El Congreso de uruguay avala el matrimonio gay
El Congreso de Uruguay aprobó este miércoles por una amplia mayoría el proyecto de ley que regula las uniones civiles y permite que las personas del mismo sexo contraigan matrimonio en el país.
La iniciativa, que también estipula que los hijos adoptivos tienen derecho a conocer la identidad de sus padres biológicos y que todas las parejas —homosexuales o heterosexuales— pueden elegir el orden de los apellidos de sus hijos, fue sancionada con 71 votos a favor de un total de 92.
Hasta el momento, el apellido del padre se ubicaba en primer lugar y el de la madre en el segundo en el documento de identidad de los uruguayos.
La ley fue respaldada por legisladores de todos los partidos políticos.
"Hoy es un día histórico para el Uruguay (...) Se salda una deuda con una cantidad de ciudadanos y ciudadanas que han sufrido el desprecio, la discriminación e incluso actos de violencia", dijo Federico Graña, vocero de Ovejas Negras, una organización que defiende la diversidad sexual.
Uruguay es el décimo segundo país en aprobar una ley de este tipo, paso que en América Latina ya han dado Argentina y algunas regiones de México y Brasil. En 2007, el pequeño país sudamericano fue pionero al legislar sobre la unión concubinaria tanto para personas heterosexuales como homosexuales.
La Iglesia católica uruguaya, y otras organizaciones cristianas, mostraron su disconformidad con la ley porque, según alegaron, pone en riesgo la institución familiar.
"Se equivocan en esa percepción porque cierra sus valores, el concepto de familia queda atado a nociones restringidas", dijo Graña al respecto.
El partido de Gobierno, el centroizquierdista Frente Amplio, fue el impulsor de la nueva legislación. La diputada oficialista Daisy Tourné dijo que votó a favor del proyecto porque "la democracia no es meterse en las opciones de las personas y poner una sola acepción (...) para lo que se define (como) el amor y las ganas de convivir".
"Acá no se obliga a nadie, pero se habilita el derecho de todos", añadió Tourné.
El diputado Fernando Amado, del centroderechista Partido Colorado, dijo durante el debate en el Parlamento que "la base de la sociedad es la familia, pero también (...) la base de la familia es el amor; y el amor no es homosexual ni heterosexual".
En el lado opuesto, el legislador Gerardo Amarilla del Partido Nacional manifestó su posición a favor del matrimonio únicamente entre personas de distinto sexo, que sostuvo debe ser promovido por el Estado.
"Nosotros nos oponemos a esta norma por entender que desvirtúa (y) desnaturaliza la institución (del) matrimonio y por ende también impacta en la institución llamada familia", alegó.
Mauricio Coitiño, traductor y educador de 30 años, dijo que esta ley abre un nuevo panorama para personas homosexuales.
"Hacia delante también no puedo evitar (...) proyectar, y de hecho venimos proyectando (con mi pareja) la relación de manera distinta. Tenemos la posibilidad de casarnos y (...) es algo que está ahí, que vamos a considerar", dijo.
"Vamos a sentir seguramente (...) un ambiente que nos reconoce más lo que somos y (que) nos respeta más, nos acepta, y eso seguramente nos va a hacer más felices", acotó su pareja Damián Díaz, docente de 25 años.
Human Rights Watch mostró su beneplácito cuando la Cámara de Senadores otorgó media sanción al proyecto días atrás.
"La aprobación definitiva permitirá que gays y lesbianas en Uruguay puedan contraer matrimonio con la persona que aman y fortalecerá los derechos fundamentales de todas las personas en el país a la igualdad y a no ser discriminadas", dijo Boris Dittrich, director del programa de derechos de lesbianas, homosexuales, bisexuales y transexuales de esa organización.
Las parejas del mismo sexo podrán casarse tres meses después de promulgada la ley, según el texto aprobado.