El Presidente iraquí insta al diálogo para evitar una "guerra civil"
El presidente iraquí Nuri al Maliki instó al diálogo y a poner fin a la reciente escalada de violencia en todo el país para evitar una "guerra civil".
“No deberíamos dejar a esos extremistas encender la lucha sectaria en el país”, dijo este jueves en un discurso dirigido a la nación.
Durante los últimos tres días, al menos 100 personas han sido asesinadas o heridas durante los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad de Iraq y las tribus suníes de las provincias del norte del país, incluidas Salaheddin, Niveveh y Kirkuk.
En los últimos enfrentamientos, un hombre armado y un policía federal se enfrentaron la noche del jueves en la ciudad de Falluja, una ciudad predominantemente suní, en la provincia de Anbar, dijo la policía iraquí a CNN.
En otra parte, al menos una persona murió y siete más resultaron heridas cuando un coche bomba estalló cerca de la salida de un mercado en la ciudad sagrada chiíta de Najaf, al sur de Bagdad, de acuerdo con funcionarios de policía.
Al Maliki llamó al diálogo entre los líderes tribunales, funcionarios de gobierno y fuerzas de seguridad para evitar que la espiral se salga de control y haga que la incipiente democracia se vaya por la borda.
La mayoría de las provincias celebraron elecciones este sábado. Durante la jornada hubo pequeños incidentes, y el ejercicio democrático fue alabado por líderes iraquíes e internacionales.
Los suníes, que representan a la minoría en el país, tuvieron influencia durante la era de Saddam Hussein pero han sido marginados tras su derrocamiento. Ahora los chiitas dominan el gobierno.
Dede diciembre, cientos de miles de manifestantes suníes han salido a las calles exigiendo que el gobierno chiita deje de darles un trato de segunda clase.
Iraq estuvo inmerso en una guerra sectaria durante la última década, por lo que al Maliki recordó que al país que “todo mundo perderá si inicia una guerra civil”. La televisión estatal mostró imágenes de personas siendo torturadas bajo el régimen de Hussein para recordar el pasado violento del país.
El más reciente acto de violencia ocurrió en Mosul, en la provincia de Niniveh.
Cientos de miembros de la tribu suní atacaron puestos de control de la policía en varios vecindarios para protestar contra acciones de las fuerzas de seguridad ocurridas el martes en Hawija.
Entre el miércoles en la noche y el jueves, fuerzas de seguridad federal mataron a 31 “terroristas” y liberaron a 17 oficiales de policía, de acuerdo con Mehdi al Gharrawi, comandante de la policía federal en Mosul. Al menos ocho oficiales de policía han sido asesinados en la ciudad desde el miércoles, según la policía. Desde entonces la situación está bajo control.