A escala industrial, la alimentación de niños con desnutrición en India
Maya, de 10 años, y sus tres hermanas caminan a la escuela todos los días con el estómago vacío, en el pintoresco pueblo de Vrindavan. Según ella, sus familiares no tienen los recursos suficientes para darle la comida adecuada; toman leche y comen pan en la noche como cena, y nada de desayuno.
Como la hija mayor, a veces tiene que faltar a clase para ayudar a su familia en la cosecha de trigo. Maya dice que sus parientes creen que es una forma más eficiente de usar el tiempo, pero tiene una buena razón para ir a la escuela: más comida.
“En la escuela tenemos la mayor cantidad de comida. En casa no obtenemos mucha. En casa mi mamá me dice que comamos solo un poco para que alcance para todos”, dice.
Luego de una decisión histórica de la Corte Suprema en 2001, todas las escuelas del gobierno en India deben de dar comida gratis a los estudiantes menores de 13 años. En un país donde más del 40% de los niños menores de cinco años tienen bajo peso, de acuerdo con la Unicef, la comida en las escuelas están logrando gran progreso.
La fundación Akshaya Patra trabaja con el gobierno para alimentar a 1.4 millones de niños todos los días. Ellos comenzaron en el año 2000, dando comida a varios miles de niños en varias escuelas en la sureña ciudad de Bangalore. Pero tras una década, afirman haber servido más de 100 millones de comidas en todo el país.
El vicepresidente de la fundación, Chanchalapathi Dasa, afirma que hay beneficios. El número de niños que asisten a la escuela se ha incrementado un 20%, hay menos faltas, los niños están más saludables, y sus habilidades cognitivas también han mejorado.
“Si un niño tiene hambre en el salón de clase, entonces no podría recibir toda su educación”, afirma Dasa.
Pero preparar la comida para tantos necesita más que una cocina ordinaria.
Se podría llamar una revolución culinaria, y luce como si fuera una fábrica de comida, donde las raciones son preparadas en masa para millones de niños. Las calderas de la fundación pueden preparar arroz para 1,000 niños en 15 minutos. Una máquina al estilo de una imprenta puede hacer unas 40,000 piezas de pan en una hora.
“India es un lugar de números. Si están haciendo algo para dar comida a 1,000 o 5,000 niños, estás solo tocando la superficie”, afirma Dasa. “Desde el principio, en Akhshay Patra nos dimos cuenta que para ver un impacto significativo tenemos que hacerlo en una escala en la que tengamos técnicas modernas de gestión e innovación”.
El sistema es una cocina con un sistema de flujo de tres niveles que se manejan mediante gravedad. Toneladas de ingredientes como arroz, lentejas y vegetales se llevan al piso superior donde son limpiados, pelados, cortados y enviados a través de conductos a calderas. Ahí, el vapor generado por hornos cuece la comida. Las porciones cocinadas entonces bajan nuevamente por conductos a otro nivel donde son empaquetadas. Para las 8 de la mañana, los desayunos están listos para ser entregados en vehículos especialmente designados para mantenerlos calientes.
Pero mientras la producción de comida es eficiente, también se toman en cuenta otros factores.
“Queremos tratar a esos niños con dignidad. No decimos que son pobres y que les podemos dar lo que sea y deben de comérselo. Adaptamos nuestros métodos de cocción, nuestros menús, nuestras recetas para cumplir con lo que requieren los niños a nivel local”, afirma Dasa.
“En India, cada cientos de kilómetros ves una cultura diferente, un lenguaje diferente, una forma diferente de hábitos alimenticios , por lo que en Akshaya Patra somos sensibles a los requerimientos culturales locales y a los gustos”.
Aun cuando hay varias escuelas con programas de comida que distribuyen raciones de trigo y arroz, los programas de comida cocinada son raros. Este es uno de los más exitosos a la fecha, que apoya a millones de niños malnutridos a combatir los efectos de la pobreza.