro líder número uno”, dijo uno.